Maserati Levante Hybrid a prueba, un SUV eficiencientemente deportivo con etiqueta ECO.
Nuestra querida Macarena ya tuvo la ocasión de probar el nuevo Maserati Levante Hybrid por St Tropez el pasado verano, un modelo que al parecer, le gustó bastante. No obstante, cuando desde Maserati Barcelona me ofrecieron probarlo, no dudé en decir que sí inmediatamente. Como excliente satisfecho de la marca – un Coupé Cambiocorsa del que aquí tienes la prueba, tenía muchas ganas de probar la nueva versión más eficiente del SUV italiano.
Me preguntaba si con un motor de tan sólo 4 cilindros y 2litros de cilindrado turbo y con sistema híbrido de 48 seguiría ser un digno portador de su nombre. La respuesta es clara: sí. Y no se trata de una percepción subjetiva: las prestaciones de este Levante hablan por sí solas.
En cualquier caso, hoy no os hablaré de datos demasiado técnicos ni de cifras. Prefiero centrarme en la parte más de sensaciones desde el punto de vista del usuario.
Estética deportiva con toques azules
Lo primero que llama la atención a nivel estético en el Levante Hybrid son sus detalles identificativos en color azul. Tanto en las insignias de la marca como en las pinzas de freno en el exterior, como también en las costuras de la tapicería en el interior, encontramos el azul identificativo de las versiones hybrid de la marca italiana.
El primer vehículo dónde lo vimos esta característica fue en el Ghibli Hybrid, que ya probamos. Por lo demás, la estética es tan deportiva como nos tiene acostumbrados la marca italiana.
Un Levante Hybrid de prestaciones eficientes
Hora de sentarse al volante del Levante Hybrid, y poner a prueba sus prestaciones. Nada más arrancar el motor en frío, suena un poquito grave por unos instantes, aunque rápidamente disminuye el tono de su ronquido para estabilizarse en una frecuencia muy discreta. Al fin y al cabo, un motor dos litros turbo nunca sonará como las versiones V6 o V8, como es natural.
Para iniciar la prueba, salgo de las instalaciones de Maserati Barcelona en el Paseo Bonanova de Barcelona para abandonar la ciudad condal tan pronto como sea posible. Es un día lluvioso y el tráfico es notable, pero el Levante se desenvuelve bien por las calles congestionadas a pesar de su tamaño.
La posición de conducción típica de SUV va estupenda para tener una buena visibilidad sobre toda la clase de pivotes de colores, bloques de cemento y otros obstáculos que ha dispuesto el ayuntamiento por todas las calles de Barcelona.
Por suerte pronto dejo atrás la urbe para dirigirme por autopista hacia Gavà. El cambio de 8 relaciones es una delicia, y en conducción pacífica los consumos del Levante Hybrid son francamente reducidos.
Fácilmente consigo una media por debajo de los 10l/100km, algo que no está nada mal para un vehículo de 2 toneladas y 330 CV. El confort de marcha es alto con la conducción en modo normal, y la insonorización del habitáculo es buena.
Con buena música sonando por el fantástico equipo de audio ni se escucha el motor, mientras que la suspensión se adapta perfectamente a las irregularidades del asfalto.
Pronto llego a Gavà, donde me desvío para ir a buscar la carretera de Begues. Para todos los petrolheads de Barcelona esta carretera es archiconocida, ya que tiene un fantástico trazado lleno de curvas enlazadas durante un buen puñado de kilómetros. No se me ocurre ningún lugar mejor para probar el comportamiento del Levante.
Del confort a la deportividad
Tengo unos cuantos kilómetros por delante con un trazado fantástico, así que es hora de poner el Levante en modo sport. La suspensión baja inmediatamente su altura al suelo, y el cambio baja automáticamente una marcha para mantener un régimen más alto.
Aunque claro está, mejor ponerlo en modo manual para disfrutar de la conducción. Las levas de cambio se encuentran fijas detrás del volante y son de gran tamaño, y resultan francamente cómodas de accionar.
A estas alturas no he pisado el acelerador a fondo ni un solo momento, pero ahora sí que es el momento. Bajo marcha y piso para ver como se desenvuelve el motor de 2L turbo con el boost de la batería. Los 330 CV se hacen notar de inmediato.
La reacción no es nada radical, pero sí contundente. El Levante acelera con soltura, y ahora sí, se escucha mucho el motor. El sonido es característico de las mecánicas de 4 cilindros turbo, muy distinto obviamente de las versiones V6 y V8, pero aún así sigue estando bien.
Al cambiar de marcha a alto régimen con el pie a fondo el escape emite un pequeño petardeo que invita a seguir acelerando y cambiar de nuevo.
Naturalmente llega la hora de frenar, algo que el Levante hace perfectamente bien. Aunque lo que más me sorprende es lo equilibrado que resulta el chasis gracias en gran medida a que el reparto de masas en el Levante Hybrid es muy bueno.
Si a esto le sumamos lo bien trabajada que está la puesta a punto de las suspensiones y la buena adherencia de los neumáticos, el resultado es que puedes enlazar curva tras curva a muy buen ritmo sin sufrir sorpresas ni desequilibrios causados por las inercias.
Por su lado, la respuesta del motor es buena a prácticamente a cualquier régimen especialmente contando con la contribución del boost.
En definitiva, el conjunto destaca por unas fantásticas cualidades dinámicas, y aunque no es cuestión de conducir el Levante Hybrid como si se tratase de un auténtico deportivo ligero -al final pesa 2 toneladas-, sí puedes llegar a divertirte al volante e ir rápido manteniendo un total control de la situación.
Tras un buen tramo que termina con algo de lluvia y el asfalto mojado, llego a una de las capitales del Cava: Sant Sadurní d’Anoia. Perfecto porque es hora de comer, y qué mejor sitio que en el “Mirador de las Cavas”, un restaurante con fantásticas vistas a Sant Sadurní, L’Anoia y Montserrat dónde se come francamente bien.
Después de recuperar energías, y dado que me encuentro en zona de viñedos, nada como dar un paseo sobre las fantásticas pistas de tierra que transcurren entre campos.
Para ello hay que poner el coche en “Modo Offroad” tras lo cuál, la altura al suelo aumenta automáticamente. Así no hay que preocuparse de si rozaremos por algún lado. Naturalmente, los neumáticos que monta este SUV deportivo no son para ir a hacer 4×4, pero en cualquier caso sí que valen para ciruclar por las pistas con total comodidad.
Después del pequeño paseo por el monte, toca volver a Barcelona por la vía directa para poner punto final al test. Al final, he podido probar el Levante en condiciones bastante variadas.
Ciudad, autopista, carretera de montaña e incluso pistas. Hasta ha estado lloviendo durante una parte del recorrido. Suficientes escenarios para hacer una valoración bastante completa del Levante Hybrid. Y la conclusión es sencilla.
Un Maserati a la “ecológica”
La versión Hybrid sigue manteniendo el mismo carácter deportivo de siempre pero con un carácter más “ECO”. El motor 2.0l Turbo con el sistema mild hybrid resulta más que suficiente para mover con soltura al SUV, sin penalizar las prestaciones.
En cuanto al chasis, su comportamiento es incluso mejor gracias a su distribución del peso entre el eje delantero y el trasero. Con conducción normal, los consumos que se pueden sacar “fácilmente” son de entorno a 10l/100Km, aunque evidentemente cuando le pisas más de la cuenta estos se disparan fácilmente. Pero por lo general, emite menos CO2 que sus hermanos de gama.
En definitiva, si buscamos es un SUV de carácter deportivo con una estética muy atractiva, y con etiqueta ECO, el Levante se postula como el candidato ideal. El precio de esta versión parte de los 100.000€ y está disponible en los concesionarios Maserati de nuestro país.
Prueba realizada gracias a Maserati Barcelona
Texto: Dani Blasco. Fotos: Dani de Quadras
