Buscar

Elegimos el coche del presidente ¿Cuál es el ganador?

Sí, los diésel de hoy en día son la repera. Potentes, rápidos, con un consumo frugal y unas emisiones que se suponen bajo mínimos. Pero, no nos engañemos, lo que nos pide el cuerpo es que debajo del capó de nuestro coche exista un potente motor gasolina y que al pisar el acelerador suene como una sintonía melodiosa que haga que nuestro corazón bombee más fuerte antes de cambiar de marcha a eso de 7.000 revoluciones, algo que nos recuerde que nuestros coches tienen alma en lugar de un conjunto de pistones y bielas que se encargan de moverlo. Pero los consumos, las leyes anticontaminación y, sobre todo, los dichosos Excel de las compañías de renting, son los que mandan, así que nuestra futura berlina tendrá, con toda probabilidad, un motor diésel de cuatro cilindros, bien sea de empresa o particular,

Ya que son las que mejor defienden su precio una vez decidamos venderla. ¿La solución? Hacer que las berlinas diésel funcionen lo mejor posible para terminar disfrutando de la conducción. ¿Hay o no hay gato encerrado? Por supuesto, y a los actuales maestros en la materia: el recientemente puesto al día BMW Serie 3 y el muy actual Jaguar XE, se suma la nueva apuesta de Audi: la tercera generación del A4, que llega para sustituir a un modelo que se ha vendido como si todos los días fueran “Black Friday”. El A4 que llega a nuestra cita equipa el motor que mejor encaja en su gama y que seguramente será el más vendido: el 2.0 TDI de 190 CV con una caja automática S-Tronic de siete marchas y tracción delantera.

el coche del presidente
El asistente de conducción eficiente actúa para disminuir el consumo del Audi A4 mostrando un pedal de color verde en el cuadro de relojes

FESTIVAL TECNOLÓGICO

El sistema MMI de Audi sigue presumiendo de ser muy intuitivo, pero todos los equipos que han seguido el camino del iDrive de BMW, verdadero inventor de este tipo de rueda para controlar los menús de la pantalla, pecan de lo mismo, hay que desviar demasiado la atención de la tarea de conducir y cuesta aprender su manejo. Lo que sí fascina y puede suponer un gran avance es la pantalla digital que ocupa el cuadro de relojes. En combinación con la instrumentación en el parabrisas head up display, puede ser la solución definitiva a la distracción, ya que miramos donde siempre obtenemos toda la información necesaria. Por nuestro bien, mejor que el coche del presidente tenga las menores distracciones posibles. En marcha el A4 es tan refinado como preveíamos. Se come los baches con finura, responde con suavidad a la dirección y, en esta versión S-Line con suspensiones más rígidas, el eje delantero jamás tiende a abrir su trayectoria ni aunque nos empeñemos en hacerlo con furia. Acelerador y freno son suavísimos, pero si queremos ir realmente rápido el A4. ¿Es suficiente para convertirse en el coche del presidente?el coche del presidente

PASAMOS AL JAGUAR

Al entrar en la berlina inglesa mantenemos esa agradable sensación como cuando llegas a casa y te sientas en el sofá después de un largo día de trabajo. Desde luego que ningún cliente lo echará en falta, ya que el diseño es bonito y su realización muy buena, pero el nivel que muestran sus dos competidores es tan alto que al salir en los otros dos y entrar en el Jaguar percibimos que pierde esta batalla por muy poco. La pantalla táctil no es tan rápida como sus rivales, pero sí más fácil de utilizar, y aunque a muchos no les gusta el mando rotatorio del cambio, aporta un toque de clase al interior. Arrancamos y el motor no muestra el aislamiento del Audi. Estamos ante el primer motor diésel totalmente fabricado por Jaguar en su historia, y aunque es potente y rápido, aún le falta un pelín de refinamiento. 

el coche del presidente

Afortunadamente sus puntos débiles se olvidan con el primer giro del volante. Y eso no suele ser un problema en el coche del presidente. La tracción trasera y un eje delantero rápido hacen que el XE se sienta mucho más corto y ligero que sus rivales, y tome las curvas con precisión, divirtiéndonos en el trayecto y apurando frenos antes de afrontar cada curva cerrada del camino, donde más se disfruta del británico. El XE esconde el carisma de un deportivo y muestra el mismo chasis que las versiones de más potencia.

el coche del presidente
Con tan solo un año de vida, el interior del XE nos parece el más personal de este trío. El mando giratorio para el cambio automático se ha convertido en toda una seña de identidad.

CIRUGÍA PARA EL BMW

El líder del segmento también es un serio candidato para convertirse en el coche del presidente. El serie 3 se ha sometido a una cirugía láser en la que han retocado aún más sus cualidades: diseño de luces más vanguardistas, mejoras en la calidad del interior, cambios de marcha más suaves, suspensión, dirección y amortiguación revisadas… En marcha está claro que no tiene el nivel de aislamiento que proporciona el nuevo A4, pero su motor, en cambio, es el que más se acerca al funcionamiento de uno de gasolina, tira bien desde abajo y alcanza un rango más alto de revoluciones sin que el rendimiento decaiga. La caja de ocho marchas, la misma que en el Jaguar y proporcionada por ZF, da una mejor impresión por el impecable mando de uso, que podemos activar de forma manual con reducciones hacia adelante, como sucede en competición, o con unas levas de la misma calidad que las que luce el superdeportivo i8. Y, para culminar el asunto, están los perfectos asientos, la excelente postura de conducción, el volante, siempre algo grueso pero de radios muy finos y diseño deportivo, o la consola orientada hacia el piloto. 

el coche del presidente

¿POLÍTICAMENTE CORRECTOS?

Desde luego el Audi A4 es un automóvil excepcional para convertirse en el coche del presidente. Más ligero, silencioso y ágil que antes, tiene un interior de élite, mucho espacio y un diseño excepcional, pero en cierto sentido está orgulloso de su motor TDI, y en eso no termina de convencernos a nosotros, amantes de la gasolina y la diversión al volante, por eso hay que elegirlo por sus excepcionales cualidades, pero no por su brillante dinamismo. En esa tarea el que más destaca es el Jaguar XE.  Va muy bien en carreteras de curvas, casi como un compacto algo grande, y se mueve con dulzura en todo momento dando carisma a su conducción. Sin duda es la auténtica berlina deportiva del lote y el que hay que comprar con el corazón. Y después nos queda la elección obvia, porque el BMW 320d está en todas partes, pero no hay quién pueda con sus cualidades. Sí, el Audi es más refinado y el Jaguar más ágil, pero el Serie 3 está cómodo con su equilibrio, y por eso es la elección de aquellos que, o no lo tienen muy claro, o quieren un poco de todo o, simplemente, confían en el buen hacer de 40 años de ingeniería de la marca en este modelo. Por eso el nuevo presidente lo tendrá muy difícil a la hora de elegir su nuevo coche. Y sea de izquierdas, centro o derechas, lo que está claro es que escoja el que escoja siempre acertará. De esta manera queremos resolver la duda sobre el coche del presidente. Ojalá hacer los presupuestos generales del Estado fuese tan fácil… 

el coche del presidente
El BMW termina de recibir un ligero refresco, trazando mejoras en aspectos en los que ya era sobresaliente, como el acertado diseño.

 

 

TEAM CAR SPAIN PUBLICACIONES, S.L utiliza cookies propias y de terceros para recordar tus preferencias y optimizar la experiencia de usuario. Para obtener más información lee nuestra política de cookies.
Al pulsar en “Aceptar” aceptas el uso de las diferentes cokies que utiliza el sitio web. Puedes configurar o denegar el uso de las cookies en la configuración de la política de cookies.