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Prueba Mercedes AMG A35, ¿el eslabón perfecto?

Cuando una marca se plantea lanzar una versión deportiva de uno de sus modelo, normalmente se produce un salto cualitativo y cuantitativo entre esa nueva versión y la inmediata por abajo. Para quien busca ese extra de deportividad es perfecto, ¿pero y si queremos un coche «para todo»? Mercedes está ampliando su espectro de modelos AMG, y la llegada de este AMG A35 cubre un hueco que antes dejaba el anterior AMG A45. No lo sustituye ni mucho menos, se trata de un escalón previo, un coche menos radical pero igualmente eficaz, que también tiene que ser útil para el día a día.

Y es que en la receta de los compactos deportivos, suele ser muy difícil hacer todo bien sin descuidar alguna faceta, como le ocurre al Hyundai i30 N, muy divertido, pero demasiado duro para el día a día, o un Mégane R.S., muy práctico y cómodo para el día a día pero dependiendo del chasis elegiremos más efectividad o menos en pista. ¿Ocurrirá esto con el Mercedes AMG A35?

La prueba a la que lo sometimos es muy exigente y muy comprimida en el tiempo, pues acudimos con este AMG A35 al 6to6 Tour Costa Blanca en Valencia, un fin de semana con todo tipo de situaciones, incluidas rutas reviradas y jornada en pista. Así pues, por delante nos esperan más de tres horas de viaje por autopista.

Prueba Mercedes AMG A35

Aquí el Mercedes AMG A35 empieza a usar sus mejores bazas, empezando por la suspensión adaptativa AMG RIDE CONTROL, que en su posición más blanda de las tres que posee nos permitió deslizarnos por el asfalto sin apenas acusar los baches de la carretera. Después de más de 300 km llegamos a Valencia sin cansancio. Además en ciudad se desenvuelve bien por tamaño y los dichosos resaltos no tienen por qué ser máquinas de tortura si los pasamos a la velocidad adecuada, sin necesidad de ir a 2 km/h tampoco.

Prueba Mercedes AMG A35

Otro de los factores clave es la tecnología, pues contábamos con el sistema de pantallas dobles de 10,2 pulgadas con el sistema MBUX de información y entretenimiento. Es abrumador, tanto por la calidad que presenta ya que es ahora mismo el referente del segmento, como por la cantidad de opciones que ofrece, desde la personalización del color de la luz de ambiente hasta el sistema de comandos de voz. Quizás este sea el elemento más interesante y es que basta con llamar a «Mercedes» y pedirle cualquier orden y cumplirá, salvo que le pidas dinero. Una vez te acostumbras a introducir así las direcciones del GPS volver a la clásica ruleta te parecerá retroceder al medievo.

El tercer factor clave a la hora de viajar o convivir con este AMG es su calidad. La insonorización acústica y la calidad de los elementos que nos encontramos a bordo hacen mucho más fácil su uso diario. Te apetece estar dentro del coche, tocar sus partes móviles y observar los detalles bien rematados como el Touchpad central o los aireadores tipo jet.

Prueba Mercedes AMG A35

Visto que el Mercedes AMG A35 es útil como coche normal y responde a la calidad que se espera de un coche de su precio, 57.600 euros, es hora de ver si cumple con el apellido AMG. Podría parecer poca garra su número, 35, el más bajo hasta la fecha en la saga AMG, pero lo cierto es que es solo un número, las sensaciones no son bajas precisamente.

Es un coche rápido, con un tiempo de 4,7 segundos para el cero a cien, con función Race Start incluida. Es un coche ágil, pues en el tramo de carretera en la ruta con el resto de superdeportivos de 6to6 éramos uno más entre modelos de casi el doble de potencia. Y es un coche eficaz, respondiendo a nuestras exigencias al volante tanto con su dirección de tacto deportivo como con la mordida de los frenos al hundir el pie como quien pisa una cucaracha.

Prueba Mercedes AMG A35

Es rápido gracias a un bloque de cuatro cilindros y 2.0 litros, que produce 306 CV y 400 Nm de par. Es el mismo que tenemos en el A250, pero con extensas modificaciones para poder superar la barrera psicológica de los 300 CV. De verdad se siente rápido a pesar de lo bien aislados que vamos, y en el modo Sport + además se abre una válvula de escape que producirá unos petardeos muy divertidos aunque algo artificiales.

Prueba Mercedes AMG A35

Es un motor muy explosivo y con buena pegada tanto a bajo como a medio régimen, de los que te invitan a descubrir sus bondades y darle trabajo al marcador digital. Asociado tenemos el cambio SPEEDSHIFT DCT AMG 7G. Es rápido, es fluido en conducción normal y acompaña a la perfección a la bomba que llevamos bajo el capó. El modo manual es el más recomendable en tramos de montaña en los que queramos sacar el máximo provecho del coche, pues aunque reducen rápido, a veces la marcha puede no ser la deseada, y aunque reacciona rápido reduciendo marcha si llevamos el pie derecho hasta el fondo, nada como jugar con las levas. Además el modo manual no nos subirá marcha sin nuestra acción de la leva, por lo que en zonas muy reviradas de segunda o tercera velocidad, es perfecto para que no tengamos que preocuparnos de que nos meta alguna marcha de más.

Prueba Mercedes AMG A35

Uno de los factores clave para su agilidad también es su tracción total. Esto le convierte en rival directo de coches como el Golf R o el BMW M140i xDrive. Es de tipo conectable, con el eje delantero como principal tren motriz. El embrague multidisco en su eje trasero se encarga de conectar este en cuanto hay una mínima pérdida de tracción en el tren delantero, por lo que al toque de gas notaremos como sus cuatro ruedas nos empiezan a guiar por la curva, y tendremos toda una pequeña locomotora sobre raíles. ¿Hay tendencia subviradora? Por supuesto, como en todos los coches de tracción total, pero esta desaparece muy rápido si sabemos jugar con el gas y el freno.

Dejamos la montaña y nos vamos a un territorio algo más plano. En el segundo día del Tour Costa Blanca 6to6 nos enfrentamos a un desafía aún mayor para el pequeño Mercedes AMG A35, el circuito. Como ya había demostrado su valía en carretera frente a coches como BMW M4 y Porsche 911, esta vez la misión era sacar sensaciones, divertirnos. Nos hubiera gustado saber los tiempos que hicimos pero en estos eventos uno tiene la cabeza en mil sitios y no nos fijamos en ello.

Llega la hora de salir a pista y para empezar lo haremos con todos los controles puestos y el modo Sport +. El dulce petardeo al reducir antes de la primer curva se ve acompañado por el chirrido de los neumáticos. Las presiones están por las nubes tras dos vueltas, así que paramos para bajarlas. Y empieza la magia. El coche entra a la curva con mucha obediencia y la salida es muy dócil y rápida gracias a la tracción total. Las pérdidas de tracción son inexistentes.

Una vez hemos aprendido casi en sus totalidad el circuito es hora de jugar más seriamente con el AMG A35. Seleccionamos el modo ESP Sport Handling y notamos como las reacciones son mucho más naturales, pero seguimos teniendo un control sobre el vehículo. El más pequeño de Affalterbach se muestra algo juguetón y nuestra sonrisa crece en la cara, que era lo que buscábamos en pista.

Además, los frenos me están sorprendiendo, respondiendo muy bien a la exigente y revirada pista del Circuit de La Rivera. Llevamos 350 mm de disco delantero perforados y ventilados, y 330 mm detrás, con pinzas de 4 y 1 pistón respectivamente. Para el día a día son muy modulables, la mordida no es brusca, lo que en pista se traduce en mayor precisión en la apurada de frenada, evitando así que salte la frenada de emergencia. Eso sí, una recomendación, desactivar por completo todos los asistentes de seguridad del Clase A, para que no os tense el cinturón hasta cortaros la circulación cuando apuréis la frenada persiguiendo al coche de delante.

Pasan 15 minutos y acaba nuestro turno en pista. Como tenemos la versión AMG, en el display digital podemos ir viendo en la zona central de la pantalla o en uno de los relojes datos como las fuerzas G, la entrega de par y potencia y controlar las presiones de los neumáticos, muy útil en circuito. Dejamos reposar al pequeño AMG A35 y volvemos a salir a pista. Después de media hora, los frenos empiezan a dar síntomas de fatiga pero nos queda suficiente confianza como para hundir el pie sin piedad una vez más a final de recta.

Precisamente aquí el chasis de la pelotilla atómica alemana luce con fuerza, mostrando un gran aplomo y control en las frenadas fuertes, así como en los cambios de apoyo bruscos. No hay balanceo acusado ni sensación de que la dirección vaya por donde quiere, es más obediente que un pastor alemán.

Acaban las tandas y dejamos reposar a este compacto deportivo junto a boxes. En ese momento de calma después de la tormenta nos encandilamos con su diseño. De primeras cuando lo vi me pareció una configuración algo sosa, pero después de dos días encontré un enorme atractivo en su discreción, aprendiendo a valorar su equilibrio entre elegancia y deportividad sin grandes añadidos, con detalles sutiles.

Algunos de esos detalles son las tomas de aire delanteras con los blisters horizontales, su calandra dominada por la doble tira cromada horizontal con el emblema AMG, sus llantas de 19 pulgadas multirradio, un extra pues de serie son de 18 pulgadas, o su pequeño alerón de tipo cola de pato sobre el portón trasero. Es esta vista del Mercedes AMG A35 la que más deportividad derrocha, todo gracias a un difusor más prominente en negro y su doble salida de escape. Para quien quiera gritar a los cuatro vientos que lleva un AMG tA35 tiene el paquete AMG Aerodynamics que añade un alerón trasero más grande y un paragolpes delantero con aletines.

Por dentro los principales cambios son algunas molduras y el volante AMG. Puede parecer grande pero está achatado por los lados, otorgándole una ergonomía excelente, por no hablar de su diseño, con el radio inferior de aluminio cromado con el logo AMG y forrado en cuero con la zona de los extremos perforada. Hay diferentes tapizados disponibles y aunque llevamos de serie unos asientos deportivos con el reposacabezas integrado, en pista echamos de menos esos baquets opcionales.

Como apunte final a esta prueba, su consumo: 12.4 l/100 km después de 1.300 km de pura diversión, con 600 km de autopista, unos pocos de ciudad y los restantes de carreteras secundarias y trackday. ¿No quieres renunciar a tener un perfecto coche de diario con el AMG A45? ¿Tampoco quieres quedarte atrás con un A250? Este Mercedes AMG A35 es tu coche, un perfecto eslabón intermedio.

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