Prueba McLaren GT, Un utilitario venido del hiperespacio
Prueba McLaren GT, Un utilitario venido del hiperespacio
Recientemente os hemos hablado mucho de la inauguración de McLaren Barcelona. No es para menos. En palabras del CEO de McLaren, Mike Flewitt, este uno de los mejores concesionarios de la marca en el mundo. Una buena noticia que celebro como barcelonés. Y una inmejorable ocasión para recuperar el traje de Lord, para seguir probando algunos de los modelos más exclusivos del mercado “made in UK”, como este McLaren GT.
Así que la mañana del día acordado, no sin antes haberme tomado mi té verde con pastitas, me dirijo a McLaren Barcelona. Quería ir con el caballo aprovechando el buen tiempo, pero considerando la que podría liar dentro de las instalaciones recientemente abiertas, considero que la moto es más práctica.
Hoy toca probar el nuevo McLaren GT. Se trata de una buena noticia, pues a pesar de estar dispuesto a prescindir ocasionalmente de ciertas comodidades en pro de la deportividad, por norma general prefiero no renunciar al confort. Evidentemente poder probar el 600 LT la semana anterior no es que me generara un excesivo sufrimiento, más bien todo lo contrario. Pero lo salvaje de su carácter, y su espíritu de coche de carreras no acaban de ser afines a mis exigencias de confort. Veremos si el GT cumple mis expectativas.
Elegancia entre bestias
Así se podría definir el contraste del McLaren GT aparcado entre el resto de 600LT, 720S, 570S etc. Todos extremadamente deportivos y de aspecto radical en tanto que lo son. Y entre todos ellos, un vehículo de diseño mucho más discreto y dimensiones más generosas. No, no es un infiltrado. Es el GT. Más grande, más elegante, menos radical.
Deportividad y espacio: un concepto (no) tan innovador en McLaren
El Mclaren GT es, como ya os contamos en su momento, un vehículo único dentro de la gama de la marca actual.
Por precio y potencia se sitúa entre los modelos de acceso o Sports Series y los Super Series. Sin embargo, tiene características que lo diferencian notablemente de estos. Es más grande, y tiene un notable maletero con una buena capacidad de carga. En definitiva, y como su nombre indica, es un auténtico GT. Un GT con motor central en el que deportividad, comodidad y espacio se dan la mano para poder viajar a placer.
Aunque estas características no son tan nuevas en Woking si lo pensamos bien… El mítico Mclaren F1 de los 90, durante años el modelo de producción más rápido del mundo, ya destacaba por su habitabilidad y sus múltiples y generosos espacios de carga. Con él podías ponerte a 370 Km/h, ganar Le Mans, o simplemente irte de viaje con tu mujer por Europa. Y aún te sobraba un asiento para coger autostopistas si te aburrías.
Subiendo al GT
Así que sin más dilación, abro la característica Mcpuerta y me subo al McLaren GT. Lo primero que me impacta es el agradable olor a zapatería cara, olor a Bueno. Me adapto el puesto de conducción a mi estatura y mientras tanto aprecio los detalles y acabados que me rodean. No hay elementos superfluos, a la vez que no falta de nada. Reina la elegancia y la calidad.
Los diseñadores han hecho un buen trabajo, consiguiendo convertir el habitáculo en un espacio acogedor. También presto atención a detalles como el emblema de la marca reproducido en el diseño interior de los paneles de puerta, el rematado de los tapizados o el tacto de los materiales. Cada elemento destila calidad y te transmite la sensación de estar en un espacio exclusivo y confortable.
Muchas nueces y poco ruido
Nada más poner el motor en marcha con el botón de arranque que se encuentra en la consola central inferior, se percibe un ruido más civilizado de lo esperado. Qué pacífico me parece todo hasta ahora. ¿No me habré confundido y me habré subido en un vehículo de otra marca inglesa? Confirmado que no, la insignia reza “McLaren”. Así que tras comprobar que no me equivocado, pongo primera con las grandes levas del volante y salimos.
Confort de marcha desde el minuto 1 en el McLaren GT
Si os digo que conducir el McLaren GT por ciudad, es como un Golf, ¿qué opinaríais? No, no os sorprendáis. No es nada malo. Al contrario. La suavidad del cambio, elasticidad del motor y confort de marcha gracias a unas suspensiones excelentes permiten moverse cómodamente por ciudad. Sobre todo cuando tenemos los menús de Power train y suspensiones en modo confort. Además, el GT es el más alto en altura de la gama McLaren, con lo cuál la visión desde la cúpula es más que correcta, algo que se puede incluso aumentar con el sistema de elevación del morro desde la palanca de mandos del volante. Para poner una pega que se percibe rápidamente, el ángulo de giro es bastante amplio, algo que penaliza en calles estrechas. Por lo demás, nada impide una circulación totalmente convencional por ciudad.
En cualquier caso pronto la abandono. Esta vez salgo dirección Granollers, cogiendo primero un trozo de autopista, y luego de autovía. Inmediatamente el carácter de GT se hace patente en el confort de marcha. Conduciéndolo tranquilamente, es comodísimo. Los cambios de marcha son muy suaves, -mucho más que un 600 LT-, y la suspensión es incluso mejor de lo que se puede esperar a priori. En definitiva, no cabe duda de que con este coche se puede viajar perfectamente a cualquier velocidad.
Llego hasta el Mercadona de Granollers dónde he quedado para recoger a mi buen amigo “El fotógrafo”. Se sube rápido y nos largamos sin perder el tiempo, pues el GT capta la atención de los transeúntes de forma inmediata. ¡Suerte que es el McLaren más discreto!
Disculpad por no introduciros a mi buen amigo “el fotógrafo”. Su nombre es Alejandro, y su barba está siempre recortada con la misma precisión con la que dispara el objetivo de su cámara. Además, y aunque no venga a cuento, es alguien importante para mi pues fue a través suyo que conocí a mi fantástica mujer ya hace unos años. Pero basta de rollos.
Ahora que ya estamos todos, ya podemos dirigirnos a nuestro destino. Aunque más que destino propiamente dicho, lo definiría como “territorio de tests”. Cambiarán los coches que pruebo pero por norma general, no las carreteras en que lo hago. Qué mejor escenario que vías con buena visibilidad, poco tráfico y un montón de curvas, ¿verdad? Hora de pasar el modo del power train y de la suspensión a Sport y pasar a la acción. Quiero comprobar si estamos ante un auténtico McLaren.
¿El burgués de la familia?
En todas las familias numerosas, como empieza a ser la de Woking, siempre suele haber el hermano más modosito, el más irreverente, o el más aburguesado. No hace falta que os diga cuál es el GT.
Sí, el GT es burgués. Sobre todo a priori, y en la conducción de día a día: resulta cómodo, y práctico a la vez que muy exclusivo. ¿Pero significa esto que sea descafeinado? No. Pisa a fondo y te darás cuenta que el GT no tiene absolutamente nada de descafeinado. Porque cuando decides exprimirlo, este coche proporciona prestaciones de locura gracias a su V8 de 620 CV y 630 Nm. El suave sonido del motor se acentúa y se vuelve grave cuando lo subes de vueltas, y da igual las veces que cambies de marcha que el empuje permanece imparable. La frenada es de otra órbita, así como el paso por curva.
La rigidez del chasis monocasco combinado con las suspensiones hacen del GT un deportivo ultra eficaz que resulta relativamente fácil de conducir a cualquier ritmo. Hay que estar concentrado porque todo pasa muy rápido a tu alrededor, pero el GT jamás tiene reacciones violentas ni sobreviraje. Por ello, el GT proporciona sensación de control y docilidad constante: no se trata para nada de un espécimen salvaje al que cueste domar. Otros McLaren con una potencia equivalente como el 600LT pueden llegar a dar miedo. El GT infunde admiración y respeto por su efectividad, pero no llega a poner los pelos de punta.
Después de probar las prestaciones del GT durante varios tramos, se hace la hora de comer. Para esta ocasión tenemos pensado parar en una buena masía. Suerte que llamamos para comprobar que está abierto porque no lo está. Así que acabamos comiendo un Rissoto pasadísimo y unas “croquetas caseras” con patatas fritas en un restaurante de carretera. Mi dignidad de Lord en un pozo. En fin, creo que el próximo día aprovecharé el maletero del GT para meter mi kit de Picnic incluidos platos de porcelana, cubertería de plata, copas de cristal tallado, pan, jamón Ibérico y un buen vino nacional. Total, hay maletero para todo esto y más.
La vida sigue, y después de esta exquisita comida seguimos nuestra ruta, a ritmo más pausado no vaya a ser que se nos gire el estómago. Relajadamente llegamos a Granera, en pleno Moyanés, para que “el fotógrafo” haga lo que mejor sabe, mientras yo contemplo la flora del lugar.
Hora de mis conclusiones sobre el McLaren GT
Empieza a llover, y no queda más remedio que recoger trastos y emprender la ruta de vuelta. Dejo a mi querido amigo Alejandro en su casa, y reemprendo el camino a Barcelona. Hora de reflexionar.
Lo hago como siempre, mientras conduzco a 90 Km/h, sin prisa para llegar al destino. He disfrutado mucho al volante. El McLaren GT es muy exclusivo, con un diseño bastante espectacular aunque mucho más discreto que el resto de sus hermanos. A pesar de todo, cuando se le exige rendimiento, es extremadamente rápido. Por lo tanto, para los verdaderos puristas resultará mucho menos excitante que cualquier otro McLaren, pues es más fácil de conducir, más dócil de reacciones y menos ruidoso. Y esto es una buena noticia, porque está llamado a atraer clientes que jamás hubieran optado por cualquier otro modelo de la firma de Woking precisamente por demasiado excitante.
Sea como sea, a mi personalmente ya me va bien así. Por esta razón, en vez de devolver el coche a McLaren Barcelona, me lo llevo a mi casa. He decidido quedármelo como coche de diario. Lástima que al día siguiente sí que tenga que entregarlo de vuelta. Ya me había hecho ilusiones…
Texto Por: Dani Lord Blasco
Fotos: Caramelo Photo
