Aventura Porsche Macan y Cayenne: asalto al desierto
Centro Porsche Barcelona organizó la segunda ruta por tierras africanas, para deleite de sus clientes. Lejos del asfalto, los SUV alemanes demostraron, una vez más, estar a la altura.
Hacer un viaje a Marruecos siempre es una experiencia excitante. Sus paisajes llenos de contrastes, desde las montañas del Atlas hasta las dunas del desierto, su acogedoras gentes, o sus luces mágicas y olores intensos, constituyen un marco inmensamente atractivo para disfrutar una realidad muy distinta a la nuestra sin alejarnos demasiado de casa. Y es que este país del Norte de África, que está separado por apenas 14 kilómetros de la Península Ibérica en el paso del estrecho, es un escenario exótico, que nos invita a descubrirlo en profundidad. Hacerlo en una caravana de dieciséis SUV Porsche, tanto por carretera como fuera de ella, es sencillamente una aventura sin igual.
Centro de Experiencias
Puede que Centro Porsche Barcelona naciera en su día como Concesionario de coches puro; no obstante, ya hace unos años que esto cambió para convertirse en mucho más que eso.
Por supuesto que siguen vendiendo coches, y no precisamente pocos, con cifras de récord en los últimos años. Sin embargo, su apuesta continua por la organización y participación en todo tipo de eventos destinados a sus clientes, desde track days, jornadas culturales, salidas de día, escapadas de fin de semana o viajes más largos, entre otros, han convertido a la concesión con base en Barcelona y Sant Cugat en un verdadero centro de experiencias de referencia de la marca en nuestro país.
El evento más aventurero
Hoy nos ocupa el evento más aventurero y quizás más especial de toda la temporada: el Marruecos Porsche Tour. Un viaje dedicado a los clientes más intrépidos de la gama SUV.
Tras la primera edición, celebrada en 2019, ha tocado esperar dos años y el paso de la pandemia para que Marruecos reabriese sus fronteras con nuestro país para volver a realizar esta gran expedición. El recorrido ha tenido como punto álgido las mismísimas dunas del desierto, el enclave mítico de un tour que ha dejado un sinfín de buenos recuerdos, grandes vivencias y nuevas amistades entre los afortunados clientes que han tomado parte en esta expedición.
Más de 2.000 kilómetros por tierras africanas
Lo de catalogar este viaje como aventura no es una broma. Y es que recorrer más de 2.000 km, repartidos en siete etapas, con puertos de montaña a través de la cordillera del Atlas, enlaces de varios centenares de kilómetros por “carreteritas” locales, y sobre todo, tramos de pista en pleno desierto, no es un “relajado paseo por el parque”. Menos aún si a eso le añadimos un sinfín de elementos locales como bicicletas, burros o dromedarios que pueden cruzarse por la carretera en cualquier momento, una conducción local que en ocasiones es “imprevisible”, y en definitiva, variables a las que no estamos acostumbrados en nuestro día a día. Aventura de verdad. Aunque por supuesto, todos estos pequeños inconvenientes valen la pena: los paisajes resultan absolutamente increíbles, majestuosos e impresionantes –capaces de cortar la respiración por su esplendor y belleza–. Además, la experiencia de realizar un recorrido de estas características integrado en una caravana de clientes, con la seguridad que ofrece el personal de organización de CPB, resulta un verdadero regalo para los afortunados participantes a esta sensacional aventura.
El punto álgido de todo el recorrido, por supuesto, lo encontramos en pleno desierto del Sáhara, en las dunas del Erg Chebbi. Allí llegamos después de varias etapas pintorescas, cruzando desde la costa Mediterránea hasta el desierto, situado al sur de la gran cordillera del Atlas, una barrera natural que divide el país en dos. Las distancias son enormes, pero nada como el confort de un Cayenne o un Macan para devorar kilómetros sin sufrir un mayor desgaste: si a esto le sumamos descansar en los fantásticos hoteles de la ruta, llegar al desierto se convierte en una tarea verdaremante apetecible.
Como lo de dormir siempre en buenos hoteles está sobrevalorado, por una noche la expedición de Centro Porsche Barcelona se adentró por arena y dunas hasta uno de los campamentos situados en el corazón del desierto. Un campamento de jaimas de lujo al que normalmente solo llegan todoterrenos preparados. Todos los SUV de la casa llegaron por sus propios medios, aunque, en honor a la verdad, fue necesario empujar a más de uno.
Experiencia, solidaridad y amistad
Efectivamente, conducir sobre arena requiere cierta técnica. Para aquellos que nunca se han enfrentado a este tipo de conducción, se trata de un auténtico desafío. No es de extrañar pues, que más de uno de los participantes enterrase su Porsche en la arena. Gajes del oficio, aunque al final, la aventura es la aventura, y cualquier enganchada en la arena solo acaba por fortalecer aún más los lazos que se crean entre los aventureros porschistas, totalmente entregados a la causa. A un viaje como este se llega rodeado de desconocidos, pero al final se termina con nuevos grandes amigos, algo posible gracias a las grandes vivencias compartidas.
Más allá de los lazos amistosos, las situaciones vividas dejan recuerdos e imágenes verdaderamente inolvidables, y es que no es habitual ver hasta 16 Porsche surcando el desierto. Un espectáculo que también dejó a las gentes locales asombradas. A pesar de alguna enganchada puntual en las dunas, durante el resto del recorrido todos los Cayenne y Macan hicieron gala de sus prestaciones, confort y fiabilidad, completando todas las etapas sin ningún tipo de avería, más allá de un pinchazo, que el equipo de CPB solventó sobre el terreno en un visto y no visto.
Cayenne E1 Offroad: la revelación
Los vehículos inscritos en esta sensacional experiencia marroquí fueron todo SUV modernos de la marca. No obstante, Centro Porsche Barcelona utilizó como vehículos de organización sus Cayenne de primera generación con preparación off-road. Con unas modificaciones bien sencillas, consistentes en neumáticos todoterreno, una elevación del chasis con unas alzas hechas a medida, y un buen cubre cárter, los Cayenne E1 pusieron de manifiesto que a pesar de sus casi 20 años siguen siendo máquinas muy capaces, que aún pueden ofrecer muchísima diversión al volante. Y es que la primera generación de Cayenne dispone de reductora, además de bloqueos mecánicos, que le dan unas capacidades extra cuando el terreno es muy complicado.
Aunque la verdad es que, sobre las dunas de arena blanda, más que bloqueos o reductora, lo que resultó verdaderamente efectivo fue tirar de potencia bruta e inercia con el PSM –sistema de control de estabilidad y tracción– desconectado, para así surcar el desierto con facilidad y ligereza, en una experiencia que podemos garantizar que proporciona dosis de felicidad y adrenalina a raudales. No son todo ventajas, por supuesto, porque los Cayenne E1 gastan tanta gasolina como felicidad proporcionan; pero teniendo en cuenta que la felicidad no tiene precio, se trata de un inconveniente muy asumible.
Diversión y solidaridad
Además de toda la diversión, placer de conducción o experiencias gastronómicas, en el Marruecos Porsche Tour no faltó la solidaridad. La expedición visitó la escuela de Tiharyine, situada en el sur del país, apadrinada por Centro Porsche Barcelona en 2019, año de la primera edición de esta aventura. En aquel momento, el concesionario de Barcelona adquirió nuevos pupitres y sillas para las clases del centro y, como pudimos comprobar in situ en esta segunda expedición, todo ese material sigue prestando un grandísimo servicio al colegio. En 2022, han sido los propios participantes al tour que han traído consigo mochilas, lápices y libretas al mismo centro escolar para uso de sus jovencísimos y agradecidos estudiantes.
Un regreso sin apenas contratiempos
Después de las jornadas en pleno desierto, la vuelta al norte no dejó de ofrecer nuevos atractivos. Desde recorrer el palmeral del Valle del Ziz –uno de los más grandes del norte de África–, a adentrarse en la conocida como la Suiza Marroquí, con sus monos salvajes y bosques de cedros centenarios. Marruecos y sus contrastes llenaron de color e intensidad cada una de las jornadas del viaje. Tras siete días intensísimos, la aventura terminaba en Tánger, con un ferry de vuelta que pareció que nunca llegaría. Más de 6 horas tuvo que esperar la expedición para poder embarcar y volver a España, a causa de que el escáner de aduanas se estropeó durante ese período de tiempo; y es que Marruecos, de una forma o de otra, siempre engancha, tanto que a veces resulta hasta difícil salir.
Tras el éxito de esta segunda edición del Marruecos Porsche Tour, el Centro Porsche Barcelona ya tiene previsto celebrar la tercera, que tendrá lugar en octubre de 2023. Como siempre, allí estaremos.