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Bentley Continental GT Speed: siempre elegante, ahora silencioso

La firma inglesa ha hibridado finalmente su coche más pequeño y deportivo, y el resultado es soberbio. Bonito, brutalmente rápido, cómodo y polivalente como siempre, pero, además, ahora también es silencioso.

La conducción alpina es un fascinante asunto tridimensional. Las ecuaciones familiares que implican velocidad, radios y trazada se hacen aún más convincentes por las fuertes pendientes que amenazan con obstaculizar dolorosamente tu capacidad para ganar velocidad o perderla, dependiendo de si estás subiendo la montaña o descendiéndola en picado.

Hace tan solo 20 minutos comenzamos a subir el puerto de Susten bajo un cálido sol. La brisa matinal que entraba por las ventanillas nos despeinaba mientras el tintineo de los cencerros de las vacas nos hacía sonreír. Pero las cosas cambian rápido aquí arriba, y cuando nos unimos a un convoy que avanza lentamente detrás de una furgoneta Renault que gime, la lluvia moja la luna del Bentley y la carretera queda empapada.

“No sé si volveré a entusiasmarme con la idea de desarrollar un coche sin motor eléctrico”, sonríe Chris Cole, director de la línea de productos de Bentley, cuando salimos esta mañana. Su nuevo bebé, el Continental GT Speed híbrido enchufable, está a punto de demostrar por qué.

Más adelante, la carretera está por fin despejada. Sin vacilar –y a pesar de una pendiente tan pronunciada que los ciclistas más endurecidos se tambalean– la transmisión nos pone en la marcha correcta, la tracción a las cuatro ruedas está ocupada aplicando más par al asfalto húmedo y fresco de lo que debería ser factible y el V8 del Speed, hábilmente asistido por ese motor eléctrico por el que Chris está tan loco, nos empuja a un ritmo bastante elevado. La afrutada sintonía del escape –su ruido es todo ondas, sin sintetizador– sonando para todo el mundo como una manada desvocada de modelos de la NASCAR. No soy un experto, pero estoy seguro de que la gravedad debería frenarnos, sobre todo teniendo en cuenta que el Speed es ahora un coche de 2,5 toneladas. Pero 1.000 Nm de par máximo parecen haber encontrado la fórmula mágica para apagarla por completo.

Sin el obstáculo de las viejas furgonetas francesas repletas de bicicletas, el Bentley tiene vía libre. Una rápida curva cerrada se abre ante mí, me planteo brevemente pisar los frenos –cerámicos con una finura y modularidad de libro– pero, basándome en las prometedoras imágenes recientes de los generosos niveles de agarre, decido no hacerlo.

El eje delantero nos hace pivotar en la curva (más exactamente, ambos lo hacen; la dirección trasera será estándar en todos los GT nuevos) y el agarre lateral es tan generoso y el control de la carrocería tan seguro que inmediatamente desearía haber sido más ambicioso. Donde el asfalto ondulado podía hacer tambalear la suspensión del modelo anterior, especialmente en modo Sport, el nuevo Speed, con sus amortiguadores de doble válvula, se conduce con autoridad. Los amortiguadores anteriores, de una sola válvula, tenían que comprometer su control de rebote para optimizar el rendimiento en compresión; estos no.

Y cuando tomamos la curva y nos encontramos en otra larga subida, la capacidad del Bentley para ganar velocidad, prácticamente desde el vértice, es impresionante. La tracción total hace su trabajo en este sentido. Sería interesante compararlo, aquí y ahora, con dos tracción trasera como el Ferrari Roma (620 CV/720 Nm) o el Aston DB12 (680 CV/800 Nm), pero ya habrá tiempo para eso.

La propulsión eléctrica asistida a cualquier régimen que es capaz de ofrecer el tren de potencia híbrido enchufable es asombrosa, con tanto empuje que la selección de marchas es casi irrelevante. Debido al peso del coche, el recientemente retirado V8 GT no siempre era capaz de ofrecer la aceleración imperiosa que prometía su precio. Incluso el W12 Speed –el desaparecido buque insignia– necesitaba trabajar duro para volar de verdad. Esta nueva unión del V8 de 600 CV y el motor eléctrico de 190 CV esboza unas magníficas curvas de potencia y par (con un máximo de 782 CV y los ya mencionados 1.000 Nm). De hecho, eclipsa al “viejo” W12 Speed en todas partes: abajo, arriba, en un PowerPoint y en lo alto de un puerto de montaña. Y tanto a fondo como muy a fondo, las dos fuentes de potencia se integran con maestría, sin titubeos ni indecisiones.

Tienes que sentir el híbrido enchufable como un concepto. Si te encuentras a menudo en el diván del terapeuta, tratando de entender tu lugar en el mundo, puedes comprender porque argumentamos esto. Cruelmente etiquetada como “tecnología de transición”, se suponía que iba a funcionar como los cohetes propulsores de Saturno, que nos alejaban de la empalagosa órbita del motor de combustión antes de desaparecer mientras navegábamos hacia la maravilla estrellada de la electricidad total. Pesados y poco elegantes como solución, las ridículas cifras oficiales de CO2 y de eficiencia de combustible no hacían más que exacerbar la sensación de que se trataba de una fase pasajera de la que todos saldríamos rápidamente. De hecho, hace un par de años, Bentley habló de cinco nuevos vehículos eléctricos en cinco años y del fin de los motores a finales de esta década.

Es la hora del híbrido

Ahora, como la oferta de VE se está encontrando con una demanda tibia, estamos retrocediendo apresuradamente (el calendario de Bentley ha retrocedido un par de años y aún puede volver a flexionarse). El híbrido enchufable, que había despejado su escritorio y se dirigía al aparcamiento agarrado a una caja de cartón y la típica maceta con una planta, ha sido perseguido y se le ha ofrecido un nuevo contrato.

Bentley tiene algunas ventajas cuando se trata de híbridos enchufables, como la tecnología del Grupo VW en la que puede basarse y el hecho de que sus grandes y pesados coches facilitan el embalaje del hardware adicional. La tecnología también encaja bien con la marca; sin esfuerzo cuando estás cargando, pero con otras ventajas menos obvias, como la mejora del consumo de combustible con una carga regular. Los ingenieros de Bentley afirman un consumo real de unos 7 litros –el oficial WLTP es de 1,3 l/100 km–, plausible si tenemos en cuenta que conseguimos 9,5 en las montañas. Todo sin olvidar la capacidad de conducir en modo EV, sereno y sin quemar gasolina siempre que te apetezca. El motor de 190 CV, 450 Nm y la batería de 25,9 kWh recorrerán unos 80 km, cubrirán todas tus demandas de aceleración hasta el 75% y alcanzarán los 140 km/h antes de despertar al V8.

El propulsor eléctrico vive en la transmisión, mientras que la batería está bajo el maletero, donde roba unos 100 litros de capacidad. Sin duda, esta sería una pérdida más considerable para su hermano descapotable, el GTC, pero en este caso incluso resulta positiva, ya que proporciona unos cambios significativos e iguala la distribución del peso. Con todo, la nueva cadena cinemática ayuda a aumentar el peso en orden de marcha de 2.273 kg a 2.459 kg (y esto con el cambio de un W12 a un V8). Por su parte, el motor de combustión, liberado de la necesidad de unos modales impecables gracias al eléctrico, funciona con turbos monocilíndricos más eficientes y prescinde de la desactivación de cilindros.

El hecho de que gran parte de la chapa del Continental GT permanezca inalterada podría sugerir una evolución suave bajo la piel, pero se trata de una actualización técnica exhaustiva, sobre todo porque el paso a la propulsión híbrida ha requerido una migración a una nueva arquitectura eléctrica similar a la del Bentayga. Los elementos visibles incluyen pantallas digitales actualizadas y algunas nuevas funciones, como el aparcamiento remoto para los espacios más reducidos y la posibilidad de instalar aplicaciones directamente en el coche. Las ventajas incluyen una experiencia de usuario más cómoda y menos problemas de compatibilidad.

En definitiva, el Speed, el Continental GT más capaz y dinámico hasta la fecha, es uno de los pocos coches en los que la electrificación parcial encaja a la perfección. Impresionantemente rápido, más confortable que nunca y ahora con esa deslizante capacidad de propulsión EV que tan bien sienta en el uso diario... toda una punta de lanza para la nueva generación. No obstante, la versión Speed es la primera que llega al mercado.

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