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Prueba Renault Clio TCe 100 2020, salto de categoría

Cada vez más las marcas añaden tecnología de segmentos superiores a los modelos que renuevan, por no hablar de que los coches crecen en tamaño restyling tras restyling. El caso que nos ocupa, el nuevo Renault Clio, no es una excepción, y en este caso, es lo mejor que le ha podido pasar al utilitario galo. Este es el Clio TCe 100 gasolina una opción muy interesante en el segmento.

Renault Clio

Puede no parecer “nuevo” pero en la marca lo tenían claro, si algo funciona no lo cambies, o no demasiado. Estéticamente este Clio 2020 es una evolución del modelo anterior porque sus ventas a final de la vida de este eran buenas. Se le ha dado un toque incluso más Megane, con los faros frontales con las luces diurnas en forma de C. Este llamativo color es el Naranja Valencia.

El exterior del nuevo Renault Clio

En cuanto a medidas, mide 4,05 metros de largo, lo que son 1,4 cm menos que antes, es 3 cm más bajo con 1,44 metros, y de ancho mide 1,79 metros. El maletero ha crecido hasta los 340 litros, un tamaño suficiente para el equipaje de cuatro personas.

Si por fuera es continuista, el interior también lo es, pero en favor del resto de la gama Renault, no del anterior Clio. Es por eso que tenemos instrumentación digital, la cual cambia según el modo de conducción que usemos, algo que no me termina de convencer ya que el cuentarrevoluciones desaparece en algunos modos, pero no pasa nada, pulsamos el botón My Sense bajo la pantalla central de 9,3 pulgadas y tenemos un modo personalizado en el que ajustar el cuadro digital y la dirección.

Esta pantalla vertical es la que hemos visto en otros modelos como el Captur, y en el interior del Clio su usabilidad y visualización es buena. Señalar que los mandos del volumen son ya táctiles y colocados en la parte inferior de la pantalla, lo que al copiloto le obligará a tener una precisión de cirujano para tocar el volumen. Eso sí, el conductor tiene tras el volante el inmortal mando para el sistema multimedia, así que todo bajo control para él.

La calidad de los materiales también está, casi, en un segmento superior, especialmente en los elementos con los que más contacto ejercemos o que más quedan a la vista. La iluminación led interior personalizable gana más protagonismo, y no falta un sistema de carga inalámbrica en el túnel central, dos tomas USB y compatibilidad con todo tipo de Smartphone.

Las plazas traseras también ganan en espacio, sin llegar a las de un segmento C, pero sorprenden por la separación para las rodillas. Eso si, mejor dos adultos que tres, la plaza central sigue siendo estrecha como suele ser habitual en el segmento.

Probemos su dinámica

Pero donde más se nota el salto en el Clio es en su conducción. El anterior ya era un coche bueno, ágil y que se prestaba a una conducción alegre. Pero este ha ganado en aplomo, en calidad de rodadura y silencio a bordo. Sorprende para bien lo cómodo que es para viajar o lo bien que pisa en carreteras secundarias, invita a su conducción sin preocupaciones, disfrutando de la carretera.

Es cierto que su dirección, incluso en el modo deportivo, aunque rápida, no es la más comunicadora del segmento, pero tenemos también un modo intermedio, mi elección habitual, y otro para ciudad. La suspensión está muy bien tarada para no ser rebotona pero nos ayuda en cambios de dirección fuertes y en ciudad no tenemos que temerla en los resaltos de plástico duro que los ayuntamientos siembran por doquier.

Además, junto a este motor gasolina de tres cilindros, podremos tener un Renault Clio muy bueno para el día a día. En un trayecto volviendo del trabajo normal, 70% autovía y el resto ciudad, se pueden sacar consumos por debajo de los 5 litros si somos cuidadosos con el acelerador. En nuestra semana de pruebas logramos situarlo en 5,3 litros. Es cierto que no es el Clio más prestacional, pero los 100 CV son suficientes para el día a día y viajar sin muchas ataduras. Eso sí, el 130 CV gasolina quizás habría sido redondo para este coche. Asociado llevábamos el cambio manual de 6 velocidades, con buen tacto de cambio y con el que se puede aprovechar muy bien el bloque de tres cilindros.

El último aspecto en el que este Clio parece un coche de categoría superior es su tecnología de asistencia a la conducción. Es muy amplia, pero lo bueno es que Renault nos da la posibilidad de poder ir desactivandos sistemas para ir nosotros solos o ayudados por completo. Además del control de crucero, nuestra unidad equipaba el sistema de aviso de Distancia delantero, lector de señales de tráfico, aviso de salida de carril, aviso de vehículo en ángulo muerto, y frenado activo.

Renault Clio: estos son sus precios

¿Ha crecido en precio? Como era de esperar, sí. Pero este Renault Clio sigue siendo un coche popular, así que no tanto. El precio de acceso a la gama es de 12.838 euros, y a nuestro motor probado 15.628 euros.

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