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Un Lamborghini Islero vuelve a la vida

Numerosos hechos históricos que ocurrieron en 1968 siguen teniendo eco hoy en día. Aquel fue el año del La la la, de Massiel; del Mayo del 68, en París; del asesinato de Martin Luther King o del nacimiento del Rey Felipe VI. Además Elvis y los Stones volvieron más fuertes que nunca, Guinea Ecuatorial se independizó de España y Graham Hill ganó su segundo y último mundial de F1. ¿Otro acontecimiento? El Lamborghini Islero.

Ferruccio Lamborghini (1916-1993) había presentado su primer coche, el prototipo 350 GTV en 1963, y el 350 GT de serie llegó un año después, en el Salón de Ginebra. Además de los 350 GT, se fabricaron apenas 23 unidades del 400 GT (con motor de 4 litros), y en 1966 llegó el 400 GT 2+2, que empleaba una carrocería tres volúmenes más espaciosa.

El Lamborghini Islero fue la última evolución de la familia 350/400 GT, todos con motor V12 y el mismo chasis de largueros, y se presentó en el Salón de Ginebra de 1968.

Cuando Carrozzeria Touring quebró en 1966, Lamborghini encargó a Carrozzeria Marazzi –que empleó a muchos trabajadores de Touring– diseñar y construir las carrocerías del 400 GT 2+2 y los Islero.

Visita a España

En 1968 Ferruccio Lamborghini ya era un peso pesado en el mundo del automóvil, sobre todo tras haber lanzado el sensacional Miura en 1966. En otoño de 1968 el industrial italiano vino a España para conocer a Eduardo Miura (1914-1996), el dueño de la ganadería de la que tomó el nombre para su supercar. El fundador voló hasta Madrid y desde allí tomó otro avión a Sevilla. En la capital hispalense tenía esperándole dos coches, un Miura gris y un Islero verde con matrícula M-680987, el protagonista de este reportaje. Gracias a nuestro colaborador Sergio Calleja, especialista en Lamborghini, hemos podido conocer detalles sobre aquel histórico encuentro.

Ferruccio llegó acom-pañado por un periodista italiano llamado Luigi Gianoli y en la capital hispalense les esperaba un fotógrafo, el célebre Federico Patelliani. En la misma Sevilla hicieron fotos a los coches junto a la Torre del Oro y unos muletillas, y más tarde en la finca de Miura, Zaheriche, en Lora del Río. Pero como por su anchura los deportivos no podían entrar hasta el coso, al día siguiente fueron a hacer fotos a la plaza de Alcalá de Guadaira, con el torero el Niño del Agua.

En definitiva, se montó una especie de visita oficial, y los italianos aprovecharon el encuentro publicitariamente. Parecer ser que Lamborghini y Miura conectaron rápidamente cuando se conocieron, como hombres de campo que eran. Ambos tenían en la cabeza la idea de la excelencia, de ser los mejores, uno en deportivos y otro en toros de lidia.

Y parece ser también que Miura consideró un honor que aquel biplaza llevara su nombre. Después de eso, todo fueron facilidades, y Ferruccio volvió a usar una denominación del mismo origen: Islero es el nombre del toro de Miura que mató a Manolete la tarde del 28 de agosto de 1947 en Linares, Jaén.

El Lamborghini Islero chasis 6015

Tras la exitosa visita, el Islero verde volvió a Madrid. En aquellos tiempos era muy difícil traer coches de importación a España. Los vehículos entraban para ser expuestos en salones o por cupos de importación muy limitados, y había que tener buenos contactos para conseguirlos.

Un ejemplo es el Salón del Automóvil de Barcelona de 1968 (hay un breve video del No-Do en Youtube), donde se expusieron varios Lamborghini y Maserati de la época.

 Lamborghini Islero

“Nuestro” Lamborghini Islero llegó a España por esa vía, y el deportivo lo condujo hasta Sevilla un italiano llamado Alfonso Amato Códamo. Representante de Lamborghini para España, tenía una tienda de coches en la calle Núñez de Balboa de Madrid, y a finales de 1966 se trasladó al número 1 de Pío XII. Se llamaba Gran salón del Automóvil Amato. Respecto al Miura que aparece en las fotos, con matrícula M-678141, era el chasis 3465, la unidad 173 producida.

Estuvo en el salón de Barcelona de 1968 y por aquel entonces pertenecía a un joyero de Madrid. Curiosamente la tienda de Amato y el Miura Gris aparecen en la película Novios 68, con el gran Arturo Fernández en el papel de vendedor (se puede ver la escena en YouTube). Y lo más alucinante es que, además del Miura, se puede atisbar por detrás nada menos que el Lamborghini 400 Monza de 1966, un modelo único en el mundo.

Pedimos el informe de Tráfico sobre el Lamborghini Islero, pero al no recibir respuesta intuimos que la plantilla se dedica a labores más lucrativas. Actualmente el Lamborghini está en Barcelona, en el especialista en clásicos y restauración Auto Storica, y allí fuimos para verlo. Javier Rucabado, su director comercial, nos confirmó que este Islero “es un prototipo, uno de los primerísimos. Sus aletas por ejemplo no están prensadas, están batidas a mano. Podría ser incluso el coche que se expuso en el Salón de Ginebra”.

 Lamborghini Islero

En los setenta Islero apareció en un desguace, aunque no sabemos el motivo. Estaba dado de baja y para recuperarlo le pusieron una
matrícula de San Sebastián que había sido de un Maserati matriculado en 1969
(en aquella época los chanchullos eran comunes).

Y según las mismas fuentes después lo tuvo un médico, que se lanzó a hacer un “invento”. Nada menos que modificar la carrocería chapuceramente, eliminando los tres volúmenes de su carrocería para convertirlo en una especie de cupé. Para ello cortaron parte de los paneles posteriores, utilizaron fibra de vidrio y además lo pintaron de amarillo fluorescente, con las llantas en otro tono de verde.

Un auténtico despropósito. El coche estuvo después en Aragón, en la colección de unos hermanos amantes de los coches italianos, que lo llevaron al restaurador para devolverle su grandeza. No obstante, el Islero fue comprado finalmente por Auto Storica. Allí han tenido que eliminar puntos de corrosión y sobre todo reconstruir toda la parte trasera, incluido la tapa del maletero. Para lograrlo, los carroceros artesanos de Auto Storica han utilizado como referencia otro Islero que tienen a la venta, para lograr un resultado perfecto. Respecto al motor V12 también estaba muy deteriorado, y pintado de verde…

El deportivo pronto se irá de España porque lo ha comprado un aficionado danés. Se llevará el Lamborghini Islero tal y como está, con la carrocería desnuda y todas las piezas sin montar, porque quiere terminar de restaurarlo en otro especialista más cerca. Puede que este Lamborghini nunca regrese a Lora de Río, pero al menos su V12 volverá a rugir orgulloso de su encaste.

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