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Tesla Model Y: probamos la última apuesta de Musk

En el camino hacia la electrificación y la carrera hacia Marte, nadie está por delante el jefe de Tesla y Space X Elon Musk. Pero con el Tesla Model Y, quizás su modelo más importante, el visionario americano va a tener que acostumbrarse a una nueva perspectiva: donde el Roadster, el Model S, X y 3 eran pioneros, el Model Y se encuentra con rivales de mercados más establecidos –al menos en Europa, donde donde los primeros coches no llegarán hasta 2021–. Para entonces el VW ID.4 estará con nosotros, así como el Audi Q4 e-Tron y el BMW iX4.

Como SUV semicompacto, el Model Y es reconocible y alienígena al mismo tiempo. Muy cercano a nivel técnico al Model 3, también se parece a él, siendo una máquina relativamente más elegante para los estándares de un crossover. Tesla ha estirado el Model 3 siete centímetros de ancho, 6 de largo y 18 de alto para hacer un Y más espacioso. Y si son fieles seguidores del mundo del automóvil, se habrán dado cuenta de que juntando los cuatro modelos estándar de su gama –dejando a un lado el próximo Roadster y el loco Cybertruck– se forma la palabra S3XY… ¿por qué? Porque Musk es así.

A bordo del Tesla Model Y

Sube a bordo, sentándote un poco más alto que en el Model 3, y la buena noticia es que hay la misma calma gracias a un cockpit casi sin botones. La mala noticia es que el morro es tan corto y bajo que no podrás ver donde acaba el coche cuando estés detrás del volante –gracias a Dios hay cámaras alrededor–. La elevada línea del techo marca la diferencia en las plazas traseras, donde hay verdadero espacio para la cabeza además de poder elegir el ángulo de la banqueta, cosa que no ocurre en el Model 3. Si la plegamos tenemos 1.900 litros, pero jamás podrías imaginar que puede llevar una tercera fila de asientos, en la que no se sentará nadie demasiado mayor para entender que es Minecraft.

El Y estará disponible inicialmente en versiones Performance y Long Range. Ambas llevan dos motores y tracción total, con un sacrificio de autonomía en el Performance –480 km en lugar de 505 km –con 3,5 segundos para el 0 a 100 km/h– 4,8 para el Long Range. El viaje al volante es silencioso a pesar de llevar llantas de 21” en el Performance, refinado, calmado como un buen terapeuta y, cuando necesitar intercambiar serenidad por velocidad, increíblemente rápido. En este sentido está cerca del Porsche Taycan en términos de ganar velocidad.

Como en el 3, el Model Y te atrapa más en la conducción que sus hermanos mayores, especialmente el tremendamente grande Model X. La dirección del Y es agradablemente directa, los frenos son fuertes –puedes seleccionar el nivel de frenada regenerativa en la pantalla táctil de 15 pulgadas– el control de la carrocería es mejor que muchos crossovers, y el agarre y la tracción total son generosos en los extremos. La compensación de este improbable apetito por llevar una gran velocidad en el paso por curva es una ventaja inquebrantable para la calidad de conducción.

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