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Prueba Bentley Flying Spur 2020, ya no es para chóferes

El nuevo Bentley Flying Spur no es una evolución mejorada del modelo anterior, sino un gran paso adelante. Al igual que su cercano hermano de dos puertas, el Continental GT, se asienta sobre una nueva plataforma, también compartida con el Porsche Panamera, y lleva un motor de 12 cilindros en W muy mejorado, estando muy por delante del modelo antiguo en rendimiento, confort, estilo y atracción para conducir.

De hecho en concepto, una berlina de gran lujo de doce cilindros, el nuevo Flying Spur está muy preparado para el futuro con tecnología puntera. En la cúspide está la suspensión de control eléctrico con sistema de 48 voltios, diseñada para controlar el balanceo en curvas cerradas y rápidas, pero permite flexibilidad cuando la velocidad es baja o la carretera está en mal estado. El Continental GT comparte la misma tecnología. También tenemos tres cámaras de aire en la suspensión, que aportan el máximo confort cuando se demanda, y firmeza cuando queremos emoción al volante. Parte del volumen del aire se extrae automáticamente cuando se pide rendimiento, pero no todo.

Otras tecnologías del siglo XXI incluyen la cámara de visión superior, visión nocturna infrarrojo con visión a 300 metros, y parking automático. El sistema de climatización también se puede activar desde tu móvil. La dirección en los dos ejes ayuda a un coche grande como este a pivotar como si fuera más pequeño y le otorga un radio de giro de 11.05 metros, y ayuda a ganar estabilidad a alta velocidad. La carrocería es de aluminio superformado, que afila las líneas de corte y mejora la forma.

Incluso el tren motriz de 12 cilindros, que podría estar más cerca del siglo anterior que de este, está plagado de gadgets eléctricos. Este incluye desactivación de cilindros, pudiendo viajar suavemente con seis cilindros cuando no hay demanda de potencia, inyección directa de alta presión y un software avanzado en el motor para mejorar la respuesta del acelerador y el consumo de combustible, que es un 15% más reducido que el anterior Spur. Aunque, como el Bentley más grande que es, toda virtud ECO debe ser tratada con cautela, ya que homologa un consumo medio de casi 15 litros a los 100 km.

Al volante se podría decir que es lo que saldría si cruzamos un BMW M5 y un Rolls-Royce Phantom, sin duda sería algo muy parecido a este nuevo Flying Spur. A cambio tendremos que desembolsar unos 250.000 euros por esta extraordinaria combinación de opulencia y altas prestaciones.

Puede flotar en silencio y comodidad, con cojines para la cabeza en los asientos traseros suaves como almohadas, espacio en sus plazas traseras como una limusina y cinco modos de masajes para las plazas traseras. Incluso hay una nevera entre los asientos traseros con 14 posiciones de ajuste. Y por supuesto, la cabina es un oasis de cuero cosido a mano, molduras de madera finamente bruñidas e intrincados trabajos de diamantes estriados, por no mencionar la iluminación ambiental totalmente personalizable. Es un gran coche para que te lleve un chófer.

Si salimos de la ciudad y las amplias autopistas y nos vamos a una carretera secundaria plagada de curvas, pronto descubrimos que también es un coche entretenido de conducir. Si lo ajustamos en el modo Sport, nuestra limusina de 2.4 toneladas y 5.3 metros de largo rápidamente pasa de su traje de tuxedo al mono de circuito. Estamos ante una fiera berlina deportiva que puede llegar a los 100 km/h en 3,8 segundos, y atacar las curvas más cerradas de las carreteras más sinuosas con una confianza que ninguna otra gran berlina puede ofrecer ahora mismo. De acuerdo, no será ágil como un BMW M5, pero es casi tan rápido acelerando como un M5. Pero si puede llegar a 333 km/h, lo que le convierte en la berlina más rápida del mundo. El enorme par motor, 900 Nm entre 1.350 y 4.500 rpm, asegura fuerza inmediata a cualquier velocidad y en cualquier momento.

El secreto de su transfiguración deportiva se debe en su mayor parte por la suspensión adaptativa con el sistema eléctrico de 48 voltios, que puede aportar flexibilidad y al siguiente segundo una dureza deportiva satisfactoria. Además, el motor biturbo de 12 cilindros y 6.0 litros con 635 CV, el cambio de doble embrague de ocho velocidades, y su chasis compartido con el Continental GT claramente funciona bien en conjunto. La tracción total y la dirección en el eje posterior también añaden compostura en al carretera y mayor control de lo que ocurre. La tracción total prima el reparto del par en el eje posterior ayudando a la conducción. Incluso hay un control de salida para aquellos propietarios de limusinas que quiera conducir como un piloto británico de F1.

En la autopista o en ciudad, no hay coche más refinado y silencioso que el Flying Spur, excepto su vecino el Rolls-Royce Phantom por el doble de dinero. Es inquietantemente silencioso y compuesto. Naturalmente, están los juguetes extra, como los asientos con masaje y multi-ajustables, el display central rotatorio – de pantalla a diales analógicos pasando por la moldura de madera idéntica al salpicadero – los asientos de cuero estriados, todo ayuda. Además, tenemos pantallas táctiles detrás, que ajustan todo, desde las cortinillas traseras hasta esconder y sacar la “B” Voladora de la proa del coche, dándole un toque moderno. Y como olvidar los detalles de los tiradores tradicionales, hechos en un perfecto acabado cromado, con la dureza justa para darnos a entender que quieren que sintamos como actúan y que no son ordinarios botones de plástico.

Y aunque tenemos el tamaño de una berlina de representación, se prima el espacio en las plazas traseras, por lo que sorprendentemente solo tenemos 420 litros de maletero. El aspecto es ahora más imponente, con los faros dobles de tecnología LED matrix del Continental, pero en diferente disposición y con la filigrana del diseño de cristales cual vaso de whisky de club inglés. La gran parrilla frontal es más plana, y más grande, y podemos pedir llantas de hasta 22 pulgadas, teniendo que conformarse solo con 21 pulgadas de serie.

En cuanto a su respuesta al volante, es asombrosamente buena para un coche de su peso y tamaño. Pero siempre se es consciente de todo el peso que hay en su morro, y la nueva dirección eléctrica no es la más sensitiva, a pesar de que el volante en si mismo es pequeño y tiene un forrado de cuero de corte deportivo. El inminente y más ligero Flying Spur V8, a la venta en 2020, jugará aún mejor el papel de berlina deportiva.

Ahora el anterior Flying Spur W12 es un Bentley menos atractivo a su lado. Esta nueva versión pasa a ser probablemente el mejor Bentley del momento. Es tan bueno para conducir como un Continental GT W12. Y también es más refinado y considerablemente más espacioso que el Bentley de dos puertas hermano. También está bastante mejor pulido y acomodado que el más caro y personalizable Mulsanne.

No hay una berlina grande hoy que pueda simultáneamente jugar el papel de berlina de altas prestaciones con tanta convicción. Mecerte en tu viaje con tanto cuidado y a la vez ofrecerte la posibilidad de hacerlo a gran velocidad es todo un logro técnico asombroso. Y todo ello con la auténtica herencia de Bentley.

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