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Prueba Ferrari 488 GTB Spider: Un Ferrari especial, que no Speciale

El nuevo Ferrari 488 Spider logra hacerte entrar en una gigantesca y monstruosa velocidad como una rana engrasada que cae en el agua. No hay salpicadura, ningún drama, sólo un repentino destello del  veloz movimiento, que seguido de un croar profundo, te hace desaparecer por el camino. Todo lo que necesitas es flexionar tu pie derecho y la respuesta es inmediata y abrumadora; un tsunami de oleadas de torque que te impulsa hacia delante en un movimiento intenso. Sientes la fuerza de la naturaleza sin esfuerzo de la misma, la falta de resistencia, como si el peso del coche, el zarandeo del aire y los principios de la física casualmente sean barridos por este motor titánico.

En el momento de su lanzamiento Ferrari dejó claro que este no es el nuevo Speciale. Y tienen razón, por supuesto: este no es un coche de carreras de calle despojado de su techo, este es el Spider, es el Ferrari de Hollywood Hills. La llegada del techo duro plegable, introducido en el 458 ha ido ganando rápidamente popularidad. Y se puede ver por qué – sólo pesa 50 kg más que el 488 GTB, que tiene el mismo motor, la misma respuesta para hacer el 0 a 100 km/h en 3 segundos, la misma suspensión, el mismo chasis de aluminio. Pero si el sol brilla puedes quitar el techo en 14 segundos. Ferrari dice que los Spider son conducidos más que los coupes, y los conductores de Spider suelen tener a su lado un acompañante para el viaje. Por ello es más utilizable y civilizado, y no tiene nada que ver con el Speciale, en absoluto….

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Es cierto, las comparaciones son odiosas, pero el 458 Speciale es su predecesor y por lo tanto el último punto de referencia. Además a este cavallino se le ha considerado la cumbre de Ferrari, el último atmosférico de esencia pura, un V8 que hizo que los entusiastas creyéramos que no habrá  nada igual tras él, ya que el Ferrari 488 es turbo. Entonces ¿es mejor o peor?

No, no hay escapatoria para la comparación, simplemente es diferente. Yendo al apartado técnico, si superponemos las gráficas de ambos, cuando ves la potencia y el par de este motor turbo de 3.9 litros superpuesto encima de los 4,5 litros del V8 del 458, realmente impresiona. Las líneas en el gráfico son como los espaguetis, cada una por un lado. No sólo por la potencia máxima que es de 670 CV y no 605CV, es el par que ha pasado 540 Nm a una friolera de 760 Nm y  también por la forma en que se entrega. Ferrari ha hecho todo lo posible para eliminar la demora del turbo en el 488, con nuevos cojinetes y aleaciones de titanio en el turbocompresor. Para mejorar aún más la respuesta, el máximo par está disponible desde sólo 3.000 rpm. No es de extrañar que despegue como un caza en un portaaviones. Y así como las características de su motor también son tan diferentes, hace que a su vez cambie la forma en que se conduce.

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Algunas cosas no han cambiado. El nuevo Spider se ve impresionante, con una carrocería donde se aprecia el trabajo bien hecho. El interior todavía es brillante y lleno de carácter. Pero retira el techo y podrás oír los cambios a medida que empuja. El motor tiene una nota más profunda, más como un murmullo que un zumbido mecánico. Una vez que está rodando, ese resonar burbujeante se convierte en un trombón, levantándose con ese par inmediato – y no, no hay ningún retraso. Pero la forma en que el par viene tiene un efecto extraño, cuando te quieres dar cuenta, estás tirando de la leva antes de que las revolucione lleguen a la zona roja para subir de marcha.

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Aún así, es alucinantemente rápido, brutalmente rápido en carreteras de curvas en las que la curva siguiente ya está asomando antes de enderezar el volante. Con tantas horquillas, tanto bloqueo de la dirección y mucho par, el control de tracción parpadea constantemente, un indicador silencioso del par descomunal disponible. Si desconectamos el control de tracción con el pequeño  manettino del volante,  el Ferrari 488 se pondrá a sobrevirar en cualquier lugar, en segunda o tercera velocidad, cuesta arriba o cuesta abajo. Afortunadamente, el chasis magníficamente equilibrado y flexible, junto con la dirección súper rápida y precisa, permitirá volver a enderezarlo, pero hay que tomarse en serio el juego de manos. Así que es diferente, pero ¿mejor o peor? El 458 Italia era escalofriante, de una manera distinta al Ferrari 488 Spider. Pero eso no significa que el nuevo 488 Spider no sea una experiencia alucinante, y un coche sensacional para conducir. Simplemente es diferente.

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