Visitamos Cochera, el lugar en el que renacen los Mercedes

Siempre es un placer visitar Cochera, la empresa con sede en Cercedilla (Madrid). Fue fundada en 1990, pero fue en 2000 cuando dos jóvenes empresarios, Raúl Aranda y Regis Nicolás tomaron el control del negocio guiados por su afición. En estos veinte años Cochera se ha ganado un merecido prestigio y cuenta con numerosos clientes internacionales, y sus coches se subastan en los eventos más selectos. Una prueba más de que es España hay profesionales de la restauración del máximo nivel.

Vimos que en sus amplias instalaciones hay al menos treinta vehículos, tanto por mantenimiento como por reparaciones o restauración. Allí hacen todo: mecánica, pintura o tapicería, con el fin de controlar todo el proceso y mantener el máximo estándar de calidad. En Cochera son expertos en este modelo y han restaurado ya ocho 300 SL (como este que apareció en nuestro segundo número) (código interno W 198), tanto cupés como roadsters. Estos deportivos destacan entre los automóviles más elegantes y valorados del planeta, y su cotización no ha dejado de subir en los últimos años.

Inspirado en el 300 SL de carreras e impulsado por el importador americano, el 300 SL de calle se presentó en el Salón de Nueva York de 1954. Montaba un motor de seis cilindros en línea y tres litros con inyección directa que rendía 215 CV. Conviene tener en cuenta, como referencia, que el Seat 600 lanzado en 1957 se conformaba con 21 CV.

La estructura del “Gullwing” (ala de gaviota) era tubular de acero y su carrocería del mismo metal, aunque con las puertas y los capós de aluminio (también se fabricaron 29 unidades completamente de aluminio). Aceleraba de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzaba los 220 km/h. Además de las puertas de apertura vertical, lo más curioso era el volante, que en el cupé se plegaba hacia abajo para facilitar el acceso. Se fabricaron un total de 1.400 unidades hasta 1957, cuando comenzó la producción del roadster. Podría decirse que en los años 50 fue el coche oficial de las estrellas, desde los actores Clark Gable, Marcelo Mastroianni o Yul Brynner a playboys como Aly Khan o Porfirio Rubirosa.

A España llegaron muy pocos porque era carísimo, y además era muy difícil importarlos. Uno de ellos fue del empresario Eduardo Barreiros. El que nos ocupa es otro de los que llegaron en aquella época, comprado en su momento por un joyero y con matrícula española de 1955. Este automóvil ha pasado prácticamente toda su existencia en nuestro país.

Antes de llegar a Cochera el deportivo germano llevaba parado unos 20 años, de modo que le están haciendo una restauración parcial para fiabilizarlo al máximo, reparando o sustituyendo lo necesario pero a la vez conservando todo lo posible su originalidad. Aunque no se aprecia en las fotos incorpora las deseables llantas Rudge. También han abierto el motor, que incluye lubricación por cárter seco y lleva además una preparación NSL. En el tapizado por ejemplo han eliminado las capas de tinte, y se ha podido recuperar y mantener el cuero original. Hay que destacar asimismo que el color plata con el interior rojo es quizá la configuración más deseada de este biplaza.

Actualmente el fantástico 300 SL pertenece a un coleccionista español muy aficionado a los Mercedes, de modo que esta maravilla se quedará por aquí.