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Toyota GR Yaris y Ford Focus RS (2016): ¿hacemos el amor o la guerra?

En el mundial de rallyes siempre ha habido grandes duelos entre pilotos, como los Sainz-Kankkunen, McRae-Mäkinen… Sin embargo en un segundo plano las marcas siempre han luchado por llevarse el título que de verdad importa en los despachos de los trajeados directivos que nunca pisan el barro de las cunetas, el de constructores. Hoy en día los Ford, de manera no oficial, y los Toyota, apoyados directamente por su mismísimo presidente mundial, se baten el cobre en el WRC, pero nosotros vamos a juntar al GR Yaris y al extinto por ahora para siempre Focus RS para ver que les une y que les enfrenta.

¿Nacidos para correr?

En la carretera, si. En los campeonatos del mundo de rallyes, no. En 2016 el equipo M-Sport, el no oficial de Ford, usaba un Fiesta RS WRC para enfrentarse a los intocables VW Polo WRC. Toyota por el contrario si usa el Yaris en este certamen, pero no esta versión concretamente, aunque eso es otra historia.

El RS representa lo más alto de la escala evolutiva del Focus, un modelo que si ha tenido pedigrí en esto de los rallyes en sus dos primeras generaciones. Mientras que el GR es fruto del deseo del presidente de Toyota por volver a crear coches emocionantes y para apasionados de la conducción, de paso sirviendo como base como coche de competición.

El Focus triunfó en su día, batiendo a muchos rivales en cuanto a sensaciones y/o prestaciones. El Yaris ha sido y es un fenómeno mundial, hacía años que no se lanzaba un modelo igual de divertido en el mercado por un precio relativamente accesible. Un modelo con inspiración en los rallyes, justo como el Focus RS.

Así que si, ya sabemos que no tienen el mismo tamaño, ni siquiera el mismo precio si el Toyota hubiera llegado 4 años antes, pero en esencia, mecánica, espíritu y ahora precio de mercado, son dos compañeros de baile muy parejos. ¿Podrán llevarse bien?

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

El tamaño ¿importa?

El Focus RS mide 4,39 metros de largo y tiene 260 litros de maletero, por no hablar de sus cinco puertas. El Yaris es un híbrido creado de varios chasis y subchasis para dar forma a una pelotilla de 3,99 metros y solo 174 litros de maletero.

Obviamente las plazas traseras del Ford son utilizables, las del Yaris serán un segundo maletero o de socorro, y aunque ambos son manuales, se desenvuelven bien por ciudad pero claro, el Yaris encontrará hueco antes.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

La diferencia de tamaño también incurre en una variación de peso. Esto no es algo decisivo al volante, pues ambos son sorprendentemente ágiles gracias a su tren motriz, pero las carreteras de un solo carril parecen el territorio del Yaris, mientras que subir al Focus después da claustrofobia entre el quitamiedos y la montaña.

Curiosamente, el Focus RS peca de una altura de conducción poco deportiva, culpa de la altura del baquet, que era un extra, y el Yaris le copia ese hándicap con el agravante de una luna delantera muy inclinada, que hace que conductores de más de 1,75 metros de alto tengan problemas de visibilidad en cruces o algunas curvas con el retrovisor. Además aún siguen llegando e-mails al cuartel general de Toyota de por qué el asiento del copiloto va más alto.

Toyota GR Yaris

Basta de charla

Pulsamos ambos botones de arranque, en el Ford era opcional, y los motores turbo cobran vida. El del Focus RS sonoro, retumbando y emanando una nota que emana de lo más profundo. El GR Yaris es menos imponente, está ahí el ruido, es grave también, pero más filtrado, filtrado por los ya inevitables filtros de escape.

El motor 2.3 EcoBoost de Ford, fabricado en su día en Valencia, era un bomba de relojería que produce 350 CV y 470 Nm de par, explotaba muy abajo pero la mecha llegaba hasta las 6.000 rpm donde entregaba toda la potencia.

El del Toyota tiene un cilindro menos, pero la relación cubicaje/potencia es asombrosa, 261 CV extraídos de un motor 1.6 litros, con unos buenos 360 Nm que llegan aún más rabiosos que los del Ford, aunque aquí el régimen más aprovechable parece el bajo y el medio.

Son rápidos si, no vamos a hablar de tiempos exactos, aunque en el papel el Focus debería ser más rápido, pero se sienten casi igual de rápidos en la carretera, no hay una diferencia exagerada entre uno y otro saliendo de una curva lenta, parecen atados por una eslinga con la mínima flexibilidad.

El trabajo de motricidad del Yaris es asombroso, mientras que el empuje del motor del Focus es adictivo. Ambos parecen llevar manos ganadoras en esta partida de cartas, pero con diferentes jugadas. El Focus RS es una escalera de sonido y brutalidad, mientras que el Yaris es un «full» de tracción y precisión.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

Y esto último es clave. El Toyota GR Yaris que tenemos entre manos no tiene el Circuit Pack, por lo que no tiene ni la mejora de refrigeración de los frenos, ni la suspensión mejorada, ni las llantas forjadas, ni los dos diferenciales extra. Sin embargo yendo rápido es menos nervioso que el Focus. La clave es la suspensión más equilibrada, que se adapta mejor al terreno, y que hace que toda la fuerza se aplique mejor al asfalto, aunque el testigo del control de tracción siempre hace alguna visita.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

Al Focus por su parte le instalaron una suspensión tan dura que cualquier asfalto que no sea una alfombra de cachemira lo perturba como una mosca a un cirujano. Si bien es cierto, si encontramos ese alquitrán liso como el mármol, el cirujano seremos nosotros, con un chasis implacable, directo y de categoría de coche de rallye. Para más inri, Ford incluyó un botón en el intermitente que endurecía un poco más la suspensión. En ningún Focus RS de pruebas me he atrevido a usarlo en calle.

Sobre la frenada, el Focus usa Brembo, son más contundentes que los del Yaris pero hay que emplearse más duro, en cambio en el compacto tres puertas parece coser y cantar pararlo, no solo por el buen tacto del pedal, también porque pesa casi 300 kg menos. Quedarse sin frenos será difícil.

¿Pueden derrapar?

Me bajo del Yaris y me subo al Focus, y salimos puerto arriba. La dirección parece algo más directa, a pesar de que la del japonés es muy buena. Es más comunicativa pero quizás solo por esa suspensión y tamaño de llanta, 19″ por las de 18″ del Yaris, y el coche en si, parece ofrecer más sensaciones.

Pero pronto empiezo a comprender que lo que ofrece es mayor resistencia a ir por donde toca. El carácter del sistema de tracción total es más radical, más enfocado a que podamos redondear las curvas a golpe de gas en lugar de a calcular fríamente cuanto par necesita cada eje.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

Esto lo hace más divertido si comprendemos ese carácter, y a mi personalmente, me chifla, porque notas a la perfección como la zaga se insinúa suavemente, pero con dirección y gas la metes en su sitio y sales disparado a la siguiente curva.

En cambio delante de mi el Yaris se mueve como un guepardo que corre sobre tierra dura en lugar de un león sobre hierba mojada como parece este Focus RS, gira limpio, rápido, sin sobresaltos de su tren trasero.

Y eso que Toyota permite hasta un 70% de par en el eje trasero en su modo Sport. El Normal se fija en un reparto de 60-40, y el Track en un 50-50. Pero esto no significa que sea una máquina de derrapar, no al menos a su voluntad, solo a la nuestra, forzando mucho el sobreviraje o utilizando el freno de mano manual, este va integrado en la cazoleta del disco y desconecta el diferencial trasero si se usa en marcha.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

Pero el Ford Focus RS usa un as en su manga. A esos modos mencionados antes suma el Drift. Aquí es capaz de enviar hasta el 70% del par al eje trasero, y ahí el diferencial activo puede mandar hasta el 100% a una sola rueda, de tal forma que a golpe de gas podemos convertirnos en Ken Block, o con peor resultado, una peonza de color azul, negro en este caso.

La capacidad para derrapar de ambos coches está ahí, pero si tu que nos lees tienes pensado usarlos para esta finalidad, sus reacciones no son naturales como en un coche de tracción trasera, requieren de cierto aprendizaje, así que no acudas a tu tramo de carretera habitual con mucha ansia si no quieres acudir acto seguido al taller.

De rallye parecen… pero de calle son

Ambas marcas se han preocupado lo suficiente de que se diferencien de sus modelos básicos. El Yaris en su morro luce más agresivo con las tomas de aire, los músculos del capó y de hecho es tan diferente al Yaris híbrido que solo comparte los faros y la antena de la radio.

El Focus parecía sacado de un videojuego en el que se le habían instalado unos paragolpes más agresivos, un alerón de rallyes, llantas multirradio de competición y se podía elegir en el exclusivo Azul Nitro pitufo, aunque nuestra unidad de pruebas es negra. Los otros colores eran el blanco y un gris oscuro.

Por dentro el Yaris más allá de los asientos, el pomo manual y el volante con costuras rojas no ofrece muchos cambios. Lo mismo le ocurre al Ford, que llevaba asientos deportivos de serie más mullidos y cómodos que los opcionales pero geniales, salvo para subirte y bajarte, baquets Recaro, así como costuras y detalles azules aquí y allá, pero poco más.

¿Cuestan como un coche de rallye?

En dinero de 2016, el Focus RS y sus 42.000 euros de tarifa base era de los compactos deportivos más caros. El Yaris cuenta con esa ventaja, nuevo cuesta 33.180 euros (con promoción), con el circuit pack 4.627 euros extra.

Sin embargo dado que el Focus RS ya no es nuevo no cuesta eso. Podemos encontrar unidades por 34.000 euros con no demasiados kilómetros. Era un coche con pocas opciones, la mayoría de packs de confort, así que en términos de rendimiento salvo que busques la versión que salió después con pack opcional con diferencial tipo LSD, todos son iguales.

Del Focus RS hay que vigilar que no sufriera el fallo de la junta de la culata, una avería que se podía cambiar en garantía y afectaba sobre todo a primeras unidades. Con el GR Yaris solo hay que tener paciencia, hace unos meses Toyota anunciaba que la producción de 2021 estaba asignada.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

Entonces ¿GR Yaris o Focus RS?

Aunque ambos son coches de tracción total, motor turbo, manuales y no muy grandes, tienen un carácter diferente. El Toyota GR Yaris busca la máxima efectividad para cualquier conductor, es un matagigantes de bolsillo en carretera y se podría incluso defender en circuito, todo un coche de rallyes moderno para calle, una bendición para los fanáticos de los deportivos en estos tiempos.

Toyota GR Yaris y Ford Focus RS

El Focus RS parece en cambio el último de una especie, de aquellos coches de rallye grandes, toscos y rudos que eran efectivos a cambio de una conducción implicada con los cinco sentidos. No se siente más rápido que el Yaris, solo se siente más que en él, es menos refinado, es más duro. Si amas la vieja escuela, te enamorará.

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