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AMG 100% Emotionen, 0% Emissionen

El lanzamiento del primer híbrido y del primer eléctrico 100% de AMG supone un hito histórico. Durante los últimos años, en cada evento o salón del automóvil, los directivos de Mercedes-AMG han sido preguntados de forma insistente sobre cómo iban a enfocar la revolución eléctrica.

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Según Jochen Hermann, director técnico de Mercedes-AMG, una de las premisas asumidas desde el comienzo en el desarrollo de su estrategia de vehículos electrificados era definir un concepto específico de AMG capaz de conjugar los valores centrales de la marca con una alta eficiencia.

Actualmente el concepto y la estrategia están muy claros: por un lado estará la oferta de modelos híbridos de altas prestaciones (motor térmico más motor eléctrico) con un concepto de propulsión de desarrollo específico bajo la etiqueta tecnológica E Performance.

El segundo pilar serán los modelos AMG con propulsión eléctrica 100%, basados en la nueva arquitectura para vehículos eléctricos EV desarrollada por Mercedes para automóviles de la gama alta. Gracias a numerosas modificaciones en la propulsión, el tren de rodaje, el diseño y el equipamiento, estos vehículos con propulsión exclusivamente eléctrica brindarán también la experiencia de conducción típica de AMG.

El modelo elegido para ser el primer híbrido de AMG ha sido el Mercedes-AMG GT cuatro puertas 63 S E Performance. Es el AMG más potente de la historia, símbolo de una nueva era y estandarte también de una firma célebre por sus prestaciones, de modo que sus cifras son impresionantes: genera una potencia total de 843 CV, fruto de sumar lo que rinde el 4.0 V8 biturbo (639 CV) y el motor eléctrico (204 CV).

Aún más impactante es el par máximo de 1.400 Nm (un Bugatti Chiron de 1.500 CV ofrece 1.600 Nm). Según la marca, la respuesta inmediata de la propulsión eléctrica en el eje trasero (es tracción total), el aumento rápido del par y la distribución mejorada del peso entre los ejes son la clave de una experiencia de conducción nueva.

En efecto, los 150 kW (204 CV) del motor eléctrico pueden responder de forma inmediata, haciendo posible una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos. Además, los 200 km/h se alcanzan en menos de 10 segundos.

Como referencia, en el AMG-GT 63 S 4Matic+ de 639 CV acelera de 0 a 100 en 3,2 segundos. Y un AMG-GT R de 585 CV (con tracción trasera) acelera más lento, en 3,6 segundos. Según sus diseñadores, su configuración con el motor de combustión interna delante y el Electric Drive Unit en el eje trasero, brinda numerosas ventajas.

La distribución del peso entre los dos ejes, el aprovechamiento óptimo del par motor y el desarrollo espontáneo de la potencia implican un dinamismo del máximo nivel.

A esto se suma una batería de altas prestaciones de desarrollo propio, con una densidad de potencia dos veces mayor en comparación con las baterías convencionales. Al igual que muchos otros componentes, la batería implementa tecnología desarrollada y utilizada en la fórmula 1.

Hay detalles técnicos muy interesantes, como que el motor eléctrico actúa directamente sobre el eje trasero y, por lo tanto, puede convertir de forma inmediata la potencia en fuerza de propulsión, y ejercer así un efecto boost al ponerse en marcha, al acelerar o al adelantar.

De hecho, el motor eléctrico, la transmisión eléctrica de dos velocidades y el diferencial de deslizamiento limitado, forman una sola unidad compacta en el centro del eje trasero.

También es innovadora la batería de 400 voltios, que incorpora lo que han llamado refrigeración directa. Como es sabido, cada batería precisa una temperatura definida para poder entregar su potencia de forma óptima.

Si se enfría o se calienta en exceso desciende mucho su rendimiento, o puede ser necesario limitar la entrega de potencia para que el calor desarrollado no cause daños a la batería. En la del nuevo Mercedes-AMG se utiliza un agente refrigerante de alta tecnología, basado en líquidos que no conducen la electricidad. Este líquido circula en torno a las 560 células de la batería y las refrigera individualmente. La batería va colocada atrás, sobre el eje trasero.

Tiene una capacidad de 6,1 kWh, una potencia en régimen continuo de 70 kW y una potencia máxima de 150 kW durante un periodo de diez segundos. Pesa solo 89 kilogramos, lo que implica una densidad de potencia muy elevada de 1,7 kW/kg. Según AMG, las baterías convencionales sin refrigeración directa de las células alcanzan la mitad de este valor aproximadamente.

Para la carga se utiliza el cargador de 3,7 kW instalado en el vehículo, que se conecta a una estación de carga, a una Wallbox o a una caja de enchufe doméstica.

Este modelo no está enfocado a una autonomía eléctrica muy extensa, sino aprovechable más bien para recorridos urbanos, y la batería está dimensionada sobre todo para un intercambio rápido de potencia, tanto entrega como recarga. No obstante, es posible recorrer en modo puramente eléctrico hasta 12 kilómetros.

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Desde el punto de vista estético no resulta fácil distinguir a esta versión del 63 S “convencional”. Lo más evidente es la tapa para el enchufe en el paragolpes trasero, a la derecha de la matrícula. Otra novedad al detalle es que los tubos de escape dobles y trapezoidales van estriados en la parte exterior. Los anagramas laterales también son diferentes, y al “V8 Biturbo” se unen las siglas “E Performance”. Las grandes tomas de aire en el faldón delantero son como las del resto de la gama 2021, que ha recibido un restyling.

Aún no hemos podido conducir este nuevo AMG pero podemos adelantar que será un coche muy polifacético, capaz de ser una cómoda berlina y también una bestia para rodar en circuito.

Dispone de siete modos de conducción que pueden seleccionarse mediante el interruptor en la consola central o mediante las teclas AMG en el volante: «Electric», «Comfort», «Sport», «Sport+», «Race», «Calzada resbaladiza» e «Individual». Estos adaptan parámetros importantes del coche, como la respuesta del equipo de propulsión y el cambio, la curva característica de la dirección, la amortiguación del tren de rodaje y la sonoridad.

El conductor también puede regular la recuperación de energía como en otros híbridos, que comienza en el momento en que se levanta el pie del acelerador.

Hay cuatro niveles, desde el 0, con el que se comporta como un coche convencional con motor térmico, hasta el 3, que permite conducir prácticamente sin pisar el freno, porque al levantar el pie del acelerador retiene mucho.

Del híbrido al eléctrico puro, así ha sido la conversión de AMG

La otra gran novedad de Mercedes-AMG es el EQS 53 4Matic+, que deriva del Mercedes-Benz EQS. Para los que aun no están muy familiarizados con la nueva gama eléctrica, podemos decir que el EQS es el equivalente eléctrico a la Clase S. Técnicamente está basado en la novedosa arquitectura de Mercedes-EQ para vehículos de alta gama.

No obstante, la aportación de AMG se percibe en todos los aspectos relevantes en lo que respecta a las prestaciones. Según Philipp Schiemer, presidente de Mercedes-AMG, el EQS 53 está concebido para entusiastas que buscan una combinación de innovadora movilidad eléctrica en un ambiente lujoso, carácter deportivo y un dinamismo ágil de conducción. “No cabe duda de que nuestro primer automóvil AMG con propulsión exclusivamente eléctrica atraerá a nuevos clientes a la marca Mercedes-AMG, y los convencerá plenamente.

Al mismo tiempo, el EQS 53 es una nueva demostración de la coherencia con que Mercedes-Benz promueve la electrificación sistemática de la flota, también en todas sus marcas”. Este atípico AMG (hasta ahora los motores V8 eran parte esencial de su personalidad) lleva dos motores eléctricos (síncronos de excitación permanente, PSM), uno en cada eje, una configuración idónea para optimizar las prestaciones y distribuir el par entre cada rueda.

La versión “básica” alcanza una potencia total máxima de 484 kW (658 CV) y el par máximo de los motores eléctricos asciende a 950 Nm. Si elegimos el paquete AMG Dynamic Plus disponible como opción, la potencia máxima aumenta (en el modo «Race Start» con función boost) a un total de 560 kW (761 CV).

El par motor máximo de los motores eléctricos puede alcanzar los 1.020 Nm. Con estas cifras las prestaciones son tan buenas como podamos imaginar: es capaz de acelerar en 3,4 segundos de 0 a 100 km/h, siempre que el estado de carga de la batería sea al menos 80%, y la velocidad máxima con el paquete opcional está limitada a 250 km/h.

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Con el equipamiento de serie, el AMG EQS acelera en 3,8 segundos de 0-100 km/h (con un estado de carga de la batería de al menos 80%) y la velocidad máxima está limitada en este caso a 220 km/h, ya que en los eléctricos, a velocidades muy altas la autonomía se reduce rápidamente.

Además, lleva dirección en el eje trasero y está claro que es un misil, pero hay otros factores que hacen que un AMG se sienta como tal, y uno de los más importantes es el sonido.

Los ingenieros también han pensado en eso y han desarrollado un sistema que utiliza altavoces especiales, vibradores (con perdón) y un generador de sonido para propiciar una experiencia acústica especial en dos variantes, denominadas «Authentic» y «Performance».

La tonalidad y la intensidad de esta exclusiva AMG Sound Experience en el exterior y en el interior se adaptan en función del estado del vehículo, el programa de conducción seleccionado y las preferencias del conductor.

Lleva una potente batería de 400 vatios con un contenido energético útil de 107,8 kWh, y la autonomía anunciada este entre 526 y 580 km. Su consumo eléctrico también es bastante bueno, ya que anuncian entre 23,9 y 21,5 kWh/100 km.

Estamos deseando conducir estas nuevas super-berlinas para poder hablar con fundamento de “la nueva Mercedes-AMG”.

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