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Swatch Bioceramic MoonSwatch X Omega

En el momento que estoy escribiendo estas líneas la gente se agolpa para intentar adquirir uno de los relojes más codiciados del momento. En Madrid, Barcelona, Valencia y en todos los países del mundo donde existe un tienda Swatch la gente hace cola, es más es capaz de pasar la noche a la intemperie con frio y lloviendo, tan solo por conseguir el nuevo Swatch MoonSwatch x Omega. La policía ha tenido que intervenir e incluso llegar a cerrar tiendas ante la avalancha de público.

Antes de contaros la historia y hablaros de este modelo, permitidme hacer un inciso sobre la venta de este sorprendente modelo. Sabiendo que el reloj no era edición limitada, se va a seguir fabricando y vendiendo probablemente cada vez en más puntos, evidentemente no pensaba hacer la citada cola que se preveía se iban a formar, pero sí que me pasé a ver lo que se estaba cociendo.

Cientos de personas formaban unas colas que daban la vuelta a la manzana por un reloj de 250 euros de precio de venta al público y no limitado. ¿Qué estaba pasando? Eran realmente coleccionistas o aficionados a la relojería. Que va, la mayoría especuladores deseando hacer dinero rápido, revendiendo los relojes con el mayor margen posible. Los mismos que se dedican a las zapatillas de deporte y otros elementos de moda buscados. Espero que Swatch comercialice pronto este modelo on line y todos esos que están ya vendiéndolos en las redes no puedan hacer negocio.

He de confesar que me alegro mucho de este movimiento que ha hecho el Grupo Swatch. Es la mayor operación de marketing de los últimos años, el gran pelotazo relojero y justo antes de Watches & Wonders 2022. Creo que va a ensombrecer las novedades de otras grandes marcas.

Además espero que el nuevo MoonSwatch sea un reclamo para que las nuevas generaciones se enganchen a la relojería como nosotros lo hicimos con un reloj que también nos marcó y aficionó, el Tag Heuer Fórmula 1 de plástico de colores de los años 80.

El Grupo Swatch, al que pertenece la marca Omega desde hace años, fue la que salvó probablemente el sector relojero cuando se produjo la conocida crisis del cuarzo allá por los años 70. Nicolas Hayek fue un visionario y de su mente nació una marca joven, fresca y barata que nos enamoró a muchos y fue capaz de salvar la relojería tradicional. Creó el Grupo Swatch que fue adquiriendo grandes marcas como Blancpain, Omega, Breguet o Longines, entre otras, para hacerlas recuperar su esplendor de antaño.

Pero hagamos un poco de historia y porque el Omega Speedmaster Moonwatch sea probablemente uno de los relojes más conocidos, coleccionables y ansiados por aficionados y coleccionistas.

La historia del Speedmaster se remonta a 1957, cuando se introdujo como cronógrafo deportivo y de carreras, como un modelo más de su colección de cronógrafos ya que Omega era el cronometrador oficial de los Juegos Olímpicos.

El nombre de "Speedmaster" fue elegido por su bisel de escala de taquímetro y siguiendo la nomenclatura que Omega utilizaba para otros modelos como el Seamaster, inicialmente el Speedmaster era parte de esta colección, y el Railmaster.

El primer modelo Speedmaster fue la referencia CK 2915, conocido también como "Broad Arrow" y fue diseñado por el suizo Claude Baillod. Este modelo ya presentaba algunas de las características distintivas del modelo como el diseño del cronógrafo de tricompax, los marcadores de los índices destacados o el plexiglás abovedado. La caja de 39 milímetros tenía unas asas rectas, agujas de flecha anchas y el bisel era de acero con impresión negra grabada.

 

El movimiento elegido fue el Calibre 321 que se introdujo en 1942 como un proyecto conjunto entre Omega y Lemania, una de las empresas de su grupo en ese momento. Este calibre es reconocido como uno de los mejores ejemplos de embrague lateral, cronógrafo controlado por rueda de pilares y se utilizó como movimiento base por Breguet, Patek Philippe y Vacheron Constantin en una gran variedad de cronógrafos. En 1946, el movimiento se mejoró aún más al agregar protección a los campos magnéticos y los impactos, algo que más tarde demostraría ser muy importante para pasar las estrictas pruebas de la NASA.

 

En 1962 el programa espacial Mercury de vuelo en solitario estaba casi terminado y el astronauta Wally Schirra había usado su propio Speedmaster y la NASA se estaba preparando para las misiones Gemini y Apolo. Se esperaba que los astronautas en estas misiones se movieran en el espacio fuera de la nave, por lo que necesitaban un reloj de pulsera que pudiera soportar las difíciles condiciones del espacio.

Ese mismo año la NASA compró anónimamente una serie de cronógrafos de diferentes marcas, con la tarea de encontrar el mejor reloj disponible para que sus astronautas lo usaran en el espacio.

En 1964, los relojes que cumplían con todos los requisitos previos fueron comprados oficialmente por la NASA y sometidos a una serie de pruebas y procesos de preselección llamados "Procedimientos de prueba de calificación". Solo tres relojes de los seis cronógrafos preseleccionados sobrevivieron con éxito a esta ardua fase. Los finalistas fueron sometidos a las 11 pruebas más rigurosas soportadas en la historia de la relojería.

El 1 de marzo de 1965, se obtuvieron los resultados de las pruebas y solo el Omega Speedmaster fue capaz de superarlas. En ese momento, los probadores de la NASA escribieron: "Se han completado las pruebas operativas y ambientales de los tres cronógrafos seleccionados; y, como resultado de la prueba, los cronógrafos Omega han sido calibrados y entregados a tres miembros de las tripulaciones de Gemini Titan III".

James Ragan, el ingeniero de la NASA responsable de las pruebas de calificación de los relojes señaló que "El reloj era una especie de sistema de seguridad. Si los astronautas perdían la capacidad de hablar con la Tierra, o la de usar sus relojes digitales en la superficie lunar, entonces lo único en lo que podían confiar era en el reloj Omega que tenían en su muñeca. Tenía que estar ahí por si tenían un problema".

 

Omega solo supo del viaje del Speedmaster al espacio cuando vieron una fotografía de Ed White tomada durante su primer paseo espacial como parte de la misión Gemini 4 en junio de 1965. El reloj estaba unido al brazo del astronauta gracias a una larga correa de nylon asegurada con Velcro.

A partir de ese momento, Omega decidió añadir la palabra "Professional" a la descripción del modelo, convirtiéndose así en Omega Speedmaster Professional.

 

El 20 de julio de 1969, el primer alunizaje tripulado fue sin duda uno de los momentos más importante de la historia de la humanidad. Neil Armstrong fue el primero en pisar la superficie de la luna. Dado que el sistema de sincronización electrónica en el Módulo Lunar no funcionaba correctamente, Armstrong había dejado su reloj a bordo como sistema de seguridad. Diecinueve minutos más tarde se le unió Buzz Aldrin, quien llevaba su Omega Speedmaster Professional que fue el primer reloj que fue usado sobre la superficie lunar.

Ese mismo año, en homenaje a los héroes del alunizaje, Omega creó el Speedmaster BA145.022. Este modelo fue elaborado con oro amarillo con bisel burdeos y en el fondo de la caja podemos leer: “to mark man’s conquest of space with time, through time, on time.”

Además, para conmemorar el logro excepcional, se modificaron las tapas traseras de las cajas. El caballito de mar grabado fue retirado y se grabaron las frases "El primer reloj usado en la luna" y "calificado para vuelo por la NASA para todas las misiones espaciales tripuladas".

En 1971 se volvió a modificar para reincorporar el hipocampo, siendo el diseño que todavía se utiliza hoy en día en los relojes Speedmaster Professional.

 

En 1970, después de que un fallo técnico provocara una explosión en el Apolo 13 y la tripulación tuviera que evacuar al pequeño Módulo Lunar Aquarius para conservar energía, el piloto Jack Swigert usó su Speedmaster para calcular con precisión los 14 segundos críticos de impulso del motor para inclinar el transbordador para volver a entrar en la atmósfera terrestre. En reconocimiento a que el reloj sirvió para salvar las vidas de los astronautas y la misión, Omega fue galardonado con el Premio Snoopy por los astronautas del Apolo 13, "por dedicación, profesionalismo y contribuciones sobresalientes en apoyo del primer Proyecto de Aterrizaje Lunar Tripulado de los Estados Unidos".

 

Una vez que ya sabemos porqué el Speedmaster Moonwatch es el reloj más coleccionable y famoso de la historia, vamos a ver los detalles que hacen de esta colaboración entre Omega y Swatch un reloj que sin duda se convertirá en un superventas.

Once modelos diferentes se han presentado, cada uno representa los mayores cuerpos astrales que podemos encontrar en nuestro sistema solar: Sol, Mercurio, Venus, Tierra, Luna, Marte, Jupiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. En su diseño del Swatch MoonSwatch x Omega se han respetado estrictamente las dimensiones y la estructura de la caja asimétrica o la escala taquimétrica con el punto sobre el 90 del bisel del Speedmaster original.

Para Raynald Aeschlimann, Presidente y Director General de Omega, esta nueva colección es una fuente de orgullo. «La larga y distinguida historia de OMEGA podría haberse truncado si no hubiera sido por la visión y la valentía de Swatch. Por ello, la colección MoonSwatch es un guiño ingenioso y accesible a los "salvadores" de nuestra industria. Los MoonSwatch, además, son perfectos para aquellos que empiezan a enamorarse de los Moonwatch. La verdad es que no se me ocurre un reloj más apropiado para lanzar un proyecto común. Con Moonwatch ya fuimos a la luna, así que ahora nos toca explorar la Vía Láctea con MoonSwatch. Son relojes increíbles, con colores fantásticos y siempre logran arrancarme una sonrisa».

Las cajas tienen un tamaño de 42 milímetros de diámetro y 13,35 de altura, herméticas hasta 30 metros. Están fabricadas en un material patentado por Swatch y denominado Biocerámica, una mezcla única fabricada a base de dos tercios de cerámica y un tercio de un material derivado del aceite de ricino. Disponen de fondo ciego con la tapa de la pila donde puede verse la representación de su astro correspondiente.

 

En la esfera es donde Swatch se ha tomado más libertades. Se mantiene la disposición tri-compax de las subesferas de horas, minutos y pequeño segundero. A excepción del “Mission to the Moon”, donde se han respetado los códigos estéticos del Moonwatch, en las demás esferas podemos observar detalles de diseño y de color propios de cada versión y que en algunos modelos como el “Mission to Mars” nos recuerdan al Alaska Project de Omega.

En el interior encontramos un calibre de cuarzo perteneciente al Grupo Swatch, con función cronográfica. Para completar el conjunto con su espíritu aventurero espacial todos los modelos disponen de una correa de tejido técnico con eslabones de biocerámica y cierre de VELCRO.

Su precio de venta es de 250 euros y por el momento solo estará a la venta en las tiendas Swatch de Madrid, Barcelona y Valencia.

 

Texto por Alfonso Escámez

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