Bugatti junta a su santísima trinidad: EB110, Veyron y Chiron
Nada como juntar tres generaciones de superdeportivos para ver como ha cambiado todo. Y más si son de la misma marca, y aun más si es una tan especial como Bugatti. La firma ubicada en Molsheim nos ilustra ahora con una espectacular sesión fotográfica de sus tres últimos modelo, el EB110, el Veyron y el reciente Chiron, tres coches con una misma finalidad y una elaboración muy diferente, ser el superdeportivo más espectacular de su época.
Los tres comparten algunos preceptos, como su chasis monocasco ligero, la tracción total o su motor con cuatro turbos. Y aunque Bugatti no lo ha revelado, sabemos que estas tres magníficas joyas terminadas en negro fotografiadas en Dubai pertenecen a un mismo propietario asiático. Sin duda en una gran colección tiene que haber un Bugatti, en una excepcional, los tres modelos.
Bugatti EB110 Super Sport
El más veterano es el más diferente a los dos últimos Bugatti, y no es para menos. El nacimiento del EB110 llegó en 1991, momento en el que la firma estaba en manos del empresario italiano Romano Artioli y ubicada cerca de Módena, Italia. El coche se presentó en el 110 aniversario del fundador de la marca Ettore Bugatti, a quién el superdeportivo debe su nombre, el 15 de septiembre de 1991.
Su chasis monocasco solo pesaba 125 kg y fue el primer coche de producción en serie en estar hecho de carbono. El EB110 usaba un V12 de 3.5 litros y cuatro turbos, y en su versión Super Sport, la que ilustra estas fotos, rendía alrededor de 610 CV. Del EB110 GT hubo 96 unidades, y del Super Sport, más ligero y potente, 40, mientras que solo hubos dos modelos de competición que llegaban a los 670 CV. En su momento costaba 550 millones de liras italianas, ahora uno se cotiza en 2 millones de euros, que es lo que se pagó el año pasado en una subasta de RM Sothebys.
Bugatti Veyron 16.4. Super Sport
Aquí la historia fue bien diferente. La marca pasaba a estar en manos del Grupo Volkswagen y Ferdinand Piëch fue el principal impulsor del regreso de un supercar de la compañía, un proyecto ambicioso que costó mucho más dinero del que habrían querido pero que en 2005 dio como resultado el Veyron. Volvía a haber un chasis monocasco de carbono, también con tracción pero el motor aquí era un bloque de 8.0 litros y 16 cilindros en W, que rendía 1.001 CV y 1.500 Nm. Pasó a ser el coche más rápido del mundo con su 0 a 100 km/h en 2.5 segundos y más tarde en su versión Super Sport llegar a los 415 km/h gracias a sus 1.200 CV. En 2010 esta versión consiguió el récord del coche de producción más rápido del mundo alcanzando 431.072 km/h.
Solo se fabricaron 450 unidades, de las cuales 48 eran un Super Sport como esta que acompañan a los otros dos modelo. Señala Bugatti que el Veyron ha incrementado su valor entre un 30-35% desde su lanzamiento y subiendo, y ya entonces la unidad valía más de un millón de euros.
Chiron
Parecía imposible mejorar al Veyron, y entonces en 2016 llegó el Bugatti Chiron, con sus 1.500 CV y sus 1.600 Nm, el coche de producción más potente hasta la fecha. Sus cifras de prestaciones mejoraron con cifras tan absurdamente increíbles como un 0 a 100 km/h en 2.4 segundos, a 200 km/h en 6.1 segundos y a 300 km/h en 13.1 segundos. Volvieron a por el récord de velocidad con el Super Sport 300+ el año pasado y marcaron 490.484 km/h de velocidad máxima. Además nos han dejado otras ediciones del modelo, pero esta unidad negra es una convencional. Solo habrá 500 unidades, 250 ya están en sus hogares y su precio sin impuestos era de 2.65 millones de euros.
¿Habrá una nueva santísima trinidad tan espectacular? Recemos porque así sea.
