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Visita a la fábrica Ineos. La edad de piedra se encuentra con la era espacial

El Ineos Grenadier es completamente nuevo, pero desarrollado como un todoterreno a la antigua usanza, y se fabrica en una de las plantas más avanzadas de Europa.

Hemos visitado la fábrica y conducido el coche.

Cada tres meses, Ineos destruye dos Grenadiers. Con las mismas herramientas que los bomberos utilizarían para liberar a la víctima de un accidente atrapada en su interior, inspectores de la marca hacen pedazos los coches, para comprobar la resistencia de uniones y soldaduras. Es parte de un riguroso control de calidad establecido en la factoría de Hambach, en la frontera de Alemania con Francia, donde Ineos pronto comenzará a fabricar el Grenadier. Se estima que las primeras unidades se entregarán este verano.

La historia de la concepción del Grenadier es fascinante, y parece irreal. Un billonario asegura que conoce el Defender mejor que Land Rover, crea una marca para demostrarlo, emplea a una mezcla de veteranos en automoción y externos con talento, insiste en utilizar un chasis de largueros, y en comprar motores BMW seis cilindros diésel y gasolina... Del mismo modo, también lo es la historia de la transformación de la planta.

Hasta que Ineos apareció hace un año, ésta fue una planta Mercedes desde 1997, y en ella se fabricaban Smart y modelos SUV. Bajo la marca Ineos, parte de la planta seguirá produciendo Smart hasta 2024, y en otra parte se fabricarán frontales de Mercedes EQA y EQB hasta, al menos, 2027. Pero el resto de la factoría ha sido objeto de una profunda remodelación, para fabricar un coche que difícilmente podría ser más la antítesis del pequeño dos plazas eléctrico: el boceto en una servilleta de Jim Ratcliffe –fundador y propietario de Ineos– de un 4x4 cuadrado hecho realidad.

La británica Ineos es una gigante multinacional de productos químicos, pero la división de automoción es completamente nueva, sin ninguna experiencia en fabricación de coches. En lugar de ir por su cuenta, se ha asociado con varias compañías de prestigio en el sector: BMW para los motores, ZF para las transmisiones, y Carraro para los ejes, entre otros. Pero la mayor alianza es con Magna Steyr, su socio para el desarrollo. En lugar de meter con calzador el Grenadier en la planta de todoterrenos de Magna –en Graz, Austria, donde se fabrica el Clase G para Mercedes–, Ineos pensó que era necesaria una planta propia, no solo para un modelo, sino para toda una marca. El Grenadier saldrá al mercado  en una versión turismo, de cinco plazas, y dos versiones comerciales, de dos y cinco plazas. Más adelante habrá otras variantes –se contempla la posibilidad de una versión eléctrica y otra alimentada por hidrógeno. Una vez concluya el acuerdo con Mercedes, habrá mucho sitio en Hambach, tanto para superar la previsión actual de 30.000 Grenadiers al año, como para añadir otros modelos.

La planta está cómodamente situada para todos sus proveedores, y preparada para los altos estándares que exige Mercedes. Se han invertido unos 500 millones de euros, gran parte de ellos destinada a los robots, que juegan un papel notable en el montaje y acabado del Grenadier, junto a los casi mil empleados que trabajan en Hambach para Ineos; para cuando empiece la producción en serie, habrán acumulado 80.000 horas de prácticas. Y eso, además de la vasta experiencia que acumula la mayoría del personal –la media de edad es de 45 años, y la experiencia media es de dos décadas.

Simbiosis entre humanos y máquinas

La zona de pintura de la carrocería –que Mercedes estaba mejorando cuando se firmó el acuerdo con Ineos– es una perfecta simbiosis entre humanos y máquinas. Al final de cada proceso –tratamiento anticorrosión, pintura, sellado, secado y acabado–, que realizan entre 250 robots, un especialista comprueba el resultado para detectar cualquier mínimo defecto.

Las máquinas realizan comprobaciones de precisión –4.068 soldaduras de acero y 358 de aluminio son revisadas mediante ultrasonido–, pero el ojo humano comprueba que son tan perfectas como deben ser, y en caso necesario, se utiliza papel de lija.

En el área de ensamblaje, las carrocerías se acoplan a los chasis y los trenes de rodaje –solo son necesarios ocho tornillos. A continuación se disponen el cableado y el habitáculo, un robot con ventosas pasa las lunas a dos montadores, y se instalan los asientos y la batería.

Por último, los coches llegan a la zona de inspección de calidad, donde son comprobados con un especial énfasis a la clase de cosas que el usuario percibiría; “enrase y nivelación”, lo llaman. Esta es la única zona, la de aprobación final, donde los Grenadier y los ForTwo coinciden, antes de ser enviados a sus compradores. Aparte, claro, de los desafortunados que son escogidos para ser desguazados.

Infierno de barro: conduciendo el grenadier

Estamos en una localización perfecta para filmar una escena de una película sobre la Primera Guerra Mundial. Es una antigua mina de hierro en Créhange, en el departamento francés de Mosela. En estas trincheras, actores con la cara llena de ceniza y largos abrigos podrían perfectamente encontrarse con un horrible final.

Esta mina se usa en la actualidad para conductores en prácticas de excavadoras y buldóceres, pero, de forma temporal, la maquinaria pesada comparte escenario con cuatro prototipos del Ineos Grenadier, que no es precisamente un peso ligero, pero aquí parece ágil y estilizado.

Desde que el Grenadier fue anunciado en 2017, Ineos no ha tenido reparos en mostrar su trabajo. Y aunque durante este tiempo hemos hablado con muchas de las personas involucradas en su creación, y hemos sido pasajeros en versiones previas, ésta es la primera vez que lo conducimos. Y nos metemos a fondo, sin contemplaciones. Abordamos el tipo de conducción todoterreno que no sería posible en un coche normal, incluso con un piloto especialista al volante. Aquí sí que, verdaderamente, son necesarias la tracción total, mucha altura libre, marchas cortas y largo recorrido de suspensión.

Cualquiera con un buen montón de dinero sería capaz de contactar con los mejores proveedores de Europa para conseguir las piezas adecuadas; pero juntar esas piezas y hacer que funcionen bien es la parte complicada. No podemos olvidar que hay muchas alternativas disponibles, desde el Jeep Wrangler, Mercedes Clase G o Toyota Land Cruiser, hasta el actual Land Rover Defender, que seguro que ha estado en la mente de Ratcliffe al imaginarse su Grenadier –todos ellos dirigidos a alguno de los grupos a los que Ineos pretende atraer, que van desde granjeros hasta organizaciones de ayuda humanitaria, pasando por aventureros y “recolectores de niños” a la salida de los colegios.

Así que el Grenadier tenía que ofrecer más, o se quedaría en un mero ejercicio de vanidad. Y, afortunadamente, tras un par de minutos de nuestra media hora al volante, se hace evidente que los ingenieros de Ineos Automoción han hecho un excelente trabajo, al menos en lo que a lidiar con pendientes embarradas se refiere. Solo tenemos que apuntar a donde queremos que vaya, apretar un poco el acelerador del 3.0 litros, seis cilindros en línea de gasolina de BMW –también está disponible una versión 3.0, seis cilindros, diésel–, y el coche se encarga del resto.

Es un gran logro para un chasis de largueros, con ejes rígidos, suspensión convencional y tracción total permanente –en este caso, utilizando la reductora, y con el diferencial central bloqueado.

El Grenadier es muy atractivo, con una completa y bonita instrumentación, excelentes asientos Recaro –con el mullido y la forma adecuados, para conseguir el equilibrio entre comodidad y sujeción. Y por supuesto, los agradables mandos y botones –los más importantes, frente al conductor, bajo la pequeña pantalla central, y unos cuantos, al estilo de un avión, en el techo.

Los detalles del equipamiento y las opciones estarán disponibles esta primavera.

Recompensa para el conductor

Como en otros buenos todoterrenos, el trabajo del conductor es básicamente dejar actuar al coche. Pero no lo hace todo por sí mismo, y recompensa al conductor atento –si planeamos nuestros ascensos y descensos, y los ejecutamos con un poco de cuidado, conseguiremos avanzar suavemente, incluso en estas profundas zanjas.

Pero también nos salva de nosotros mismos, en caso necesario: escogiendo la trazada equivocada, sin la velocidad adecuada, y acelerando tarde, solo conseguimos caer hacia atrás. El coche intenta encontrar agarre bajo el barro, pero solo encuentra más barro. Entendiendo el consejo, damos marcha atrás, y lo intentamos de nuevo, por un camino algo menos embarrado, y... ¡conseguido! El Grenadier encuentra lo que necesita y nos lleva a la cima de la pendiente. Todo esto, a ritmo de senderismo –pero si intentáramos caminar por aquí, nos deslizaríamos hacia la hambrienta mina, y desapareceríamos para siempre.

En definitiva, si el producto final resulta ser la mitad de bueno en carretera de lo que lo es el prototipo en este infierno gris, este recién llegado habrá conseguido una hazaña ciertamente formidable.

El ingeniero. Ineos vs la pandemia

El ingeniero jefe Oliver Schlipf explica cómo el equipo de Ineos Automoción ha desarrollado un coche completamente nuevo en medio de una pandemia.

“En 2020 hubo algunos meses en los que algunos de nuestros proveedores estaban completamente parados, no solo en producción, sino también en desarrollo, lo cual hizo que todo fuera mucho más complicado. Somos un equipo muy internacional, con miembros de diferentes tipos de empresas. El reto consistía en desarrollar el coche de la forma más eficiente, pero sin descuidar la calidad, fiabilidad y seguridad”.

“Nuestra jornada de trabajo es muy larga, no solo por la ingeniería. El espíritu de trabajo en equipo con nuestros proveedores es fundamental– están motivados para buscar soluciones y ser muy eficientes”.

“Hemos hecho muchas simulaciones, pero también tenemos más de cien coches en prueba –con calor, con frío, alrededor del mundo, siempre que la Covid-19
nos lo permite”.

¿Y qué hay de la idea de que se mueva con hidrógeno? “Centrémonos en sacar al mercado el Grenadier en plazo, y con la calidad adecuada, y después pensaremos en la pila de combustible. Aunque estos objetivos no son completamente independientes– parte de mi equipo está ya hablando con posibles proveedores, y después podremos mirar qué elementos podemos aprovechar de la versión de combustión, y qué áreas tenemos que desarrollar para la versión de pila de combustible”.

“El vehículo con pila de combustible que ofrezcamos al cliente será un buen término medio. No será lo mismo que el Grenadier de combustión, pero será un muy buen coche”.

La parte española

En el afán de hacer del INEOS Grenadier el mejor todoterreno posible, la marca ha buscado los mejores componentes que se ofrecen el sector de automoción. Así, la multinacional española Gestamp se encarga de la fabricación del chasis de largueros, la pieza sobre la que se asienta el nuevo Grenadier. Esta, además de tener una resistencia excepcional, posibilita ofrecer más de una configuración de carrocería con una inversión adicional en ingeniería relativamente modesta. Esto se traduce en que el Grenadier estará disponible con más de una configuración de carrocería, y tras las Station Wagon llegará una Pick-up.

Otro ejemplo es el Grupo Oran, una compañía cántabra que ha sido seleccionada para fabricar las piezas de refuerzo de la carrocería, para que ésta resulte lo más resistente y duradera posible, ya que el Ineos Grenadier es un vehículo diseñado para permanecer en servicio durante mucho tiempo. Estas piezas, fabricadas en acero galvanizado, son 24 subconjuntos de la carrocería, principalmente de la estructura lateral que une el chasis con el techo. Son elementos de vital importancia en la definición del habitáculo del Grenadier, así como para la seguridad de los pasajeros. Estos subconjuntos se reparten en la zona de las aletas, en los tres pilares A, B y C, así como travesaños superiores. Además, y para reforzar más la solidez del conjunto, Oran también fabrica el marco superior del parabrisas y una viga transversal ubicada bajo los asientos posteriores del Grenadier.

Al respecto, Pedro Burgada, director general del Grupo Oran, declaró: “Somos un grupo industrial con más de 80 años de experiencia en la fabricación de componentes. Ineos Automotive nos ha dado la oportunidad de ser parte de este gran proyecto”. Por su parte, Sergi Media, director regional de Ineos Automotive explica que “se ha buscado lo mejor entre lo mejor para fabricar el Grenadier, sin importar dónde se encontrase. Somos una marca nueva y no hay margen para el error, así que tenemos no solo que hacerlo bien, sino destacar desde el inicio. Y estoy convencido de que el Ineos Grenadier va a lograrlo y marcará una tendencia entre los coches de su categoría”.

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