Audi RS5 DTM: Arde el Asfalto en el Jarama

El jueves tenía una cita, una cita a la que no podía faltar por nada del mundo. Se trataba de la presentación del Audi RS5 DTM de la temporada 2016. Y esto es sinónimo de impacto emocional. Con las ganas que tenía de verlo quería llegar a tiempo, así que hice cuentas para llegar a las 13:00, hora a la que empezaba todo el “lío”. Pero como buen español que soy, no pude evitar llegar con 30 minutos de anticipo (sí, sé que el estereotipo es al revés).

Así que ahí estoy, en el Jarama, de pié al lado de la torre, hay tres Audis “RS” aparcados en la puerta, pero no hay nadie, ¿Dónde están todos? La respuesta a esa pregunta me la da casualmente el Jefe de equipo DTM de Audi, que con un inglés muy Alemán me indica que pase sin problemas, que todos están en el Box. Y efectivamente, ahí estaban todos, compañeros míos y personal de la marca, pero sinceramente, no me fijé en ninguno de ellos, pues ahí estaba, como si de la chica de tus sueños se tratara, aparcado delante del box un coche bonito, elegante y sincero. Digo sincero porque es un coche que no engaña, al menos a la vista, es lo que es, de carreras. Según estoy ahí, acercándome al Audi, arranca su motor, mete primera y sale quemando goma, con todo esto casi me sangran los oídos, pero mereció la pena porque el sonido de este coche es majestuoso, casi casi como el de un F1 (nunca he oído un F1 en directo así que solo puedo imaginarlo, pero debe ser parecido digo yo)

Nos llaman, son las dos y hay que comer algo, así que nos disponemos a ello. Después de comer, nos dividen en grupos 1 y 2 ya que somos unos cuantos, el grupo 1 se va a probar lo que es ser copiloto en un coche de esta clase, y los del 2, nos vamos al karting del Jarama, donde podremos matar el tiempo que tarda el 1 en copilotar haciendo lo que se denomina un “MiniGP” es decir, 7 min de entrenamiento, 7 min de clasificación y 12 vueltas de carrera. Los que hagan podio del grupo y se sumarán a los que hagan podio del grupo 2 y esos 6 periodistas tendrán la oportunidad de medirse contra Miguel Molina, el cual acabó dándonos un repaso casi indigno. Qué bueno es.

Ya por fin nos llega el turno de probar (que no conducir) el nuevo “cacharro” salido de Ingolstadt. Una bestia sin parangón. Sé que más de una vez he categorizado un coche como “bestia” o “bestia parda”, y seguro que lo eran también, pero esto ya se me va de las manos. Este coche es un coche que ha hecho que mis primeras palabras al poner los pies en el asfalto fueran “Qué tengo que hacer para tener uno”, y en ese momento me podrían haber dicho cualquier cosa, y lo hubiera hecho de cabeza.

A partir de ahí ya solo quedaba esperar a que terminara el resto para poder ir a correr la final de karts, eso también iba a ser divertido, aunque el cambio de semejante monstruosidad cabreada e histérica a un kart es notable, una carrerita entre amigos con un piloto profesional que además es ganador de una carrera de DTM en el circuito de mi corazón (Nürburgring) es todo un aliciente.

Los 6 que habíamos hecho podio nos situamos en posición por orden de mejor tiempo de vuelta, me toca salir tercero, lo cual está bien porque así Miguel tiene que pasar primero a 3 antes de que le toque darme la “estocada” a mí. Mi estocada llego, y además hiriendo orgullo, porque fue un “por fuera” en toda regla, yo tan contento pensando que iba a aguantarle una curva mas porque esa ya le había ganado el interior, y para cuando me quiero dar cuenta, ¡esta delante mío! Bueno con todo esto, al final me salvé por la campana y conseguí llevarme el premio por hacer podio, una bolsa de lo más bonita que guardaré con mucho cariño junto a los recuerdo de este día tan fantástico.

Miguel, eres un Crak en toda regla y seguiremos tus progresos durante este campeonato. Gracias por la vuelta en taxi.