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VW Golf GTI Mk2 y Mk7, como hemos cambiado

Pocos coches del mercado tienen tanta historia y tanto nombre como el Volkswagen Golf. Después de más de 45 años y 8 generaciones, son más de 35 millones de unidades de este compacto las que se han fabricado hasta la fecha. Estas cifras lo han convertido en el Volkswagen más fabricado de todos los tiempos. Y dentro de ello, el Golf GTI el más valorado.

Se trata además de un modelo amado por sus propietarios, y reconocido por el gran público. Un modelo que desde que consiguió abrirse su particular hueco en el mercado, pasó a ser un referente de forma inmediata, una posición que ha mantenido hasta la actualidad sin perder nunca esa condición. Durante estas más de 4 décadas, han sido muchísimas las variantes fabricadas sobre la base Golf.

Golf GTI logo mk7

Desde versiones cabrio, hasta ediciones mucho más especiales como el Golf Country 4×4 o Golf Rallye, y posteriormente variantes de 6 cilindros VR6 o R32. Hasta hemos visto Golf eléctricos con la llegada del E-Golf en la 7ª generación . No obstante, no queda duda de cuál es la variante más popular de toda la historia del modelo, el Golf GTI.

Golf GTI logo mk2

Recientemente en Revista Car hemos podido probar la última generación en llegar, la octava. Pero hoy los protagonistas son otros. Y es que por un día hemos tenido cara a cara dos GTI enfrentados, dos Golf que representan dos épocas muy distintas. El primero, un GTI mk2 de segunda generación; el heredero del primer GTI de los 70. Ante él, un GTI de 7ª, a la venta hasta hace apenas unos meses. Y lo hemos hecho por el gusto de hacerlo. Para compararlos, nos hemos ido de ruta por carreteras de montaña para ver, a día de hoy, como hemos cambiado y comprobar si se mantiene la esencia con la que nació este mítico compacto deportivo.

Cara a cara, 35 años de diferencia entre uno y otro

Nos encontramos en el Santuario del Far, en el corazón de Cataluña, un lugar tranquilo con unas vistas magníficas sobre el pantano de Sau y Susqueda. Un lugar que habitualmente tendría cierto movimiento, pero que con el panorama actual de pandemia respira absoluta tranquilidad. Ideal para encarar a los Golf. Lo primero que salta a la vista al tener a ambas generaciones del compacto alemán enfrentadas, es cuanto ha aumentado su tamaño. Este fenómeno ocurre con la mayoría de modelos del mercado que llevan décadas en el mercado aún manteniendo su carácter, como por ejemplo el Mini, o el Porsche 911, el Fiat 500… Lo podemos ver en cifras, pero como ya dice el refrán, una imagen vale más que mil palabras.

Golf GTI mk2. lateral

Las diferencias en cuanto a diseño de la carrocería son obvias, así como el estilo de la misma. A pesar de que en los años 80 ya se tenían muchos conocimientos de aerodinámica, parece que no se tuvieron en cuenta al diseñar las dos primeras generaciones de Golf, que tienen la aerodinámica característica de un ladrillo de construcción.

Aunque estas formas, más bien rectas del Golf de los 80 resultan tremendamente atractivas, y con un carácter desde mi criterio más marcado y personal que el sucesor de los 90, el Golf mk3. Más con la adopción de una doble óptica circular delantera que resulta del todo inconfundible, así como el típico ribete rojo alrededor de la parrilla delantera y los parachoques. Más allá de estos dos elementos, tan sólo el spoiler delantero, el pequeño alerón trasero y la doble salida de escape eran los elementos diferenciadores respecto a un Golf “normal” en la 2ª generación.

A su lado, el Golf GTI mk7 parece una nave espacial, un vehículo muchísimo más moderno y estilizado, y con unas dimensiones mayores en todas direcciones. Más largo, más ancho y más alto. A nivel estético, ya pocas cosas relacionan el uno con el otro, pues prácticamente el único elemento identificativo de su condición de GTI que recuerda al “original” en el exterior es el ribete rojo del frontal.

Golf GTI dos generaciones

Este elemento de los GTI mk1 y mk2, casi desapareció en la 3ª generación. En esa caja tan sólo el Golf “20 aniversario” lo llevaba. En la 4ª generación de Golf directamente desapareció del todo, para recuperarse desde la 5ª generación y hasta la actualidad. Desde entonces, este elemento ha permanecido como una de las señas de identidad inalteradas del GTI.

Golf GTI 7 y 2

Más allá del ribete rojo, el Golf Mk7 GTI se diferencia también gracias a muchos otros detalles. Detalles como los elementos aerodinámicos específicos tanto en el parachoques delantero como en el trasero, o las exclusivas llantas. El look de este compacto rebosa deportividad por los 4 costados consiguiendo una imagen muy agresiva.

Golf GTI 2 y 7

Comparando el uno con el otro, más allá del tamaño de la carrocería, otros elementos que llaman la atención son, por ejemplo, cómo ha crecido el tamaño de las ruedas. Mientras que el mk2 lleva una BBS opcional de marca de 15 pulgadas –que ya era grande en la época- la del Golf performance es de 19, y no parece para nada exagerada, aunque no hay que olvidar que los frenos van en consonancia. Pero aunque no nos fijemos en los detalles, sencillamente estamos ante dos coches totalmente distintos entre los cuáles ha habido una grandísima evolución.

Golf GTI logo mk7

De puertas para dentro

Una vez abrimos las puertas de ambos coches, el salto de edad resulta igual de mayúsculo que en el exterior. El diseño del Golf mk2, con formas bastante rectas, se ve anticuado, aunque la altísima calidad de todos los materiales destaca por encima de todo. No hay nada roto, ni ningún elemento que se vea desgastado.

Todos los elementos se ven casi cómo nuevos, y además todo funciona. Aunque tampoco hay mucho que pueda estropearse. Y es que en los primeros GTI mk2, por no tener no tenían ni elevalunas eléctricos, ni cierre centralizado, ni dirección asistida…

Aunque sí que tenía un avanzado ordenador de abordo que ofrecía informaciones como el parcial de kilómetros, la temperatura del aceite, consumo instantáneo o temperatura exterior. Todos estos datos aparecen dentro de la pantalla digital dentro del cuadro analógico, con relojes claros y atractivos a la vista.

Golf GTI interior

En contraposición, el interior del GTI moderno es todo tecnología y conectividad, con una pantalla táctil dominando el salpicadero, y un cuadro totalmente digital totalmente configurable con la posibilidad de ofrecer muchísima información al conductor en distintos formatos. Otros tiempos, otras necesidades.

La posición de conducción sigue siendo muy buena tanto en un Golf como en el otro. Para ser justos, en el mk7 la posición se puede adaptar mejor gracias a la regulación en altura, además de disponer de unos asientos más envolventes. En cuanto a tapizado, el Golf GTI mantiene el característico estilo del primer Golf, con la cuadrícula que puso de moda el primer GTI de los 70. En el caso del 2, sin embargo, y por tratarse de un primera serie, no dispone de esa configuración de tapizado que se recuperaría tras el primer reestyling de 1987.

Golf GTI plazas traseras

Naturalmente, y gracias a que se trata de una versión de 5 puertas, recordemos que a partir de la octava generación de Golf ya no existe la posibilidad de carrocería de 3 puertas, el acceso a las plazas posteriores es mucho mejor en el Golf moderno que en el clásico. Irá a gustos, pero a mi siempre me gusta más un 3 puertas que un 5.

El maletero tiene mayor capacidad en el Golf GTI moderno, aunque el mk2 cuenta con una rueda de repuesto, algo de lo que carece el GTI performance. En la lucha por reducir las emisiones, casi ningún coche actual dispone de rueda de repuesto, pero esto se traduce en que una tontería tan grande como un pinchazo, puede dejarte tirado en cualquier momento, algo que no ocurría en el pasado.

Golf GTI mk2 y mk7

Con el análisis en parado nos ha quedado clarísimo el paso del tiempo. Las imágenes hablan por sí solas. La evolución del Golf GTI ha sido visualmente mayúscula en 3 décadas, aunque se han conservado unas características identificativas que mantienen el carácter deportivo del compacto germano. A pesar de las enormes diferencias, exteriormente el Golf GTI sigue siendo un Golf GTI.

Hora de ponerse en marcha

Ahora toca ponerse en marcha y comprobar como se ha traducido el paso del tiempo en cuanto a comportamiento dinámico una vez nos sentamos a los mandos de los dos compacto deportivos.

A los mandos del mk2 GTI 8V

El primero es el mk2 GTI 8válvulas; Antes de hablar de sus grandes bondades, me toca reconocer que mi punto de vista tal vez sea subjetivo, pues esta belleza del año 86 es de mi propiedad, algo que no es casual sino fruto de mi pasión por la serie 2 de Golf.

Se trata de una unidad de la primera serie de la segunda generación, un coche que en 1986 anunciaba 112 CV obtenidos de un fiable motor de 4 cilindros y 1.8 litros, con un PAR de apenas 155 Nm. Hoy día estas cifras parecen de risa, pues cualquier motor de 3 cilindros turbo daría este rendimiento. Pero hay que tener en cuenta, que el Golf mk2 pesaba apenas 900 Kg, y medía menos de 4 metros de largo, y que comparado con utilitarios de la época se trataba de un coche potente.

Nada más girar la llave, el motor 4 cilindros cobra vida con un sonido tremendamente característico. Si tuviera que identificarlo a ciegas entre miles de opciones, lo haría instantáneamente sin duda. Al darle gas las revoluciones suben alegremente, despertando en el conductor las ganas salir y disfrutar. Así que nos ponemos en marcha por una bonita y sinuosa carretera de curvas para poner a prueba los GTI’s.

Desde el primer instante el Golf 2 se muestra muy alegre y ágil. Su punto fuerte es la entrega de potencia en bajos, permitiendo unas recuperaciones buenas, mientras que la respuesta en altas que deja un poco que desear. La aceleración no es nada del otro mundo, rozando los 10s del 0 a 100km/h, pero el compacto se muestra bastante alegre.

Ya desde las primeras curvas, el bastidor muestra sus cualidades. Por los estandartes actuales nos puede parecer que balancea o que le falta grip, pero si nos ponemos en situación, a mediados de los 80, la cosa cambia. La dirección es muy comunicativa, así como las suspensiones, de modo que el Golf 2 resulta como un kart al volante, con la salvedad de que es tracción delantera.

El comportamiento del chasis es extremadamente noble y predictivo, pero llevado al límite resulta muy divertido, permitiendo correcciones sin sobresaltos de ningún tipo. Y aunque pensemos que al lado de un coche actual está a años luz, en curvas lentas puede seguir al GTI moderno con relativa facilidad. Al final, todo es una cuestión de relación peso/potencia traducida en agilidad.

Otra cosa es en aceleración o frenada, donde el GTI performance destroza al mk2, dejándolo atrás en un abrir y cerrar de ojos. Tan pronto las curvas enlazadas dejan de ser excesivamente cerradas, el GTI Performance, que cuenta con autoblocante, deja atrás a su antepasado. La combinación entre el motor 2.0 turbo de 245 CV dande 350 Nm de Par, el autoblocante, y un chasis excelente convierten al Golf moderno en un rapidísimo compacto a años luz del espartano Golf 2.

Aún así, a los mandos del mk2 no dejo de disfrutar durante toda la toda la carretera hasta llegar a la siguiente parada, adónde me presento con una gran sonrisa de oreja a oreja. El carácter del motor y la puesta a punto del chasis, de la mano de un cambio manual de 5 velocidades preciso, y unas ayudas a la conducción que brillan por su ausencia son una combinación excelente para cualquier aficionado a la conducción.

Hora de volver al presente

Tras el tramo en el serie 2, toca pasarme al volante de la máquina moderna. Es como si me hubiera metido en el túnel del tiempo avanzando más de 3 décadas de golpe.

Lo primero que llama la atención es lo silencioso que se ha vuelto el GTI con los años, especialmente al ralentí: la importancia de reducir las emisiones de los últimos años ha dejado su huella. Esto se ha traducido, entre muchas otras cosas, en que debido a todas las restricciones en los sistemas de escape, los sonidos excitantes han ido dejando paso a otros mucho más discretos. El planeta sin duda lo agradecerá, aunque para los amantes de la gasolina esto nos supone un verdadero drama.

Dicho esto, y sin perder el tiempo, nos ponemos en marcha por la misma carretera por dónde veníamos, preparados para jugar de nuevo al gato y el ratón pero esta vez sin tener que sudar al cambiar marchas. El cambio DSG de 7 relaciones del GTI performance con levas en el volante es excelente, y si bien habrá quien prefiera ir en modo automático, cuando de verdad se disfruta es jugando con las levas.

En cuanto al motor, el bloque 2 litros turbo y 245CV ofrece una respuesta contundente, acompañada de una gran capacidad de tracción que permite salir rapidísimo de las curvas. La entrega de potencia es bastante lineal y sin que uno se dé ni cuenta se obtienen muy rápido velocidades muy altas.

El paso por curva llega a ser vertiginoso, pero mientras que con el Golf de los 80 tienes la percepción de ir al límite y poder corregir, con el Performance jamás se pierde la sensación de seguridad total. El aplomo y paso por curva que permite el coche son tan altos, que si llegas a pasarte del límite seguramente es porque vayas tan excesivamente rápido que cuando te des cuenta sea demasiado tarde. No olvidemos por otro lado que su peso es de casi 1500kg en vacío, más de un 50% más que su antepasado.

De momento todo en el GTI moderno es mejor en cuanto a prestaciones. Todo hasta que los frenos muestran fading por agotamiento más pronto de lo esperado. En efecto, los frenos de serie del Golf GTI Performance, considerando su potencia y sus prestaciones, se quedan cortos en conducción deportiva durante un espacio prolongado de tiempo.

Por el contrario, con el Golf mk2 GTI puedes rodar al límite de sus posibilidades durante horas sin llegar nunca a tener ese fading percibido en el Golf moderno. En cualquier caso, la efectividad del GTI performance es muchísimo más alta que su ancestro, y resulta placentero y divertido de conducir, además que resulta menos exigente. Como se dice estos casos “casi lo hace todo él sólo”, aunque sigue permitiendo bastante diversión al volante.

Por el resto, como conjunto se trata de un Golf actual con todas las comodidades que cabría esperar de él, con las cualidades que esperarías de sus siglas míticas: GTI. Como ocurre con el Golf mk2 GTI, el mk7 me saca una sonrisa. Es una cuestión de gustos y épocas, pero mentiría si dijera que los dos me gustan por igual. En mi caso, y aunque sea menos práctico, más lento y más inseguro, me quedo con el viejo.

Al final un Golf GTI siempre será un Golf GTI

Como ya adelanté, mi posición es subjetiva. Podríamos debatir si es mejor el Golf mk2 GTI o el Golf 7,5 GTI Performance con enfoques desde distintos ángulos. Pero, ¿Merece la pena? Han pasado 3 décadas, y habrá quien diga que lo único que se mantiene del Golf GTI hoy día es su nombre.

Lo que está claro es que la evolución entre uno y otro es enorme. Ni se parecen en exceso estéticamente, ni de tamaño siquiera. Sin embargo, y sin olvidar que hay elementos estéticos que siguen recordando la esencia GTI de cada nuevo Golf, hay un elemento común que nunca se ha perdido. Como decía el propio anuncio “Un Golf es un Golf”, y es que se trata de uno de esos coches que por más que pasen las generaciones, siguen teniendo ese “nosequé”, despertando pasiones como ningún otro entre sus amantes, y siendo un referente en su clase.

Salvando las distancias, el fenómeno Golf GTI me recuerda al fenómeno Porsche 911, causando un enorme magnetismo desde sus primeras generaciones que jamás se ha perdido, y que esperemos jamás pierdan. Y dicho esto, me vuelvo a casa conduciendo mi Golf, más contento que contento.

Por: Dani Blasco

Fotos: Caramelphotos

Agradecimientos a Victor Cerezo, Alejandro Gómez y Alberto Carmona.

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