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Škoda Enyaq RS iV: eléctrico pero no aburrido

Si piensas que las palabras ‘Škoda’, ‘SUV’ y ‘eléctrico’ no pueden ser sinónimo de ‘diversión’, ‘dinamismo’ o ‘prestaciones’, el Enyaq RS iV está dispuesto a demostrarte lo mucho que te equivocas.

Puede gustarte más o menos, pero probablemente no te dejará indiferente con sus llantas Vision opcionales de 21” dotadas de neumáticos más anchos en el tren trasero, sus llamativos faros led matriciales, su banda de luz diurna que atraviesa toda la parrilla o sus parachoques de aspecto agresivo con molduras negras brillantes y un pronunciado labio inferior. El Enyaq RS parece enfadado, y lo cierto es que, si le buscas las cosquillas, te demostrará que no le falta carácter.

La clave está en el uso de dos motores eléctricos, uno en cada eje, una batería de 82 kWh y una electrónica de potencia específica, capaz de entregar nada menos que 220 kW (equivalentes a 299 CV) que catapultan sus 2,3 toneladas de cero a 100 km/h en 6,5 segundos con una facilidad extrema.

No hay que seguir ningún protocolo específico ni ser especialmente habilidoso para disfrutar de estas prestaciones; ni siquiera hay que cambiar de marcha o estar atento a que el vehículo lo haga, ya que tanto el motor delantero como el trasero cuentan con una relación de desmultiplicación única. Tan solo hay que apretar a fondo el acelerador y dejar que la electrónica decida cuánta potencia reparte a cada tren motriz.

Sí deberás tener en cuenta que, si quieres aprovechar sus casi 300 CV, la batería ha de estar cargada por encima del 88 % y tiene que trabajar en un rango de temperatura de entre 23 y 50 ºC. Además, los 299 CV estarán disponibles solamente durante 30 segundos. Pero lo cierto es que medio minuto sin levantar el pie del pedal del gas es una eternidad en un SUV de la potencia del Enyaq, una eternidad que solamente podrás disfrutar de forma legal en una Autobahn.

Probamos el Škoda Enyaq RS por carreteras de Málaga

Nosotros hoy no estamos precisamente en Alemania, sino en un escenario mucho más adecuado para descubrir de lo que es capaz este Enyaq: las carreteras de las sierras de Málaga, donde Škoda está llevando a cabo la presentación internacional de su primer modelo eléctrico con apellido RS.

En esta ruta, bastante exigente, se deja notar la enorme masa del vehículo, al cual le cuesta un poco entrar en las curvas más cerradas cuando forzamos el ritmo, algo lógico en un SUV con una considerable batalla de 2,77 metros.

No obstante, su agilidad es notable para su masa y sus dimensiones, y siempre podemos probar a seleccionar el programa Sport en la interfaz de modos de conducción, si bien no encontraremos grandes diferencias con respecto al modo Comfort.

Sí percibiremos una dirección un poco más firme, una mayor retención de los motores eléctricos (que se puede ajustar en tres niveles con las levas que hay tras el volante) y una respuesta más viva en la primera parte del recorrido del pedal del acelerador, pero las diferencias en la firmeza de las suspensiones son mínimas, a pesar de que nuestro RS cuenta con amortiguadores de dureza variable.

La clave está en que, por mucho que los amortiguadores tengan un tarado variable, el tarado de las barras estabilizadoras y el de los muelles, que son convencionales, es inevitablemente constante, y estamos hablando de componentes que son bastante firmes, ya que el Škoda Enyaq RS monta unos muelles más cortos y duros que el resto de la gama, por lo que endurecer un poco más o menos los amortiguadores solamente va a conseguir que su respuesta se armonice un poco más o un poco menos con la de los muelles en función de lo rizado que sea el firme y de la velocidad a la que nos desplacemos.

Aunque no es un deportivo puro, ofrece un buen tacto

Al buen tarado de las suspensiones se suma una dirección precisa y menos aséptica de lo habitual en los vehículos eléctricos, complementado todo ello con un buen tacto del equipo de frenos, que integra de forma magistral la frenada regenerativa. Con el Enyaq RS cuesta encontrar ese momento en el que los frenos de disco se suman a la retención de los motores eléctricos. El salto entre ambos no es perceptible, y ese es un aspecto en el que el checo se encuentra por delante de otros vehículos eléctricos.

También, como es habitual en Škoda, la habitabilidad es una importante baza a favor de este SUV. Comprobamos la amplitud de las plazas traseras en el trayecto que nos lleva de la estación del Ave al aeropuerto de Málaga, donde nos esperan las unidades que vamos a conducir, y disfrutamos del buen diseño de los asientos delanteros y la sujeción lateral que ofrecen tanto cuando conducimos el vehículo como, especialmente, cuando lo copilotamos por las reviradas carreteras que nos llevan por los alrededores de Antequera.

Buen equipamiento, con pocas opciones

Hay que decir que el equipamiento del Enyaq RS es bastante completo y deja poco margen para la personalización. Sí podemos jugar con el diseño y el tamaño de las llantas o con el color de la pintura, que incluye, sin sobrecoste, el característico verde mamba exclusivo de las versiones RS.

Aparte de los faros led matriciales, las llantas Vision de 21” opcionales (de serie monta unas Taurus de 20” claramente más discretas) o los asientos delanteros deportivos y calefactados, el Škoda Enyaq RS dispone de portón eléctrico, tapicería de Alcantara, detector de ángulo muerto, navegador, carga inductiva para el móvil, control de crucero adaptativo y acceso sin llave.

Es un eléctrico práctico, pero menos que un gasolina

No podemos terminar esta prueba sin dedicar un pequeño capítulo a la practicidad de la parte eléctrica. De entrada, el RS monta la batería más grande posible de las que puede montar el kit modular de Volkswagen con esta batalla, cuya capacidad es de 82 kWh brutos y 77 kWh netos. Ayudado por un buen coeficiente de penetración aerodinámica (entre 0,265 y 0,277), homologa un consumo de entre 16,9 y 17,8 kWh/100 km, lo que le permite recorrer hasta 517 km con una sola carga según el ciclo WLTP.

Puede recargarse en un cargador rápido a una tasa de 135 kW, y con ello su batería puede pasar del 10 al 80 % en apenas 36 minutos. Si se elige la carga en corriente alterna, en la red doméstica, la tasa máxima admitida por el cargador embarcado es de 11 kW, y el tiempo de carga total de la batería alcanza las siete horas y media.

Durante nuestra prueba, en conducción entre normal y dinámica pero con carreteras y autopistas que presentaban importantes pendientes, los consumos se movieron en el entorno de los 25 a 30 kWh/100 km, por lo que a ese ritmo la autonomía real habría sido de unos 300 kilómetros.

También tuvimos la oportunidad de recargar el Enyaq RS a mitad de ruta en uno de los cargadores eléctricos de la red Ionity ubicados en una estación de servicio de Casabermeja mientras tomábamos un café. En 25 minutos, pasamos de disponer de un 28 % de batería a un 77 % gracias a que recargamos 33 kWh a una tasa de 62 kW, muy lejos de los 135 kW que potencialmente acepta el Enyaq y lejos también de los 150 kW que desarrolla, como mínimo, el cargador de Ionity, algo que probablemente se debió a que se encontraban ocupados simultáneamente los cuatro cargadores disponibles.

Está claro que aún hay mucho camino por recorrer hasta que los automóviles eléctricos sean tan funcionales como los térmicos, pero lo cierto es que, con el Enyaq RS, Škoda ha dado un importante paso adelante ofreciendo un producto que, sin ser rabiosamente deportivo, sí es capaz de dibujarnos una sonrisa en la cara cada vez que hundimos el pie en el pedal del gas; una sonrisa que nos costará 64.600 euros y que podremos lucir a partir del primer trimestre de 2023, cuando los vehículos comiencen a llegar a nuestro mercado.

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