Audi R8 vs BMW X6-M: Pelea callejera
¿Qué pasa cuando dos luchadores de disciplinas totalmente opuestas se enfrentan uno a otro? Que la pelea se vuelve muchísimo más interesante al instante. Es el morbo de saber que cada uno reaccionará de una forma extraordinaria pero diferente al otro. Esto mismo es lo que hemos sentido al tener la oportunidad de poner cara a cara a dos rivales que tienen muchas cosas en común, pero cuya esencia es radicalmente diferente.
El BMW X6-M y el Audi R8 V10 son dos máquinas formidables que por sí solas son capaces de hacer que las emociones afloren, pero juntos, son el centro de atención. Y esta atención la llaman de una forma sutilmente diferente a como la puede conseguir algún otro coche «caro». Porque al verlos, se piensa en potencia extrema, en límites rotos, hechos añicos por dos vehículos que despiertan cierta envidia de los demas, y que hacen que los niños suelten las manos de sus padres para intentar ver el coche unos segundos más.
Tener estos dos coches cara a cara nos hizo imaginar un mítico combate de boxeo entre Floyd Mayweather y Mike Tyson, el R8 sería un Súper-Wélter, mientras que el imponente X6-M sería el Peso-Pesado.
Esto dos púgiles son de lo más agresivos cuando les buscas las cosquillas, y con una pegada de 0 a 100Km/h en 3,6 segundos, Maywheather, digo… el R8 es 0,6 segundos más rápido que el gigante de Baviera, mientras que éste ultimo goza de 575CV en un musculado motor V8 Bi-turbo de 4.4 Litros. Esto son 35CV más que el ligero y ágil R8 con motor 5.2L V10. Pero como ya sabemos, tanto en el ring como en el asfalto, hay que tener un juego de pies muy rápido para ser inalcanzable, ahí queda la famosa frase de Muhammad Ali “Soy tan rápido que cuando apago la luz me meto en la cama antes de que todo el cuarto esté a oscuras”, y es que no solo vale con pegar muy fuerte, hay que ser ágil.
Agilidad es algo que no les falta a estos dos candidatos al título, uno de ellos la tiene innata en su ser, es ágil por naturaleza, es tan ágil, que es capaz de asustar a un ocupante desprevenido, bueno, y a uno prevenido también. Creo que sabemos muy bien a cual me estaba refiriendo ¿no? Al Audi R8. La verdad es que reitero lo que dije sobre este coche cuando lo probé por primera vez en mi vida, «la lógica no está preparada para traspasar ese fino umbral entre lo deportivo y lo extremo».
Pero no creamos que el mastodonte de BMW (esa mole enorme de apellido X6 que ha sido entrenada hasta límites insospechados por la división Motorsport) se queda corta en agilidad. Ya os digo que si entráis pasados en una curva, no os va traicionar, ni vais a ver el paisaje dando vueltas a través del cristal. No. Este vehículo es un luchador nato que podemos categorizar como el Mike Tyson de los automóviles. Y pese a sus 2340Kg, maneja su peso y su tamaño como un atleta, y gracias a su potente motor es capaz de mantener al R8 cerca en todo momento.
Viendo ambos modelos objetivamente, se puede concluir que el R8 es superior en prestaciones al X6M, pero, hay que decir a favor del X6 que la diferencia no es tan abismal, y en el X6 metes a 5 personas + perro /gato y maletas, y en el Audi metes solo a tu novia/mujer o a un amigo + una bolsa de deporte y dos chaquetas. Pero ya sabemos lo que pasa con los súper-deportivos, no son compras racionales.