Gama Jaguar AWD: «All Well Done» por aquí
Entre verdes praderas y altas montañas de picos nevados hemos estado conduciendo tres coches. Tres Jaguar, los tres AWD y una sola idea común, un sistema de tracción total que funcione tan bien que te haga olvidarte de él. Lo hace porque este no es un sistema de tracción integral como los que solemos encontrar en coches que normalmente son de tracción delantera y pasan a ser total. Aquí tenemos un tracción trasera que actúa como tal siempre, hasta que se detecta perdida de agarre o tracción y pone en funcionamiento el sistema de tracción total activando el eje delantero.
A priori podríamos pensar que esto no es igual de bueno que un sistema convencional de tracción total permanente, pero lo cierto es que es mejor en algunos aspectos. El principal de ellos en la gama Jaguar AWD es que ahorraremos combustible. Es difícil encontrar un coche de tracción total permanente con consumos cercanos a los de un tracción delantera o en este caso trasera. En el Jaguar XF por ejemplo pudimos llegar a hacer una media de 5,2 con el motor 2.0 diésel de 180 CV, uno de los nuevos motores Ingenium de la marca, más silencioso, tranquilo y suave. ¿Como es posible? Pues como hemos dicho, hasta que el coche no lo considere oportuno, solo trabajará el eje trasero, ahorrando combustible y transmitiendo la sensación dinámica que aporta un coche de estas características.
En un tramo muy revirado con horquillas en subida, pudimos dar constancia del funcionamiento del sistema. Nada te indica que esté actuando, pero el cuerpo lo nota cuando al reducir a segunda con las levas y hundir el pedal para subir la curva en cuesta el coche no sobrevira y traza por donde apuntamos. Ahí ha despertado el AWD. Respecto a los motores diésel de 180 CV 2.0, son los más vendidos en el mercado español, y son lo que nos acompañaron en las dos berlinas de la marca. El XE quizás se mostró más ágil por tener una batalla más corta y un peso algo más contenido, unos 30 kilos menos y unos 20 centímetros menos de largo.
No dejemos de hablar de pesos, porque si algo preocupa a la marca inglesa es eso, el peso. A ello se suma otro factor importante, la agilidad, que no puede ir desacompañada de la rigidez. ¿Y cuál es el mejor metal para aunar todo esto? Pues el aluminio, y si algo saben en Jaguar es de aluminio. Con el sistema de arquitectura de aluminio consiguen eliminar limitaciones a la hora de adaptar los chasis e incorporar piezas nuevas. Jaguar lleva 15 años trabajando en la mejora de esta arquitectura y se nota. La estructura de cada Jaguar cuenta con un 33% de aluminio reciclado, y en total reciclan 30.000 toneladas de este material al año. Gracias a ello el Jaguar F-Pace tiene una estructura de 298 kg de peso, de una sola pieza, con una distribución de pesos de un 50:50.
El nuevo minino precisamente fue uno de los protagonistas de las pruebas. Se siente portentoso pero dentro y al volante no se muestra tan pesado o apabullante como uno de sus primos hermanos de Land Rover. Si que vamos altos como en cualquier SUV, pero podemos exigirle más que a todos los que pueda haber en el mercado. La unidad que condujimos portaba el motor V6 diésel de 300 CV. Sinceramente no escogería este coche con un motor más pequeño, salvo que fuera gasolina y tuviera una potencia cercana. El F-Pace se movía con mucha soltura bajando un puerto de montaña y solo llevándolo al límite las ruedas comenzaban a chirriar. Las inercias eran más notorias que en sus hermanas berlinas, pero es lógico en un coche de más de 1.800 kilos y 1.650 milímetros de alto.
Y ahora la pregunta final. ¿Cuánto nos costaría llevarnos a casa un Jaguar AWD? Pues si queremos el nuevo F-Pace, la gama parte en el 2.0 diésel de 180 CV Manual por 48.180 euros, pero si queremos el de 300 CV diésel V6 automático serían 61.600 euros. Si el XF es nuestra elección comenzaríamos con unos 51.538 euros con el motor 2.0 diésel de 180 CV automático. Y el más comedido de la familia, el XE con un precio de 42.400 euros con el mismo motor y cambio anteriores. Si queremos un extra de rendimiento sin renunciar a unos consumos moderados y ajustados, la gama Jaguar AWD es la respuesta a esas exigencias, y es que todo está bien hecho por aquí.