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John DeLorean: El creador del mito

A finales de los años sesenta General Motors era una compañía todopoderosa en EE UU, y John Zachary DeLorean (1925-2005) era su directivo más atrevido y mediático. Con formación de ingeniero, fue el impulsor de modelos tan brillantes como los Pontiac GTO y Firebird. Su historia es otra más sobre el sueño americano, la lucha de un chaval humilde de Detroit que llegó a lo más alto. Su padre desembarcó en EE UU desde Rumanía a los 20 años, y su madre era húngara. Él trabajaba en una fábrica de Ford y ella en una de General Electric. John era el mayor de cuatro hermanos y sus progenitores se separaron en 1942. Nuestro protagonista destacó rápidamente en sus estudios pero la guerra interrumpió su carrera. Tras servir tres años en el Ejército y ser licenciado con honor volvió a su casa, donde su madre pasaba dificultades económicas. Su padre, al que apenas veía, tenía serios problemas con el alcohol. Trabajó a tiempo parcial en un taller y en 1948 se graduó en ingeniería mecánica. Luego pasó por Chrysler y Packard hasta que llegó a GM.

En 1961 ya era ingeniero jefe de Pontiac, y cuatro años después, con 40 años, director de la marca. En este tiempo DeLorean demostró no solo talento para la técnica, sino también una gran visión para el marketing y para anticiparse a lo que los clientes querían. Gracias a los nuevos productos el Pontiac dejó de ser un coche “de abuelas”.

En 1969 DeLorean disfrutaba de su estatus de directivo brillante y rebelde, y le nombraron jefe de Chevrolet, la marca más importante de GM. Con unos ingresos anuales que rondaban los 600.000 dólares se convirtió en un personaje de la jet set, viajando por el mundo y rodeado de mujeres y celebridades. Pero eran tiempos difíciles para Chevrolet, con la mala imagen generada por el Corvair de motor trasero y problemas de calidad. Con DeLorean supieron corregir el rumbo y lanzar modelos tan exitosos como el Vega, y en 1972 le nombraron vicepresidente de producción de todo el grupo.

El ascenso a la presidencia parecía cantado. Entonces ya llevaba dos divorcios: se casó en 1954 y se divorció en 1969. Y ese mismo año se volvió a casar y se separó en 1972. Su tercera mujer sería la modelo Cristina Ferrare, que le duró hasta 1985. Luego hubo una cuarta. Por lo tanto nadie comprendió por qué el 2 de abril de 1973, con 48 años, anunció que dejaba GM. Declaró que quería hacer otras cosas, y eso incluía un automóvil con su nombre y diseñado según sus propias reglas. Le gustaban mucho los BMW, y quería un deportivo que rivalizara con el CS Coupé.

El viento de la recesión sobrevolaba Estados Unidos y sumado al precio del DeLorean hizo que el proyecto del DeLorean DMC-12 cayera en la ruina. Mientras toda la junta directiva trabajaba para sacar a flote la empresa, el 19 de octubre el FBI detuvo a DeLorean en Los Ángeles por tráfico de drogas, desesperado por encontrar fondos. En el juicio celebrado por el caso DeLorean, John Delorean fue absuelto tres años después de todos los cargos de tráfico de drogas, y durante el juicio se defendió a sí mismo hasta demostrar que le tendieron una trampa los agentes federales. Siguió batallando legalmente hasta los 90 con temas relacionados con la bancarrota, y en septiembre de 1999 él mismo se declaró en quiebra y fue desalojado de su propiedad en New Jersey. Murió en 2005 y en la placa del cementerio, junto a su nombre, hay un relieve con la figura de un DMC-12 con las puertas elevadas hacia el cielo, el mismo que le llevó a la ruina y le hizo inmortal.

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