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Experiencia Roadsurfer: cuando irse con una camper es (casi) todo ventajas

Viajar en camper es una experiencia que se ha vuelto cada vez más popular en los últimos tiempos. Más aún, después de la pandemia que ha despertado en muchos una gran necesidad de viajar y vivir, pero a su vez otra necesidad bien distinta de estar en cierto modo aislado en un espacio propio.
En este contexto el vehículo camper es la solución perfecta. La libertad que te ofrece un vehículo de estas características es total. Se conduce como un turismo y se aparca como tal, pero a su vez puedes convertirlo en tu habitación de hotel rodante con casi todas las necesidades básicas cubiertas. Un vehículo así no tiene precio, o sí...Porque por supuesto, el vehículo camper es versátil, práctico, conveniente e interesante para viajar, pero barato desde luego que no, al menos si nos referimos a precio de compra.

De hecho, si contamos el precio que nos puede costar adquirir un camper, y lo dividimos entre las veces que deberíamos salir con él para amortizarlo, seguramente tengamos que pasarnos las próximas décadas acampando cada semana. Dicho esto, o te sobra el dinero y te dá todo igual o es que no has hecho números. De todos modos, cada cuál es feliz y libre de gastarse su dinero como le plazca, así que no vamos a juzgar a nadie por ello. No obstante, la buena noticia es que si te gusta el mundo camper y tienes sentido de la economía, también hay una solución que puede resultar mucho más interesante: alquilarlo por días.

Roadsurfer: un negocio de alquiler de campers nacido en un parking de supermercado.

Con casi 4000 campers de alquiler por distintos países de Europa y un volumen de negocio que crece de forma exponencial año tras año, Roadsurfer es sin duda una opción para tener en cuenta. Esta hoy gran empresa es de las más grandes del sector y con mayor oferta, aunque todo nace de una idea en el parking de un supermercado.

Hace apenas 6 años, unos amigos alemanes se compraron un camper para hacer salidas. Doy por hecho que en algún momento se usaron una calculadora, con la que debieron hacer números. El caso es que llegaron a la conclusión que tener un vehículo de estas características salía muy caro. Sin embargo, en vez de verlo como un problema lo vieron como una oportunidad: alquilarlo para sacarle rendimiento. Así que ni cortos ni perezosos, plantaron su camper en el parking de un supermercado de su pueblo con un cartel de alquiler.

De bien seguro a más de uno la idea le parecería descabellada, pero la realidad es que más pronto que tarde, empezaron a salirles clientes. Con ello, empezaron a sacar un buen rendimiento de su furgoneta, hasta el punto de que decidieron invertir el dinero obtenido en adquirir más vehículos camper con el mismo fin de alquilarlos. Durante un tiempo, siguieron en el aparcamiento del supermercado con su alquiler de estar por casa, pero con una rentabilidad creciente gracias al éxito del negocio.

Un paso adelante.

Tras cada alquiler, los vehículos se limpiaban y ponían a punto para volver a alquilar. Todo con cariño y profesionalidad. Los clientes fueron creciendo, así como la demanda, hasta el punto de que pronto el modelo de negocio evolucionó. Los socios montaron su primera base de operaciones de la recién nacida compañía Roadsurfer en Alemania. El resto es historia. De la primera base de alquiler de campers de la compañía, apenas 6 años después se ha llegado a más de 50 en toda Europa, un número que crece año tras año: Alemania, Francia, Italia, España y Portugal son los países donde podemos encontrar bases hasta día de hoy. La flota total de la empresa entre todas las bases llega hasta las 3700 furgonetas -todas ellas con menos de 3 años de antigüedad-, una cifra que si todo va según lo previsto llegará hasta las 5000 unidades en 2023. Un éxito rotundo.

Entre sus modelos: la Volkswagen California y Grand California, la Mercedes Marco Polo, La Ford Transit Nugget o la Fiat Ducato Nomad. Entender todo el funcionamiento y evolución de la empresa está muy bien, pero qué mejor que entenderlo a través de una experiencia en primera persona mediante una escapada camper entre semana.

Así que, con todo mi espíritu campero activado, me dirijo a la base de Viladecans, en Barcelona, para encontrarme con el CEO de la marca en España,Vicente, y periodistas. Hoy nos vamos de excursión para vivir una experiencia Roadsurfer que incluye noche de campamento, para vivir de primera mano todo lo que el concepto camper puede ofrecer. Porque como decía al principio, el cliente comprador de este tipo de vehículo debe tenerlo muy claro y estar muy convencido de lo que hace. Sin embargo, el concepto alquiler abre muchísimo el target de clientes, que de modo ocasional pueden lanzarse a vivir una experiencia distinta sin que les salga excesivamente caro. Con Roadsurfer el precio de alquiler por día y según modelo puede oscilar entre 40 y 150€ en función de la temporada. A ello se le suman los rallies, los movimientos de furgonetas que tiene que hacer la empresa entre paísescada año. Si alquilamos un camper en este marco, recogiéndolo en un país y devolviéndolo en otro según la necesidad de la empresa, disponer del vehículo durante una semana nos costará menos de 100€, un chollo oiga.

Destino la Costa Brava.

Aunque hoy no haremos ningún rally; nos vamos a la Costa Brava. Entre las furgonetas del evento, encontramos la Ford Transit Nugget, la Vw California, la Grand California y una Mercedes Marco Polo. La última vez que me escapé con una de sus furgonetas dispuse de la Vw California, así que para cambiar en esta ocasión elijo la Mercedes Marco Polo. La unidad parece nueva de trinca, y es que el equipo de Roadsurfer tiene esto: antes de entregar cualquier vehículo la puesta a punto es tal que el vehículo queda de estreno, y completamente equipado: en el maletero encuentro además de dos sillas, una caja con muchísimo equipamiento de cocina para poder hacer picnic cómodamente, como también un set de ropa de cama corporativa.

Estamos a mitad de octubre, pero como viene siendo habitual en los últimos años, el tiempo es más bien propio de la primavera, e incluso hace calorcito. Puede que el mundo se vaya a hacer puñetas, por lo tanto, qué mejor que disfrutar de cada día, especialmente entre semana. En este clima ideal, salimos hacia el Cap de Creus, una zona privilegiada al norte de la costa catalana, tocando a la frontera francesa. Allí el viento de Tramuntana suele hacer estragos, pero no hoy. La calma es total, y las vistas maravillosas. Con este escenario de fondo, nuestra caravana de 7 Roadsurfers recorre la revirada carretera como si de una serpiente se tratase. La verdad que, con la pintura de los vehículos en su mayoría bicolor, y los vistosos vinilos de la compañía, el conjunto es de lo más vistoso. Los vehículos Roadsurfer no pasan desapercibidos.

En cuanto a conducción, la dinámica de los vehículos camper respecto autocaravanas está fuera de toda duda: puedes llegar a todas partes con conducción de un turismo, pero llevando la casa a cuestas. Qué decir de la Marco Polo, va de maravilla. Y así llegamos al restaurante situado en el Faro del Cap de Creus. Un escenario de película donde degustamos un arroz de lujo, no tanto por su calidad, que tampoco era nada del otro mundo, sino por el marco impresionante en que nos encontramos. En muchas ocasiones el dónde lo es todo. Si por mi fuera me quedaba a dormir aquí mismo. Por supuesto que una habitación de un Relais Chateaux es mil veces mejor que el habitáculo de cualquier camper, faltaría más. Pero también es cierto que una habitación de hotel no la puedes conducir hasta parajes increíbles.

Comiendo, Vicente el CEO de la compañía en España nos cuenta más curiosidades sobre la historia de esta joven compañía cuyo éxito sigue creciendo. Su forma de contar las cosas es de lo más cercana, igual que el carácter que demostraron los propios trabajadores de la base al recoger los vehículos. No tengo duda que esta cercanía y naturalidad en el trato por parte de los miembros de la empresa también juega un gran papel en el progreso de la marca y la fidelidad de sus clientes -en gran parte familias o parejas-. Según nos cuenta, un porcentaje elevadísimo repite como cliente tras probarlo una primera vez.

Los Spots: un concepto interesante para acampar con comodidad en entornos privilegiados

Después de la comida, nuestra caravana camper se pone en marcha: nos dirigimos hacia el Spot donde acamparemos, una masía del S. XVll con un entorno de paz absoluta. Un spot es una masía rural o casa particular en su defecto, necesariamente con encanto, convertida en un espacio acondicionado para acampar con privacidad en un entorno de paz y certificado por Roadsurfer. Todos estos Spots se encuentran en la web de la compañía, y tienen precios variados. Desde un buscador web resulta fácil encontrarlos por regiones, y nos permite conocer qué servicios, qué entorno. Aunque normalmente más caros que un camping, ofrecen también un valor más alto.

Fuego, barbacoa y buen vino.

Una vez en la Pahissa de Can Abras, el Spot en cuestión, acampamos en círculo. En medio, hacemos fuego, a cuyo alrededor plantamos las sillas con las que vienen equipados los vehículos. Hora de hacer barbacoa, abrir botellas de vino, y vivir una experiencia maravillosa a la luz del fuego y bajo las estrellas, con buen ambiente, buenas historias y olor a leña. Así sí. En este ambiente, viviendo la dulce vida de camper -y con duchas y baños de verdad disponibles en la casa junto a nuestras campers- poco se puede mejorar. Con buen ambiente y una copa de más, me voy a dormir. Refresca, así que dormiré en el habitáculo de la Marco Polo, sin subir el techo para no pasar frío. Ventajas de tener dos camas. Y efectivamente acierto, porque al día siguiente varios compañeros han pasado frío, pero yo no. He dormido estupendamente en la Marco Polo. Tras el desayuno, nos ponemos en marcha para ir a visitar una bodega de vino en Alta Alella -ayer no bebimos suficiente, antes de poner punto final a la experiencia con una comida de despedida en Castelldefels junto a la base Roadsurfer en Viladecans.

Una experiencia magnífica

A decir verdad, estos dos días han sido magníficos. Tengo que reconocer que a priori jamás me iría de vacaciones en un camper, pero hacer una escapada al estilo Roadsurfer, es un lujo. Es básicamente una forma de ir de experiencia camper con todas las comodidades que ofrece este estilo de vida, pero evitando todos los inconvenientes que supone. Una solución ideal que de bien seguro volverá a seducirme -aunque sólo sea ocasionalmente- en el futuro.

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