Buscar

Prueba Bugatti Chiron Pur Sport ¡Me gustan las curvas!

No es la primera versión del hiperdeportivo del grupo VW, ya hemos visto el Chiron Sport, el Divo o el Super Sport 300+, la Voiture Noire… solo que todos estos son más limitados en su producción (ver apoyo). Enfocado a las prestaciones más puras, este Bugatti Chiron Pur Sport ha sido desarrollado para sacarle el mayor partido a toda la mecánica, aunque hayan tenido que sacrificar algunas cifras por el camino.

Bugatti Chiron Pur Sport

De hecho es el Chiron con la menor velocidad máxima… ¡Qué no cunda el pánico! No es que su punta se haya limitado a 250 km/h como la mayoría de los modelos de las marcas alemanas, en este caso la cota sube hasta los 350 km/h. Un pequeño sacrificio que en ningún caso entristecerá a los propietarios de esta bestia del asfalto.

Otra de sus cualidades es reducir el peso, tarea ardua a estos niveles, pero el Bugatti Chiron Pur Sport pesa 19 kilos menos que un Chiron normal, 1.976 en total para ser exactos. De esa cifra, 16 los rebaja gracias a las nuevas llantas ultraligeras fabricadas en magnesio, y que mejoran de paso la aerodinámica. Los tres kilos que faltan se rascan con el sistema de frenos con titanio y nuevos discos más ligeros.

Tampoco podemos pasar por alto el gran alerón trasero, de 1,9 metros de largo, y que servirá para generar más carga aerodinámica en el paso por curva. No pesa más que el de serie porque no hay sistema hidráulico de aerofreno, así que todo queda igual.

Pero todo eso ya os lo contamos en su día. Hoy toca hablar de lo que se siente a sus mandos. Conducir el Bugatti Chiron Pur Sport en pista te obliga a recalibrar tu cerebro. Un tramo de asfalto que en cualquier otro automóvil se sentiría como una larga recta, en el Pur Sport es solo una pausa para respirar entre dos curvas. Esa curva de tercera ahora es de cuarta… O puedes quedarte con la tercera y asustarte cuando abras el grifo del acelerador al salir del giro.

Aunque se ha referido al Pur Sport como un Chiron con frenada y un paso por curva mejorados, la diferencia más importante es que los ingenieros de Bugatti han acortado la transmisión final en un 15%, un cambio radical que refuerza las relaciones intermedias y coloca la séptima relación aproximadamente donde suele estar la quinta marcha.

Comparte el motor del Chiron base, un W16 de 8.0 litros con cuatro turbos y 1.500 CV, lo que si cambia es el régimen de vueltas, que crece a 6.900 rpm por las 6.750 rpm del normal. Puede parecer poca cosa, pero los efectos son escandalosos. Olvídese de los 0,1 segundos sin sentido recortados en el tiempo de 0 a 100 km/h de 2,4 segundos del Chiron, y el hecho de que la velocidad máxima se ha reducido a “solo” 350 km/h.

Hay que prestar atención a los números intermedios: ahora llega a los 200 km/h en 5,5 segundos –en lugar de 6,1– y los 300 km/h caen de 13,1 segundos a menos de 12. El impacto es aún más obvio en la carretera, donde esas nuevas relaciones crean una realidad totalmente diferente. Mientras que un Chiron estándar necesita 4,3 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, en sexta velocidad, el Pur Sport lo hace en 2,4 segundos. Cuando regresamos a nuestro coche, un BMW M8 que nos llevamos al circuito, tuvimos que comprobar un par de veces que no estaba activado el modo de emergencia…

Con el Buggati Chiron Pur Sport, siempre buscando nuevos límites

Con esta variante la marca quiere demostrar que el Chiron es mucho más que un pura sangre con un solo truco. Si bien el objetivo del Super Sport 300+ era convertirse en el primer automóvil de producción en alcanzar las 300 mph (490, 484 km/h), el Pur Sport muestra algunas de las otras fortalezas que esperamos de un superdeportivo. Como el paso por curva. Dinámicamente, es el Bugatti es el más extremo de todos. Por eso lo probamos en un terreno desconocido para la propia Bugatti: una circuito de carreras. El trazado alemán de Hockenheim también es un terreno desconocido para mí, y para sumar otro escalofrío, la superficie está más resbaladiza que un cerdo untado con mantequilla…

Por último, Bugatti ha invitado a un montón de potenciales compradores a conducirlo después de nosotros. Tenemos una gran oportunidad y una gran responsabilidad.

La física pone al Chiron en desventaja sobre otros superdeportivos en este tipo de entorno. Aún con su estricta dieta sigue siendo más pesado que un McLaren 765LT. Ninguna varita mágica va a disfrazar ese peso extra, pero el resto de cambios resultan bastante buenos. El secreto poco conocido de los Bugatti es que son mucho más divertidos de conducir de lo que cabría esperar. De hecho, un Chiron estándar y el Sport ligeramente modificado tienen una dirección genuinamente táctil y se sienten sorprendentemente ágiles en carreteras fluidas.

Lo sientes primero a través de las manos, pero también a través del asiento y del chasis. No se trata de un misil de pista despojado de todo lo necesario para ganar unas décimas. Todavía se siente muy lujoso por dentro, simplemente ataviado con ropa deportiva de Prada en lugar de un traje. Pero incluso en una pista suave, la conducción es notablemente más firme, y no es de extrañar: los resortes son un 35% más rígidos en la parte trasera y un 65% más firmes en la parte delantera.

Bugatti Chiron Pur Sport

Se ha modificado la geometría de la suspensión, y las barras estabilizadoras son de carbono. Además, según los ingenieros, la carrocería del Pur Sport es un 130% más firme delante y un 77% más detrás. Toda esa geometría revisada aumenta la cantidad de inclinación negativa, lo que da más superficie de apoyo a los Michelin Pilot Cup 2R en las curvas difíciles. Estos neumáticos, elegidos por su adherencia en lugar de su extrema durabilidad, son parte de la razón por la que la velocidad máxima se ha limitado a 350 km/h.

Después de algunas vueltas en el Bugatti Chiron Pur Sport, la dirección más precisa del Pur Sport nos llama la atención inmediatamente. Hay una sensación más positiva e inmediata en la forma en que responde la parte delantera cuando gira, y la trasera también se insinúa de una forma más divertida. El Pur Sport es definitivamente una máquina de pista más capaz, pero también exige más atención, sintiéndose más nervioso en las curvas y en las frenadas, donde te tienes que acostumbrar a su alerón fijo y olvidarte de la ayuda del aerofreno.

Al final de nuestra sesión, la pista se ha secado, pero no por completo, y tanto yo como los de la Cup 2R todavía estamos luchando por detener el coche que sale de cada curva derrapando con las cuatro ruedas. Algo que podría parecer aterrador en cualquier otro coche, en nuestro Chiron resulta incluso agradable. Equilibrado al máximo, desde Bugatti nos aseguran que con el modo “ESC Sport+” activado, incluso podríamos jugar a ser héroes del derrapaje. Eso sí, en una pista completamente seca, no es plan de romperle a alguien un juguete de 1.500 CV.

Este Chiron es asombroso, y ahora es realmente feliz tanto en las rectas como en las curvas, sobre todo en las curvas. Lo único que supera las sensaciones que ofrece al volante es su precio. Antes de impuesto son tres millones de euros, 350.000 euros más que el Chiron Sport. No obstante, si algo ha diferenciado siempre a Bugatti del resto de marcas de hipercoches ha sido su extremista enfoque.

Justo ahora que la competencia se estaba poniendo al día en cuestiones como la aceleración o la velocidad máxima, ellos se desmarcan y vuelven a los orígenes, afirmando a los cuatro vientos que las curvas no son ningún inconveniente para ellos. Da igual que pese dos toneladas, mientras el Grupo VW quiera, Bugatti siempre irá un paso por delante del resto.

TEAM CAR SPAIN PUBLICACIONES, S.L utiliza cookies propias y de terceros para recordar tus preferencias y optimizar la experiencia de usuario. Para obtener más información lee nuestra política de cookies.
Al pulsar en “Aceptar” aceptas el uso de las diferentes cokies que utiliza el sitio web. Puedes configurar o denegar el uso de las cookies en la configuración de la política de cookies.