Lewis Hamilton, el campeón rebelde consigue su cuarta corona

En el pasado G.P. de México, el inglés Lewis Hamilton, logró su cuarta corona mundial de Fórmula 1 afirmándose en el selecto grupo de los “grandes” del automovilismo. Igualó así en la estadística a Alain Prost y a su gran rival de este año, Sebastián Vettel quienes también obtuvieron 4 entorchados. Las cifras de Lewis comienzan a impresionar, 72 “poles” récord absoluto, 62 victorias  (M. Schumacher 91), 116 podios (Schumacher 155), todo conseguido en 206 carreras mientras “Schumi” compitió en 308 Grandes Premios para conseguir sus marcas.

Hamilton, de niño, veía con admiración lo que hacían o habían hecho dos ídolos suyos, Ayrton Senna y Michael Schumacher, sus modelos. «Aparte de lo obvio, creo que poseemos cualidades que nos hacen únicos. Estoy realmente orgulloso de estar junto a estos increíbles pilotos de élite que veía de pequeño. Tenemos algo en común: los tres empujamos los límites. Lo que me hace un poco diferente está en mi forma de ser, soy algo más extrovertido. Visto diferente, tengo opiniones diferentes. Pero es difícil saber cómo nos iría si compitiéramos juntos, qué diferencias se verían con los tres en la pista. Me gustaría tener una oportunidad para eso… pero es sólo un sueño», decía no hace mucho.

Lewis quiere creer, quizás con razón, que puede llegar a desplegar esa velocidad increíble que tenía Senna. Y aunque no tenga conciencia de ello si posee, y lo demuestra este año, la visión y la manera de manejar las carreras como lo tenían Niki Lauda (hoy uno de sus jefes, en la foto superior) y el escocés Jackie Stewart. Liberado de la presión de quien el año pasado le ganó el campeonato, su compañero Nico Rosberg, esta temporada alcanzó nuevas cotas en su forma de correr y ahí quedan esas 11 pales y nueve victorias hasta México.

Un martillo en las pistas

Una leyenda de las pistas no se construye solo con números, sino, también, con hazañas, victorias en circunstancias desfavorables. Ya era ganador Lewis Hamilton cuando en 2008 triunfó por, nada menos que 68 segundos de ventaja sobre Nick Heidfeld bajo la lluvia en el Gran Premio de Inglaterra. Ese día, le sacó una vuelta a todos, menos a sus compañeros de podio. Como su admirado Senna, Lewis iba a dar recurrentes muestras de super habilidad con pista mojada a través de los años.

Las fricciones con Rosberg comenzaron en Bélgica 2014, cuando Nico, al pretender adelantarlo le pinchó un neumático y la carrera fue para Daniel Ricciardo, de Red Bull. En todo caso, Hamilton jamás cedía y con más frecuencia que Rosberg sacaba del asfalto a su compañero, como en Suzuka en 2015.

Para Rosberg, más débil de carácter, el esfuerzo era demasiado. Por fallos ante la presión de Hamilton perdió Rosberg dos victorias, en Italia 2014 y USA 2015. En 2016 ocurrió el choque más espectacular entre ambos en el G.P. de España: Rosberg se había quedado sin potencia en la corta recta antes de la curva 4 y Hamilton se lanzó a adelantarlo por el interior, justo cuando el alemán se apartaba. Ambos McLaren casi destruidos.

Destroza compañeros…

Hamilton, en su primer año y siendo novato, había conseguido que Fernando Alonso se fuese de McLaren, acabado con la carrera de Kovalainen, puesto en serios aprietos a Button y terminaba agotando a Rosberg. Este año Hamilton se ha llevado muy bien con Bottas porque, claro, el recién llegado no es una amenaza para él.

En su primer año, como novato, Lewis igualó en puntos y superó 9 a 8 los sábados al ya entonces bicampeón Fernando Alonso en McLaren. A continuación acabó con las esperanzas de Heikki Kovalainen en 2008 y 2009, le ganó a Jenson Button (arriba, en la imagen) en 2010 pero el campeón de 2009 (con Brawn), logró más puntos que él en 2011.  Y terminaron igualados en 2012.  Cuatro años tuvo a su lado Hamilton a Nico Rosberg en Mercedes y en tres de ellos sumó más puntos que el rubio alemán.

En la batalla de los sábados a velocidad pura, los compañeros más molestos para Hamilton  fueron, justamente, Rosberg y, en su primer año en la F1, Alonso en 2007. Sin embargo, ninguno de ellos logró dominarlo. Rosberg, que en su momento había derrotado al ya decadente Schumacher en tres temporadas, 41-17 los sábados, fue el que más se le aproximó en rendimiento, llegando, inclusive, a ganarle 12 a 7 en 2014. Pero, en el resto de su polémica estancia en Mercedes, primacía de Lewis.

Ni  Vettel pudo con él

A  comienzos de este año parecía que Ferrari, por fin, tenía un coche para preocupar a Mercedes y Lewis. . Y hubo momentos en que fue así y su primer espada, Sebastian Vettel, pudo enfrentarse de manera directa a Hamilton.  El duelo entre ambos llevaba esperando mucho tiempo porque cuando Vettel enhebró cuatro certámenes consecutivos, sus Red Bull eran claramente superiores a los McLaren y al  Mercedes que conducía Lewis. Así, con su SF-70H Vettel fue capaz de lanzarse a la garganta de Hamilton. Le ganó en Australia, aunque Mercedes se equivocó en la estrategia y repitió en Bahrein.

Nervioso porque Hamilton le había frenado sorpresivamente durante dos períodos de “safety car” en Baku, Vettel le aplicó un golpe a su Mercedes. Fue sancionado, pero Lewis perdía la victoria al tener que detenerse en boxes a cambiar su reposacabezas que se había soltado en el habitáculo. Ambos se rozaron en España, sin consecuencias y ese día ganó Hamilton.  Vettel se impuso, después, en Hungría cuando Lewis, en un gesto de deportividad y por acuerdo de equipo, tras perseguir inútilmente al alemán, le dejó a su compañero Bottas el último peldaño del podio.

Al regreso del verano, tal como sucediera en 2016, Hamilton resultó imparable. Estaba en juego el campeonato, con Vettel de líder. Iba a conseguir cinco victorias y 91 puntos en seis pruebas  mientras Ferrari y Vettel se hundían, ya sea por falta de rendimiento de los SF-H70 o problemas de fiabilidad. En Singapur, Vettel inició la carambola que sacó de la carrera a él mismo, a Max Verstappen y a Kimi Raikkonen llegando a la primera curva. Vencedor Hamilton, en Japón falló el motor de Seb y en Austin, Hamilton, inalcanzable. Al llegar a México Hamilton disponía  de un claro y fácil “match ball”. Vettel estaba obligado a ganar y a  él le bastaría ser quinto rcar19_para coronarse.

Max Verstappen, destinado a ser “uno de los grandes” apareó a Vettel que arrancaba desde la pole al comenzar.  Sorprendido, desestabilizado, Vettel era pasado también por Hamilton y por error aceleró de más a la salida de la segunda curva y lo chocaba destrozando su alerón delantero y pinchando un neumático del Mercedes. Ambos a boxes. Desde ese momento, todo estaba perdido para Vettel. El Ferrari y el Mercedes remontaron posiciones pero con Hamilton ya campeón mientras Verstappen ganaba la carrera.

No era esa la manera en la que Hamilton hubiese querido coronarse pero todo su trabajo ya estaba hecho y de antemano merecido. Alegría, festejos y frases de circunstancia mientras algún pensamiento se deslizaría hacia sus días de las próximas vacaciones disfrutando de sus hobbies preferidos.

¿Músico, “celebrity” o ambos?

Hamilton ya reflexiona como un joven adulto y piensa en su futuro: “Hay más cosas más allá de la F1. Y pienso que haré el día que me retire. Me gusta la moda y la música y estoy aprendiendo porque me gustaría realizar alguna de esas actividades.” Un poco de narcisismo le lleva a vestir como los músicos y raperos jóvenes de raza negra a los que admira y a incursionar en el diseño.

Su imagen no es precisamente la que uno podría presuponer de un representante de Mercedes. También está orgulloso de su gusto por la música, que satisface tocando la guitarra y frecuentando a la flor y nata de ese mundillo, pero tampoco falta, inclusive casi que sobran, las presencias femeninas en sus incursiones  extra profesionales.

Así como aprendió a tomar las curvas en los circuitos, fuera de ellos, Lewis siguió aplicando esa especial habilidad en otro tipo de curvas respaldado por sus hormonas de soltero acaudalado.  En 2016 dejó una tormentosa relación que duró siete años con la cantante estadounidense de las Pussycat Dolls, Nicole Scherzinger y desde entonces, empleando su jet privado de Bombardier (con patrocinio incluido), Lewis se dedica a disfrutar de sus salidas y vacaciones cuando el nutrido calendario de la F1 se lo permite.  No lloró mucho por perder su cuarta corona en Abu Dhabi el año pasado.

Esa misma noche y en los días subsiguientes estuvo con Paris Hilton y ya este año, en Mónaco, los fotógrafos lo sorprendieron con la supermodelo  estadounidense Bella Hadid. Pero en su afán por hacer nuevos amigos, y más amigas, claro, Lewis ha frecuentado a la estrella del pop Rita Ora y a la modelo Barbara Palvin. Puede ser en Londres, en Barbados o en Los Ángeles cuando su desenfado juvenil es fotografiable. Más discreto es Lewis en Mónaco, donde ha fijado residencia, por aquello de los impuestos. Tiene que cuidar de un patrimonio que, se estima, ronda en los 170 millones de euros…

Este dinerillo le permite comprarse las mejores guitarras eléctricas (desde 2012 tiene una Stratocaster dorada que era de Prince) y equipos de grabación y sonido con los que procura cultivar su gran pasión musical. De hecho, más de una vez Hamilton ha dicho que cuando se le acabe el ritmo frenético de un piloto de leyenda y se retire, casi seguramente se dedicara a los ritmos del pentagrama…

Su condición de campeón mundial le ha abierto las puertas de los hogares y guaridas de las más importantes estrellas del firmamento sonoro estadounidense británico y americano, Lionel Ritchie (salió con la hija de este), Rogana, la ya mencionada Ora y otros. De momento, para mantener satisfecha a esta faceta de su personalidad se gana los guisantes en las pistas pero dejando en claro que es un  “campeón rebelde”.

Por: Orlando Ríos