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Leyendas al volante. Jacky Ickx. Embajador de Chopard y corredor de las 24 Horas de Le Mans

Embajador de Chopard y leyenda de las 24 Horas de Le  Mans, Jacky Ickx (77) cree en los vaivenes del destino, porque, de no querer ver correr ni al gran Juan Manuel Fangio, terminó siendo dos veces subcampeón de Fórmula 1, convirtiéndose en ídolo de los ‘tifosi’ ferraristas.

En 1956 mi padre, Jacques, me llevó al G.P. de Bélgica en Spa. Corría Juan Manuel Fangio. Cuando terminó la carrera le dije que no me llevara más a esos eventos. Me aburrían”.Sesenta y seis años después, Jacky Ickx, ídolo de mi juventud, está sentado frente a mí como embajador de la ‘maison’ relojera suiza Chopard, convertido en una leyenda viva del motor. Ganador de ocho Grandes Premios, dos veces subcampeón de Fórmula 1, seis veces ganador en las 24 Horas de Le Mans, dos veces campeón del mundo de resistencia, campeón de la Copa Can Am, ganador del París-Dakar en 1983... Nada mal para un niño que “odiaba” las carreras.

Me invade el mismo cosquilleo que sentí en los hombros y las palmas de mis manos como cuando le conocí a finales de los setenta y comienzos de los ochenta en los circuitos de F1. Y es el mismo, con un hablar lento, y ademanes taciturnos. Larga frases sencillas llenas de un sentido común impactante, a lo Fangio. Destila calma. Para él, la velocidad transcurría como el lento vuelo de una gaviota planeando sobre los circuitos.

“Era de los últimos en el colegio, y mis padres buscaban motivarme. No me interesaba la competición, pero a los 13 años me regalaron una moto de trial, una Zundapp de 50 cc, y por curiosidad, pero no por entusiasmo, presenté en una carrera. Terminé en la mitad del pelotón, e inmediatamente comencé a ganar. Descubrí por fin una gran alegría, la de estar entre los mejores y no allí, entre los últimos”. Ese fue, sin duda, un gran salto en su nivel de autoestima.

Sentados mientras desayunábamos en una arbolada terraza del Hotel Albereta, cercano a Brescia, quería hablar de la F1 actual y de Fernando Alonso. “Soy un gran admirador de Alonso… pero los años no llegan solos. Sí, está siendo más rápido que el joven Esteban Ocon pero… de ahí a ser una referencia… ¿Quién es una referencia hoy en F1? Quizás Russell lo es ahora en Mercedes… y Verstappen en Red Bull”.

Le brillaban los ojos claros con destellos de plata al adentrarse en el tema. Se nota que sigue ‘enganchado’, aunque su vida transcurre entre Mónaco (su residencia), homenajes y sus tareas de ‘embajador’. Posición ideal para su carácter tranquilo y abierto. En Brescia era la figura central de un evento netamente emocional y, entre autógrafo y autógrafo, podía recordar (y volver a vivir) las escenas de sus mejores victorias: Rouen 1968, su primer triunfo en F1, bajo la lluvia, con una ventaja de casi una vuelta sobre el segundo; Nürburgring 1972, cuando le sacó 48 segundos a su compañero Clay Regazzoni, ambos sobre Ferrari 312B2. Ickx era uno de los ‘meister’ del Nordschleife, ganador allí en 1969 (Brabham), y también gran maestro bajo la lluvia. Le Mans 1977, una victoria que fotografía en alta definición su descomunal habilidad con los sport prototipos. Faltando cuatro horas, Porsche lo subió al 936 turbo de Jurgen Barth-Hurley Haywood, que iba ocho vueltas por detrás de los lideres, en la posición 41ª. Y ganó, a pesar de que en una parada en boxes hubo que anular un cilindro por avería en el pistón. Colaboraron fallos en los motores de los Renault Alpine A442 que habían soñado, inútilmente, con ganar...

“Una victoria es una victoria pero hay algunas que son más valiosas que otras”, sentencia. “Es la calidad de tus oponente la que crea la gloria. En francés existe un dicho: Cuando ganas con facilidad, ganas sin gloria”.

Evidentemente, todos esos momentos que han construido su leyenda se reflejan en sus actividades con Chopard. “Conocí a Karl-Friedrich Scheufele (copresidente de la marca) en el circuito de Nürburgring, en 1988. Todo sucedió de forma natural, porque coincidimos en gustos y en nuestra pasión. A ambos nos gusta el trabajo hecho con precisión. Por otra parte, siempre he sido consciente que gran parte del éxito depende las personas que te rodean, del trabajo en equipo. Me pasó en el automovilismo, y constaté que esa filosofía era compartida por Karl y su empresa, así que me siento cómodo y motivado como embajador de la marca”.

Varias veces mencionó Ickx la palabra “destino”. Quizás con mucha razón, porque sobrevivió a tres serios accidentes y a otros episodios límite durante los años de fuego, los 60 y 70, en la F1 y los sport. Lorenzo Bandini, Ludovico Scarfiotti, Taylor, Steffan Bellof, Piers Courage, Jochen Rindt, Mark Donohue, Bruce McLaren, Francois Cevert, fueron víctimas fatales en su época. “Yo era rápido, pero mi mayor fortaleza como piloto estaba en que podía mantener un ritmo muy veloz durante horas y horas, con regularidad. También me sentía cómodo bajo la lluvia o con poca visibilidad. Corrí en la Fórmula 1 mientras podía extraer hasta la última centésima de un tiempo, mientras podía aspirar a hacer el récord de vuelta, pero los años no llegan solos, y cuando constaté que esa décima necesaria ya no estaba conmigo, decidí dejarla, en 1979, tras 14 años… Los deportistas deben saber cuándo retirarse, y es mejor hacerlo a tiempo…”.

Una carrera muy larga

Jackie Stewart, tres veces campeón mundial, se retiró en 1973, principalmente porque no quería seguir corriendo más riesgos. Él continuó hasta 1985: “Es difícil darse cuenta hoy de los peligros a los que nos enfrentábamos. Hoy un piloto profesional solo  corre en resistencia, o en Indy, o en F1, y está muy bien protegido y pagado. Pero en aquellas épocas corríamos en todo lo que se nos presentara, porque no había patrocinadores como hoy. Había que ganarse el pan, y llegué a disputar 40 carreras en un año”.

En el GP de Canadá de 1968 se quebró una pierna; en 1970, como piloto Ferrari chocó con el BRM de Jackie Oliver en el G.P. de España, y su coche se incendió. Tardó 20 segundos en salir del coche, y lo hizo con serias quemaduras.

Ese año, en Monza, fallecía Jochen Rindt, al volante de su Lotus 72. El austríaco iba a ser campeón mundial post mortem, porque el Ferrari de Ickx, único que podía batirle en los puntos, se averió un par de veces en los Grandes Premios posteriores.

“Pensaba en aquel entonces, y lo pienso todavía, que hubiese sido una injusticia que yo sumara más puntos que Jochen sin poder él defenderse. Fue justo que el campeón fuese él, sin duda”. En 1985, luchando contra el Porsche 956 de Stefan Bellof en Spa, este le quiso pasar por fuera entrando en la curva de Eau Rouge. Ambos se salieron de la pista. Belloff falleció a causa de las heridas causadas en el accidente.

“Tengo que estarle agradecido a la vida, o al destino, como quieras llamarle. Podría haber sido jardinero, guardabosques o cuidador de animales. Siempre me atrajo la naturaleza y el medio ambiente, y aun hoy son mi pasión. Pero el destino te lleva por senderos inescrutables, muchas veces totalmente diferentes a los que podrías esperar. Cada persona es capaz de hacer algo muy bien, y tú solo debes tener la suerte de encontrar ese algo, y el camino por el que debes transitar”. 

Chopard Mille Miglia. 2022 Race Edition

La emblemática colección de relojes de Chopard se viste de gris y azul como homenaje a la más prestigiosa de las carreras clásicas en carretera. La 1000 Miglia celebra su 40ª edición, y Chopard, su patrocinador y cronometrador oficial, se encuentra de nuevo en la parrilla de salida. Con su caja de 44 mm, de oro rosa ético de 18 quilates y acero, o totalmente de acero, este cronógrafo certificado hace uso de todos los elementos que Chopard infunde a la identidad de esta colección deportiva: elegancia masculina, precisión mecánica, rendimiento relojero y ergonomía en carrera, todo ello al servicio de la belleza de la conducción.

Derivado del diseño de la colección Mille Miglia GTS, este cronógrafo se presenta en dos versiones limitadas: está disponible en acero (1.000 piezas) o con detalles de oro ético rosa de 18 quilates en la corona, los pulsadores y el bisel (250 piezas).

Pasión por la precisión

Para Karl-Friedrich Scheufele, copresidente de Chopard, la exclusiva ‘maison’ relojera Suiza, esta dinámica y evocadora cita del coleccionismo motor es insoslayable. Scheufele fue durante algunos años piloto amateur. La empresa que dirige es patrocinadora principal de la Mille Miglia desde 1988. En 2022 Chopard participó con un equipo de cuatro coches, entre los que se encontraba el muy raro Mercedes 300 SL ‘gullwing’  color frambuesa original, de Scheufele. “Conducir uno de estos coches es como viajar hacia atrás en el tiempo. No reaccionan como los automóviles modernos. Hay que ser capaz de controlar la naturaleza física y, a veces salvaje, de estas criaturas”.

¿Hay un denominador común entre la artesanía relojera y el deporte motor? “El  vínculo más obvio es el tiempo y la precisión. Coche y pilotos deben rendir a la perfección, como debe hacerlo un reloj de gran calidad. Nuestra colección Mille Miglia, limitada y numerada, es además una expresión de esa pasión que sienten los coleccionistas y propietarios de estos automóviles tan especiales e históricos. Por sus detalles son la expresión mejor adaptada para ‘gentlemen drivers’ que aprecian, realmente, el aura de aquel maravilloso período de los coches deportivos de pre y posguerra”.

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