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Prueba Lamborghini Huracán EVO Spyder, ¿el toro ideal?

Hay 11 grados fuera del monocasco de aluminio y fibra de carbono, y a mi pelo le atiza directamente el viento de poniente, ya que mi cabeza asoma levemente por encima de la luna delantera. Pero nada de eso importa cuando tienes detrás de ti un V10 de 5.2 litros atmosférico enfurecido, es lo único que necesitas para calentar tu espíritu, porque para tu espalda ya tienes los asientos calefactables, y con solo una hora por delante para probar el nuevo Lamborghini Huracán EVO Spyder, no íbamos a hacerlo ni un minuto con la capota puesta.

Para poder disfrutar al 100% a este descapotable italiano solo hemos tenido que esperar 17 segundos en que la capota de lona se plegara eléctricamente. Podríamos haberlo hecho en marcha saliendo del Circuito de Jerez, donde la firma celebraba las World Finals de la categoría Super Trofeo del superdeportivo V10, y habríamos vacilado aún más delante de los centenares de curiosos que se agolpaban junto a los modelos que la marca tenían para probar en el paddock del circuito andaluz., ya que hasta a 50 km/h podemos realizar esta operación.

Salimos del circuito en busca de una carretera solitaria y pronto aflora el carácter del coche. Si nuestro pie derecho es cauto simplemente llevamos una máquina baja y afilada, si le dejamos hundirse pasamos a llevar un caza de combate sin miedo a ganar velocidad. De hecho, el Huracán EVO Spyder puede hacer el 0 a 100 km/h en solo 3,1 segundos, y el 0 a 200 km/h en 9,3 segundos. Si tuviéramos una recta lo suficientemente larga y cerrada al público, podríamos llegar hasta los 325 km/h. Cifras idénticas a las del Huracán EVO coupé.

Ese carácter viene marcado por su motor, una pieza de relojería italiana en peligro de extinción, el V10 atmosférico de 5.2 litros. El sonido es imponente incluso desde el régimen más bajo, donde empieza ronco, pero a medida que sube de vueltas, lo cual hace muy rápido una vez llegamos a su zona media, la música pasa de rock industrial a heavy metal de los ochenta, erizando nuestra piel y atrapando a nuestros oídos. Toca la leva izquierda fija en la columna y si no estamos muy alto de vueltas unos petardeos aparecerán detrás de nosotros, envolviendo la experiencia en un papel maché de lo más atractivo, y que no querrás dejar de experimentar en todo momento. Porque sí, el Huracán EVO Spyder vuela, pero nos gusta casi tanto volver a frenarlo para poder reducir y volver a subir de vueltas. ¿Os tenemos que decir el consumo medio?

No es algo que vaya a preocupar a sus dueños, pero marcaba 410 km de autonomía cuando los italianos nos lo entregaron lleno en el circuito. Desde la salida, es todo un rompe-cuellos, y no es para menos en este Verde Selvans de cuatro capas. Su imagen sigue siendo rompedora, más agresiva ahora que antes, y por supuesto más aerodinámica, pues genera hasta cinco veces más de apoyo que antes. Llama especialmente la atención su zaga, con la doble salida de escape redonda a media altura, dos trompetas de Odín; y su difusor más pronunciado, así como el alerón integrado en la zaga, que deja un huevo para que el aire nos sujete cuando volemos por debajo del radar.

Volviendo a las sensaciones, el Huracán EVO Spyder hace gala de su nuevo apellido en todo momento. El sistema Lamborghini Dinamica Veicolo Integrata es casi un mayordomo al servicio del rendimiento y la diversión. Controla el eje trasero direccional y el sistema de gestión del par de la tracción total, para que si en esa curva nos atrevemos a dar más gas provocando el derrape podamos hacerlo para beneplácito o espanto de nuestro copiloto. Pero si lo que queremos es máxima precisión, también es capaz de enviar todo el par a una sola rueda para que el coche se mantenga en el vértice como queremos y salgamos catapultados al salir de este.

Otro elemento clave es su suspensión magnetoreológica, una versión 2.0 que hace que el este Lambo se comporte casi como un toro noble cuando vamos en Strada (Calle), y que copia a las mil maravillas el terreno en Sport, aportando algo más de dureza pero sin perder tracción ni un instante. Precisamente esto es un punto fuerte de este Huracán EVO Spyder, parece no perder nunca los estribos por muy fuerte que le pisemos, y esto nos hace ganar velocidad en cualquier momento de forma imponente, incluso en el paso por curva tenemos que quitarnos la venda y atrevernos a acelerar antes de lo que dicta la lógica, el ajuste de todos sus sistemas es soberbio.

Si queremos poner en modo combate al Huracán EVO Spyder solo tenemos que pasar al modo Sport con el botón de la parte inferior del volante. El cambio de doble embrague, la respuesta del motor, la suspensión y las ayudas electrónicas se ponen en modo agresivo, toca cualquier elemento y responderá antes de que parpadees. En el caso del ESC se queda en modo Sport, por lo que si nos atrevemos, podremos deslizar levemente con su trasera antes de que todo vuelva a su sitio. En las estrechas carreteras de alrededor de Jerez no quisimos ser nosotros los valientes del día, así que el modo Corsa se queda para otra ocasión. Si que pudimos experimentarlo desde el asiento del copiloto en el Circuito de Jerez y con un instructor de la marca al volante, que con pasmosa facilidad descolocaba la trasera al llegar a todas las curvas para redondearlas mejor. Esto es algo que con el Huracán anterior no solía pasar, pues tenía una tendencia más subviradora, pero ese punto se ha corregido y ahora es una máquina a la que podemos cabalgar como queramos.

Lamborghini también ha mejorado el sistema de dirección o Dynamic Steering, y lo cierto es que los movimientos son mínimos para apuntar en el rumbo que deseemos. Esto es algo que requiere unas primeras maniobras de aprendizaje, pues yo mismo me vi acercándome demasiado al arcén contrario en los primeros adelantamientos. Una vez tenemos la referencia tomada es como un bisturí y nuestros movimientos se adaptan perfectamente a la agilidad del toro italiano. Sobre si aquí la dirección en el eje trasero se nota o no, ocurre más bien lo segundo, todo parece fluir con mucha naturalidad. Donde si se nota es en ciudad, pues los giros en cruces y cualquier maniobra ocurre ahora con la naturalidad de un compacto deportivo más que con la de un superdeportivo de motor central, reduce el espacio que necesitamos para girar y también el riesgo de que algún paisano se acerque a pedirnos que lo revolucionemos hasta la zona roja.

¿Se podría convivir con él a diario? No exactamente, pero si que ahora es más llevadero, especialmente en el apartado tecnológico, pues incorpora un nuevo sistema de información y entretenimiento en la consola central, con una pantalla de 8,4”, que sin embargo está demasiado baja para un uso perfecto, ya que obliga a quitar la vista de la carretera para cualquier uso. El sistema de elevación de morro es casi obligatorio si no queremos que nos salgan canas cada vez que llegamos a un resalto, y la visibilidad en este Spyder es bastante buena si la comparamos con otros superdeportivos.  Como detalle, muchos de los mandos están integrados en el volante: intermitentes, limpiaparabrisas, control de crucero, botones de cambio de información de la instrumentación digital. Esto requiere un pequeño periodo de adaptación, especialmente los intermitentes, ya que lo habitual es echar la mano detrás del volante, pero ahí solo encontraremos las exquisitas levas fijas en la columna.

Acaba la hora y llegamos al circuito, de nuevo bajo la atenta mirada de los aficionados que allí había, se me ha olvidado poner la capota antes de entrar para que no vean mi nuevo peinado estilo Spyder, pero me doy cuenta de que voy en un Lamborghini verde, y que me tengo que preocupar más por no atropellar a nadie intentando lograr la mejor foto. Acciono el freno de mano electrónico, pongo neutral tirando de ambas levas, deleito al público con unos cuantos acelerones para su vídeo de Instagram y me bajo lo más dignamente posible, cosa que no es sencilla cuando te sientas a pocos centímetros del suelo, mirando atrás cuando le doy al botón de cerrar de la llave mientras pienso ¿se puede pedir más a un Lambroghini? Que no cueste 274.000 euros para poder tenerlo en casa…

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