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Se cumplen 60 años de la muerte de Alfonso de Portago

Antes de que Fernando Alonso llegara a la Scuderia, hubo otro español corriendo con Ferrari. Alfonso de Portago era descendiente de una familia de rancio abolengo. Su padre, Antonio Cabeza de Vaca, fue deportista de élite y héroe de guerra, pero murió cuando Alfonso tenía 12 años y el niño fue criado por su madre Olga Leighton, norteamericana con un importante capital familiar. Portago atesoraba una exquisita educación, era políglota y tenía un extraordinario talento para los deportes. Jugaba al tenis, al golf, pilotaba aviones y fue un gran jockey hasta que tuvo de dejarlo por cuestiones de peso. Incluso participó en las Olimpiadas de invierno de 1956 en Bobsleigh con el equipo español, y estuvo a punto de ganar una medalla. 

Alfonso de Portago

El periodista Robert Daley conoció el ambiente de los Grandes Premios y destacó que Portago fue “el hombre con más vitalidad que he conocido”. Le recordaba así: “Era muy cortés con los periodistas y se mostraba curiosamente amable y modesto. Los relatos de sus éxitos con las mujeres siempre salían de otros, no de él, y cuando se los recordaban parecía incómodo y poco dispuesto a dar detalles”. En aquellos tiempos los pilotos corrían en varias categorías, tanto en coches de sport como en monoplazas. Alfonso comenzó a competir en 1953, cuando conoció en Nueva York a Luigi Chinetti, importador de Ferrari para EE UU. Le propuso que participarn juntos en la Panamericana y ahí nació la pasión de “Fon”, así le llamaban, por ese nuevo deporte. Su poderío económico le permite comprar un Ferrari de 3 litros para empezar a competir, pero entonces casi no sabía ni cambiar de marchas. Progresa muy deprisa y consigue sus primeras victorias en pruebas de sport.

También compite en el Gran Premio de F1 de Silverstone con Ferrari en 1955, pero tiene un accidente y se rompe una pierna. No obstante, Ferrari vio su talento, y en 1956 le propone unirse a la Scuderia. Consiguió ser segundo en el GP de Gran Bretaña de F1 en 1956, y en Sport logró terminar segundo en Caracas, tras Fangio, y primero en el Tour de France. Ya formaba parte del top 10 mundial de pilotos, y tenía mucha proyección. Además no pasaba desapercibido con su aspecto rebelde, con su vieja cazadora de cuero, el pelo demasiado largo para los cánones de la época y siempre con un cigarro en la boca. A su lado, James Dean era solo un aficionado. Tras pasar el invierno compitiendo en Nassau, Argentina o Cuba, donde casi vence a Fangio, Fon no quería correr la Mille Miglia de 1957 porque le parecía una prueba peligrosa. Pero Ferrari le reclamó y no pudo decir que no. Además iba a correr con un GT y finalmente le asignaron el coche más puntero con el que contaban en Ferrari, el 335S. 

Alfonso de Portago

No pudo decirle que no a Enzo Ferrari

Poco antes de su muerte el periodista Ken W. Purdy mantuvo una entrevista con el piloto en Sebring (EE UU). Estas son algunas cosas que dijo: “No creo que nadie disfrute del miedo al menos según mi definición, que es una conciencia mental de peligro hacia tu cuerpo. Sí puedes disfrutar del coraje, la realización de un acto que te asusta, pero no del miedo. (…) No creo que sea campeón mientras Fangio compita. Si el límite de adherencia en una curva es de 101,5 millas por hora, el viejo pasará a 101. Yo pasaría a 99 o 102, y habría un incidente. Moss también es mejor que yo, desde luego. Todavía estoy aprendiendo. (…) Puede sonar muy sentimental, pero creo que debido a que los pilotos estamos cerca de la muerte cada domingo, apreciamos más la vida. Yo quiero vivir muchos años. Nunca tendré tiempo de hacer todo lo que quiero hacer, escuchar toda la música y leer todos los libros que quiero, tener a todas las mujeres que quiero tener. Me retiraré a los 35, y si soy campeón lo haré antes”. Portago estaba casado con una millonaria americana y tenía dos hijos, aunque mantenía un romance con la bella actriz Linda Christian. La mujeres eran esenciales para él: “Lo más importante de nuestra existencia es una vida sexual bien equilibrada. Todo el mundo sabe que es verdad pero nadie lo admite”.

Un trágico final

La prueba de las Mil Millas se disputaba en el trayecto Brescia-Roma-Brescia. El 12 de mayo, al pasar con su Ferrari junto al Coliseo romano, Fon detuvo su coche para besar a Linda, sin saber que sería la última vez que la vería. Poco después rodaba en tercera posición por una recta en Guidizzolo, a 60 km de la llegada a Brescia. Fue entonces cuando sufrió un terrible accidente al reventarle un neumático delantero. Se salió en una recta muriendo él, su copiloto Nelson y varios espectadores, incluyendo niños. Cuentan que en un repostaje sus mecánicos le avisaron de que la rueda iba tocando con el chasis, pero decidió seguir. Tenía solo 28 años y en España la noticia causó un gran impacto. Hacía menos de un año que Enzo Ferrari había perdido a su hijo Dino. Tras el accidente, Ferrari pasó una semana encerrado en casa sin querer ver a nadie. 

Alfonso de Portago

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