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Prueba Aston Martin DBS Superleggera, eterna juventud

Hemos venido a las siempre espectaculares carreteras de la frontera entre Alemania y Austria, junto a la afamada Berchtesgaden, una zona que antaño tenía sus fronteras bastante difusas y que se movía de un lado para otro dependiendo de quién mandara en centro-Europa. Precisamente esto es algo que le ocurre a nuestro elegante y agresivo protagonista inglés, ¿es un superdeportivo o un gran turismo? ¿Un Super GT o un deportivo grande? Acábense su bretzel y acompáñenos, vamos a descubrir de qué está hecho el nuevo Aston Martin DBS Superleggera.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

Este coche forma parte de la segunda juventud de Aston Martin, una renovación que inició el DB11 en busca de acallar a los fantasmas del pasado, incluido el de la bancarrota. Lo cierto es que está siendo pletórica esta nueva juventud y sin rastro de acné ni suspensos en el instituto, al revés, todo matrículas y novias por doquier. El otro «popu» de la clase es el Vantage y este, el DBS Superlegera, viene para sustituir en el puesto de más popular de la clase al Vanquish, un coche que por muy «Bond» que fuera, pedía un cambio.

Para semejante reto Aston ha usado una fórmula infalible, apelar al pasado, rescatando dos términos tan apegados a la marca como lo está un «millenial» a su Instagram. DBS se usó por primera vez en 1967 y la asociación con el carrocero italiano Touring Superleggera no es nueva, pues ya se produjo con el Aston DB4, DB5 y 6 Mark 1.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

Aston Martin nos saca de dudas con la identidad de su nuevo modelo señalando que estamos ante todo un Super Gran Turismo y ciertamente no nos engañan. Su base es un DB11 como ya habrá apreciado, pero uno que ya ha dejado el instituto y cursa la universidad, hecho y derecho. Toda su carrocería está fabricada en fibra de carbono, siempre con el objetivo de reducir peso. Y vaya si lo han logrado, algo complicado siempre en un coche de este tamaño pero si lo comparamos con un DB11 V8, sus 1.695 kg son 135 menos, eso con 4 cilindros más bajo el capó.

Su estilo es sobresaliente, de concept de concurso a los pies del Lago Como, y es que el DBS Superleggera sabe vestirse lo suficientemente bien como para diferenciase de su hermano el DB11. Lo que más salta a la vista es su poderoso frontal con la enorme calandra, que cuando se presentó no llevaba matrícula delantera pero si nosotros tuviéramos el poder en el Congreso, entre otras muchas cosas que no vienen al caso, aprobaríamos un decreto ley para que el DBS Superleggera pudiera circular sin placa delantera. Sus faros full LED son idénticos delante y detrás adquieren nueva personalidad, más rasgados, más finos y en conjunto más agresivos.

Todo su escultural diseño mejora la aerodinámica del coche, pero es que además hay rasgos de la competición, como el difusor doble inspirado en la F1 o el Aeroblade II, que aunque tenga nombre de maquinilla de afeitar premium, sirven en conjunto para generar 180 kg de carga aerodinámica a máxima velocidad, la cual por cierto queridos señores de la Autobahn, es de 340 km/h.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

Dicen que el alma de un coche es su motor, y en el Aston Martin DBS Superleggera tenemos la más pura y poderosa de cuantas se hayan dado vida en Gaydon. Usa el bloque de 5.2 litros V12 biturbo que se ha creado para el DB11, un propulsor de fabricación propia, no AMG, y que parece que será la única opción para el Super GT. Pasa de los 612 CV que conocíamos el año pasado a 725 CV a 6.500 rpm y 900 Nm de par entre 1.800 y 5.000 rpm. Empuja con la suavidad de una cuna si acariciamos el acelerador, pero si ponemos el modo más deportivo y hundimos el pie, golpeará con la furia de un hooligan borracho después de haber perdido su equipo un partido. El sonido del V12 es angelical a pesar de la turboalimentación y seguimos dando gracias a quien corresponda en Aston Martin por haber decidido seguir con los 12 cilindros. Gracias.

El aumento de potencia se debe en parte a un nuevo sistema de escape con válvulas activas, de esas que sirven para ser buen vecino en La Moraleja y el más macarra en Puerto Banús. Las cifras son de impresión y experimentarlas te pone el bello de punta. Un 0 a 100 km/h en solo 3.4 segundos y un 0 a 160 km/h en 6.4 segundos. Entre montaña y montaña austriaca, o alemana, adelantábamos a los coches antes de que pudieran si quiera decir DBS Superleggera, y es que este Aston hace el 80 a 160 km/h en solo 4.2 segundos en cuarta velocidad.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

La gestión de este torrente de potencia del que no nos cansamos ni un kilómetro corre a cargo de una caja automática de ocho velocidades ZF, y en una liga donde las cuatro ruedas suelen ser las protagonistas, Aston Martin sigue cogiendo la taza de té con dos dedos y nos manda la fuerza solo a su eje trasero. Para que no se nos rompa la porcelana ahí habrá un diferencial mecánico de deslizamiento limitado y un control del par. Funcionan como un reloj suizo para que no te enteres de que el límite del coche aún está lejos.

¿Podemos llegar a esa frontera? El caso es que Aston Martin quiere quitarnos el pasaporte, porque ha mejorado el chasis de aluminio del DB11, incluyendo en la ecuación una nueva suspensión de doble horquilla delante y un sistema multibrazo detrás. Esta tiene entretejido el sistema de suspensión adaptativo, de serie por supuesto, con sensores para todos nuestros movimientos y lo que hace el coche. Su ajuste se incluye en los modos de conducción para el chasis y el tren propulsor, que son el GT, Sport y Sport Plus.

¿Y cómo para esto antes de llegar a Rusia sin darte cuenta porque llevas el pie a fondo más de dos segundos? Tras sus llantas de 21 pulgadas, con dos diseños a elegir, se asoman unos poderosos discos cerámicos en ambos ejes, con 410 mm delante y 360 detrás. Son suficientes para detener al Super GT inglés y saltarle los empastes al copiloto si no está atento a la siguiente curva cerrada. Las llantas pueden ser unas de cinco radios negros o unas ligeras de radios en «Y» en negro, siempre calzadas con neumáticos Pirelli P Zero específicos para el modelo, que ayudan a que se pegue como una lapa al asfalto.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

Sobre su comportamiento, las firmes y pulcras carreteras de la zona no nos daban mucho juego para saber si esta suspensión era más firme que en un DB11, aunque parecía que no lo suficiente para incomodar a nuestras magulladas cervicales por culpa de compañías aéreas lowcost. Sino todo lo contrario, absorbía con majestuosidad sus rugosidades y en las configuraciones más deportivas el DBS no se encogía lo más mínimo en los cambios bruscos de dirección, con un aplomo intachable en curvas rápidas, duro pero gentil.

Y si por fuera nos enamora por dentro nos hace mordernos los labios del exquisito gusto de la marca en diseño y materiales. Un volante en Alcantara y cuero nos recibe, con un diseño casi de competición, achatado y muy ergonómico, con unos botones perfectamente integrados, desde los cuales ajustar la suspensión, llamara a nuestra amada o poner a todo volumen Rock You Like a Hurricane.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

Salvo sus asientos rediseñados, cómodos y acogedores, el resto de elementos son prácticamente como en el DB11. Paneles de las puertas y consola central también se cubren de cuero y Alcántara y las costuras podrán ir en el color que elijamos, incluso el volante si llamamos a la puerta de «Q», la división de personalización de Aston. Su sistema de información y entretenimiento es de Mercedes y el cockpit digital, como en cualquier superdeportivo moderno, con una apariencia que cambia si cambiamos el carácter del coche. Lo bueno es que es un 2+2, por lo que podremos hacer chillar de emoción al pisar el acelerador a nuestros amigos de tres en tres, siempre y cuando estos tengan un problema de crecimiento para entrar en sus plazas traseras.

Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018Prueba Aston Martin DBS Superleggera 2018

Por 275.000 euros (Alemania) el nuevo Super GT de Aston Martin puede ser tuyo. Podría parecer mucho pero el DBS Superleggera es el alfa y el omega de la marca, un coche con el que da igual la edad que tengas, al volante y al acelerar con él sentirás que has vuelto a rejuvenecer.

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