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Luca de Meo: «Tenemos que recuperarnos»

«No es ningún secreto que la empresa está en mal estado”, nos dice Luca de Meo, a los cuatro meses de ser nombrado director general del Grupo Renault. No obstante, en la primera mitad del año Renault ha perdido 7.300 millones de euros. “Hemos elaborado un plan que iniciaremos en 2021 y que creo que cambiará el enfoque de la empresa”.

Un nuevo reto para Luca de Meo

El exjefe de Seat y gurú del marketing de VW y Fiat, habla directo y sin tapujos. También conviene recordar que comenzó su carrera en Renault, hace más de 25 años. El plan de reactivación comienza con un vehículo eléctrico a partir del prototipo Mégane eVision (arriba, izquierda), que utilizara la plataforma CMF-EV del Nissan Ariya. De Meo afirma que el nuevo automóvil “rompe las reglas de tamaño, funcionalidad y diseño”, al combinar las formas de un hatchback, SUV y coupé, en un automóvil de 4,2 metros de largo.

El concept tiene una batería de 60 kWh debajo del piso y un solo motor eléctrico de 215 CV que maneja las ruedas delanteras, bueno para un alcance de alrededor de 450 km, similar al ID.3 de VW. El prototipo Morphoz (arriba, derecha) es más grande, pero también utiliza la plataforma CMF-EV.

En lo que se refiere a la reestructuración de la gama, Luca de Meo afirma que “necesitamos volver para conquistar el segmento C, con crossover y SUV.

Luca de Meo

Si comparas nuestra posición con uno de nuestros rivales más cercanos, como PSA, tenemos que reconocer que hicieron un buen trabajo con 308, 3008 y 5008. Algo que nosotros no hicimos en los últimos años. Cuando llegué a Renault tenía delante una serie de modelos: descarté unos siete y luego reinicié seis de inmediato”.

La alianza de la discordia

El nuevo jefe insiste en que está comprometido con la alianza de Renault con Nissan y Mitsubishi, aunque las quejas de los japoneses por tener menos control que Renault, a pesar de ser históricamente el socio con menos ventas y ganancias, no han desaparecido.

“Creo que la Alianza es una ventaja para los tres. Estamos trabajando para olvidar la política y compartir componentes, plataformas, decidir usar la misma batería para los coches… No es muy romántico pero es pragmático. Lo que tenemos que atacar son las sinergias a nivel de ingeniería. Somos dueños del 43% de la empresa, esa es la realidad, así que, por supuesto, tenemos un gran interés en el hecho de que Nissan y Mitsubishi sigan creciendo”.

Alpine es otro desafío, pero De Meo está lejos de darse por vencido. “Tenemos algunos ingredientes fuertes para cocinar un plato delicioso”. Cambiar el nombre de Renault F1 como Alpine y entregar el control de la división al director del equipo Cyril Abiteboul, con el objetivo de alcanzar el punto de equilibrio “en tres o cuatro años”, es un buen comienzo.

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