Crónica 6to6 Valencia: aceleración y disfrute máximo

Quien prueba repite. Acudí al Meeting Madrid de 6to6 y no podía dejar escapar la oportunidad de acudir a la 6to6 Valencia. Así que me veo a las 6 de la tarde metido en un 308 GTi rumbo a Valencia el día de antes. Nos damos cita en el edificio Veles e Vents, en el puerto. Las caras son de sueño, son las 9 de la mañana, pero también de alegría. Porque vuelven a ver a la gente de otras rutas y porque saben que ese día quedará archivado en el cajón de días para el recuerdo. Tras un buen desayuno para afrontar el día, me encuentro hablando con un lector de la revista cuando al fondo empiezan a sonar bramidos. Los Lamborghini Gallardo, Aventador y Huracán han arrancado motores y el resto de participantes se pone en marcha, 70 en total. La salida de la ciudad es un espectáculo sobre ruedas, con hileras de BMW, Mercedes, Porsche y Ferrari bajando avenidas. En cada semáforo los coches que pasan se nos quedan mirando sin saber muy bien por qué de repente en un semáforo hay un Porsche Turbo, un BMW M4, un Mustang cabrio, Nissan 370 Z, un Audi R8 o un Mercedes AMG GT juntos.

Surcando la A-3, llegamos al aeródromo. No estamos solos, decenas de curiosos no han querido perderse las pruebas de aceleración. Con todos lo CV aparcados en lo que se podría denominar la «formación 6t6», los chicos de la organización nos tienen reservada una sorpresa. Una avioneta de acrobacias pilotada por el campeón del mundo Romain Fhal deleita a participantes y aficionados que han acudido con unas piruetas que quitan el hipo. Al aterrizar el piloto francés baja en una gran ovación, y es que puede haber allí coches que vuelan bajo pero ninguno podría dar el mismo espectáculo que este osado piloto. Entonces comenzó el principal show de la 6to6 Valencia, las pruebas de aceleración. Todos en fila los coches comienzan a salir lo más rápido posible para hacer el clásico cuarto de milla. Hay nivel, mucho nivel, y Porsche, Ferrari, Mercedes y compañía lo tienen difícil. A la ruta no han faltado los omnipresentes Nissan GTR, son los rivales a batir con su motor 3.8 V6 Biturbo, capaz de hacer el 0 a 100 km hora en 2.7 segundos. Se suceden las salidas, unas con más eficacia que otras, la tracción trasera le juega una mala pasada a un M4, los Porsche salen con precisión y mi 308 GTi se queda mirando a sabiendas de la desventaja de CV y tracción delantera. 

Habiendo hecho todos la prueba, se cita a los dos más rápidos para un uno contra uno que decida al ganador. Los dos mejores no podían ser otros que dos Nissan GTR. Ganó el coche que venía de Madrid con sus casi 700 CV al rival que lo hacía de Andorra con también cerca de 700 CV. Acabado el festival de velocidad, comienza la ruta por las carreteras valencianas. Decido ir detrás del «Godzilla» ganador y partimos junto a los dos Lexus de los compañeros de Diariomotor. Sin embargo un despiste les hace tomar otra salida y me dejan a solas con «Godzi». Entonces me paro a analizar la situación. Voy en un Peugeot 308 GTi de 270 CV y tracción delantera detrás de un Nissan GTR de casi 700 CV y tracción total. Iba a comprobar de que era capaz el francés. La primera parte de a ruta se desarrolla calmada, no hay grandes curvas. De repente veo por el retrovisor una mancha amarilla y cuando me doy cuenta tengo a todos los toros detrás. El primero en dar placer a mis oídos es el Gallardo Superleggera y acto seguido uno de los dos Gallardos normales amarillos. 

Llegan las curvas de verdad, las mismas por las que probé el Ford Focus RS hace una semana, así que jugaba con el factor cancha. El 308 se muestra muy vivo en aceleración pero hay que dosificar el gas para no perder tracción en las salidas de las curvas. Me empleo todo lo mejor que puedo para no perder a mi coche guía y no ralentizar a la cuadrilla italiana de detrás. El GTi incorpora el diferencial Torsen y en cada curva me puedo permitir entrar fuerte, tras haberme clavado a fondo con sus grandes y precisos frenos. El coche clava de maravilla. En curvas rápidas se me escapa el Nissan pero en las cerradas la cosa cambia por su gran tamaño, ahí sus casi 700 CV se igualan con mis 270. Pero en las rectas es otro cantar, y aunque el modo Sport envalentona al Peugeot la diferencia es abismal. Aún así tras haber tenido que exprimir el coche, del que os hablaremos con más detalle próximamente, me mantengo pegado a la comitiva y el japonés. El navegante de este hace que nos perdamos pero volvemos a la ruta hacia el Restaurante Nou Racó, en plena Albufera.

Es ahí donde el paisaje nos encandila, con los arrozales a ambos lados y los canales de agua. Llegamos al restaurante, hay hambre, mucha. Pero esta desaparece gracias al fantástico menú que nos ponen y que culmina con una buena paella. De ahí partimos al destino final de esta 6to6 Valencia, el Parador de el Saler. Es en estos dos últimos sitios donde florece el espíritu sixter, charlando y conociendo a los demás participantes y amantes de los deportivos. Pero por desgracia la ruta ha llegado a su fin y toca volver a la capital. El evento ha vuelto a cumplir con creces las expectativas y nos marchamos agradecidos y pensando en la próxima ruta 6to6.