Elon Musk entre el cielo y la tierra, ¿Que hay en su cabeza?
Si eres un purista puede que los Tesla no te interesen demasiado, pero su historia es alucinante y se estudia en las mejores escuelas de negocio. En sus primeros quince años de existencia la empresa nunca dio beneficios, pero aun así sus acciones no han parado de subir. Es más gráfico decir que el valor de Tesla en Bolsa ronda los 470.000 millones de dólares, más de doble que el gigante mundial Toyota. De hecho, los primeros beneficios para la marca californiana llegaron en la segunda mitad de 2018, y desde entonces siguen en números verdes. Cuando perdían dinero sin parar, su CEO y cofundador Elon Musk (Pretoria, 1971) ya era el directivo más admirado y cool del planeta, así que ahora que van bien no hay quien ponga en duda su visión empresarial.
Tesla ha confirmado que el primero de 2020 (antes de la covid) ha sido su quinto trimestre consecutivo de beneficios, con una facturación de 8.700 millones de dólares y 331 millones de beneficio. En ese periodo fabricaron 145.036 unidades, y el reciente Model 3 sigue siendo la estrella de la gama con gran diferencia. Es evidente que el beneficio anunciado no justifica la elevada cotización de las acciones de Tesla, pero esto siempre ha sido así.
La realidad es que quienes han comprado sus acciones casi siempre han ganado dinero al venderlas, aunque la empresa casi nunca haya dado beneficios. Y lo importante para los inversores es que, si compraste acciones de Tesla a finales del año pasado, tu dinero se habrá multiplicado por seis. Eran muchos también los que previeron el final de Tesla en cuanto las marcas Premium germanas se pusieran en serio a fabricar eléctricos. Este cambio ya ha comenzado, pero no parece que el fin de Tesla esté próximo. La empresa de Musk está en plena expansión.
Fabrican en EE UU y China y están construyendo una factoría en Austin para fabricar su impactante SUV y otra en Brandenburgo, Alemania. Conviene viajar por el mundo para ver que en determinados lugares, como California o Ámsterdam, los modelos del fabricante americano son omnipresentes. En España están a la venta desde finales de 2016, y se está vendiendo muy bien el compacto Model 3 (desde 42.000 euros con las ayudas estatales).
Los orígenes de Elon Musk
Contra lo que suele creerse, Elon Musk no fundó Tesla. Lo hicieron los ingenieros Martin Eberhard y Marc Tarpenning en julio de 2003. Musk entró como principal inversor, y en febrero de 2004 ya era el presidente, de modo que es una especie de cofounder. Ya casi no nos acordamos, pero todo comenzó con el Tesla Roadster lanzado en 2008, que básicamente era un Lotus Elise con una mecánica eléctrica. Dejaron de producirlo en 2012 y en total entregaron unas 2.500 unidades.
La gran pregunta es: ¿Cómo ha podido una marca novata adelantarse a las poderosas multinacionales del automóvil? En una entrevista de 2017 en el diario El Mundo, Javier García Sanz, entonces vicepresidente mundial del Grupo Volkswagen, también señalaba esta anómala situación: “Me acuerdo de que cuando vimos el primer Tesla le dije al doctor Winterkorn (anterior presidente del grupo): ‘¿Para eso tenemos en nuestro grupo 10.000 ingenieros, para que luego venga alguien sin experiencia en el automóvil y nos de una lección?’; pero ahora nos hemos puesto las pilas”.
Esta afirmación del directivo español debería ser suficiente para que los responsables de Tesla se pusieran nerviosos. Pero también es cierto que la marca ya tiene un público fiel y militante, que aprecia el trabajo de Musk como los incondicionales por Apple admiraban a Steve Jobs.
Los Tesla no son revolucionarios técnicamente, tienen más autonomía que otros eléctricos fundamentalmente porque llevan baterías más grandes. Se han adelantado porque Elon Musk ha golpeado primero y ha creído en el proyecto, sin atender a los que le decían que no podría competir y que no sería rentable. Curiosamente Tesla siempre ha gustado a los inversores.
La fortuna actual de Musk se estima en unos 68.000 millones de dólares gracias a sus acciones en Tesla. Esto le convierte en el séptimo norteamericano más rico según la lista Forbes. Según el mismo medio, Musk lleva donados unos 100 millones para fines de ciencia, tecnología y desarrollo desde la Musk Foundation. También ha ayudado a niños sin recursos mediante Big Green en Colorado, que dirige su hermano Kimbal. Hace meses declaró que iba a deshacerse de todos sus bienes materiales y comenzó por su casa de Bel Air, que se ha quedado un millonario chino por 29 millones de dólares. Más recientemente ha vendido otra por siete millones. La compró en 2013 al actor Gene Wilder, porque estaba enfrente de la suya y la iban a derribar para hacer otra, algo que no le hacía gracia.
De niño ya prometía
Musk, hijo de un ingeniero, fue un niño prodigio que con 12 años programó un videojuego. Emigró a Canadá en junio de 1989, y en 1992 se trasladó a EE UU para estudiar Empresariales y Físicas en la Universidad de Pennsylvania. La primera empresa que ideó fue un éxito, Zip2, que desde 1995 gestionaba sitios web para medios de comunicación. Compaq la compró por 300 millones cuatro años después, de los que 22 fueron al bolsillo de Musk.
Con ese dinero en el banco otros nos habríamos dedicado a ver crecer la hierba del jardín, pero para Elon fue solo el principio. Corría el año 1999 y rápidamente se puso en marcha: se compró el mejor deportivo que el dinero podía pagar, un McLaren F1 (hay en Youtube un video del día que le entregaron el coche) y se colocó un implante capilar para compensar su temprana alopecia. Desde entonces no ha dejado de inventar y de trabajar.
Con parte de su fortuna creó X.Com, que luego se convertiría en PayPal. Cuando eBay compró el servicio de pago por internet PayPal por 1.500 millones en 2002, Elon se llevó otros 150. De PayPal salieron más emprendedores que con el tiempo han creado sus propias empresas tecnológicas.
A partir de entonces Elon Musk se dedicó a sus nuevos proyectos: el fabricante de coches eléctricos Tesla, SpaceX, dedicada a los viajes espaciales, y Solar City, enfocada a la energía solar. El sueño de Musk es viajar a Marte, y sabe que su perseverancia aun puede llevarle muy lejos. “La motivación para crear mis empresas siempre ha sido involucrarme en algo que tuviera un impacto significativo en el mundo”, ha dicho en alguna ocasión. También tiene claro que “el fracaso es una opción. Si las cosas no fallan, no estás innovando lo suficiente”.
Su fortuna y su prestigio no le han hecho levantar el pie, y sigue trabajando como un animal. Según el portal estadounidense Business Insider, a las siete ya está en pie y duerme un máximo de seis horas. Tiene tantos compromisos que organiza su agenda en periodos de cinco minutos. Apenas contesta llamadas y su email es secreto, para evitar que le contacten. Según las mismas fuentes ni siquiera se detiene para comer, y engulle algo en medio de una reunión en cinco minutos. Los fines de semana trata de estar con sus hijos y buscar algo de tiempo para leer, una de sus pasiones.
Cuando tiene que viajar emplea su jet privado Dassault 900 de 12 plazas. Se divorció en 2008 de su primera esposa, con la que tuvo cinco hijos. Ella decía que Musk estaba obsesionado por el trabajo (él lo reconoce) y que se sentía insignificante para él. De su segunda esposa, una actriz británica, se divorció en 2016 y estuvo saliendo con la también actriz Amber Heard, bella exmujer de Johnny Depp. Algo nos dice que el actor de Piratas del Caribe tenía más tiempo de ocio que Elon Musk, pero en todo caso nuestro protagonista dejó a la actriz el verano de 2017. Ahora sale con la cantante y productora canadiense Grimes, con la que ha tenido otro hijo.
Trabajar con alguien tan ocupado y exigente como Musk no es fácil. Ashlee Vance escribió una biografía sobre Elon Musk y comprobó que sus empleados a veces han de pasar por situaciones complicadas. “Tienes que estar preparado para ir a una reunión y que Elon te grite y te ridiculice frente a tus compañeros si tiene un mal día.
Debes encogerte de hombros y recordar que estas haciendo un trabajo importante, y que Elon te va a exigir hasta el límite. Simplemente hay personas que están dispuestas a aguantarlo y otras que no”. En esta línea, un directivo italiano que trabajó con él en EE UU nos contaba que un día te saludaba efusivamente y otro ni te conocía… cosas de genios. Como era de esperar Musk también es brillante cuando habla en público, agudo y sarcástico.
Así que el personal le escucha como a un gurú, un poco por admiración y un mucho por aprender y abrir la mente. Es un CEO muy mediático que ocupa portadas de revistas, que es amigo de Leonardo DiCaprio o de Obama, y al que el presidente Trump ha elegido para su comité asesor. Además el director de la saga de las películas de Iron Man dice que se inspiró en él para crear el personaje del genio millonario Tony Stark.
Y como agradecimiento, Elon Musk hace un cameo en Iron Man 2. Por encima de estas frivolidades a ElonMusk le gusta involucrarse personalmente en el diseño y desarrollo de los coches, probarlos y decir a los ingenieros lo que le gusta y lo que no.
Su trabajo en Tesla debe combinarlo con atender a su empresa SpaceX. Actualmente trabajan para la NASA, aunque esperan poderse dedicar a llevar pasajeros al espacio en el futuro. Es la primera empresa privada que ha conseguido enviar un cohete al espacio y hacerlo volver para reutilizarlo. Al parecer uno de sus grandes logros ha sido abaratar los costes de los componentes de los cohetes.
Otro de sus proyectos es el Hyperloop que concibió en 2013, una especie de tren que podría viajar a 1.200 km/h a través de tubos presurizados. No obstante hoy por hoy su desarrollo está paralizado. Elon Musk sigue desbordando pasión y optimismo en sus proyectos: “Si algo es lo suficientemente importante debes intentarlo, incluso si el resultado probable es el fracaso”. Pase lo que pase, Elon ya tiene su nombre escrito en los libros de historia.