Oliver Blume, el capitán de Porsche

La marca alemana atraviesa uno de los mejores momentos de su historia, y parte del mérito es de este ingeniero mecánico de 54 años, CEO de la marca de Stuttgart desde 2015.

El primer recuerdo de Oliver Blume con un Porsche se remonta a su infancia, cuando jugaba a los cromos con sus amigos de la escuela. En la colección había coches más rápidos y más potentes pero todos querían el 911. Y, cuando ya tuvo edad para conducir, se compró lo más cercano a un 911 que pudo: sus ahorros solo le permitieron hacerse con VW Beetle de 50 CV, pero las lecciones que ese automóvil con motor trasero le enseñó, sobre todo conduciendo en la lluvia, todavía están presentes en su subconsciente...

Ahora tiene un 911 R como coche de empresa, el espectacular fruto de un gran esfuerzo y dedicación. Este ingeniero mecánico, con un doctorado en tecnología de vehículos, se unió a Audi como becario y, desde entonces, su ascenso a través del Grupo VW ha sido meteórico. Su pasión por nuestro país le viene de Seat, donde trabajó durante cinco años, y su reconocimiento internacional le ha llegado con Porsche. Se convirtió en miembro de su Junta de Administración en 2013, y fue nombrado CEO en 2015. Lejos de detenerse, su carrera sigue imparable, y el pasado mes de septiembre fue nombrado Presidente del Consejo de Dirección de Grupo Volkswagen. En la actualidad compagina ambos cargos, y nosotros hemos tenido la suerte de poder hablar con él.

“Veo muchos valores compartidos entre Porsche y la revista CAR. Ambas tienen una larga tradición, pero también miran hacia el futuro. Vuestra publicación tiene una importante comunidad de entusiastas, como nuestro clientes; ambas empresas cuentan con equipos apasionados, que se esfuerzan por lograr una experiencia inigualable. Además, la edición inglesa de CAR acaba de cumplir seis décadas, y nosotros celebraremos los 60 años del 911 en 2023”.

“Un Porsche se define a sí mismo por la combinación perfecta entre mecánica y transmisión, da igual que sea eléctrico o de combustión”

Con las ideas muy claras, también es consciente de que el futuro de la industria pasa por la electrificación. “El Taycan fue un paso valiente. Con este coche establecimos el rumbo de la movilidad eléctrica desde el principio. Fuimos uno de los primeros fabricantes de automóviles tradicionales en dar el paso. Al principio encontramos mucho escepticismo, muchos se rieron y pensaron que no funcionaría, especialmente para una marca como la nuestra. Pero el Taycan es un éxito, porque es un auténtico Porsche. Uno de los mejores momentos que he tenido en un Porsche fue durante su desarrollo, cuando sentí su aceleración: “simplemente, increíble”.

 “Nuestro objetivo pasa porque, en 2030, el 80% de los vehículos que entreguemos a nuestros clientes sean cien por cien eléctricos” 

“El objetivo es que, en 2030, el 80% de los vehículos que entreguemos sean cien por cien eléctricos. Para alcanzar estas cifras debemos combinar nuestra herencia y el ADN de competición con el futuro. Hay muchos ejemplos en el pasado, como el primer alerón trasero fijo, el turbocompresor, la caja de cambios de doble embrague o el sistema de 800 voltios (919 Hybrid), que luego se han utilizado en los modelos de calle. Los últimos ejemplos son el GT4 e-Performance de competición y el nuevo 911 GT3 RS. Con el e-Performance, totalmente eléctrico, estamos probando una nueva arquitectura, de más de 900 voltios, y potentes motores con refrigeración líquida para la próxima generación. Y el sistema DRS que utiliza el 911 GT3 RS fue uno de los factores clave para batir el récord de Nürburgring con el 919 Evo”.

Entonces, ¿cuál cree que es el núcleo de Porsche? “Los coches deportivos de dos puertas. Con el Boxster hicimos un verdadero Porsche deportivo, pero más accesible al público. Al mismo tiempo, hemos ido mejorando y modernizando el concepto del 911 con cada nueva generación. Hemos creado más y más variantes y mejorado aún más el rendimiento mediante la transferencia tecnológica de los circuitos a nuestros modelos GT. El 911 sigue siendo el referente en su categoría, y desde su comienzo, fue extremadamente flexible, tanto que ganó carreras de todo tipo, incluidas pruebas de resistencia, o el Dakar en 1984”.

“A medio plazo, estamos considerando una versión híbrida para el 911. Una 911 eléctrico con baterías es, sin duda, todo un desafío. Por lo que nuestra idea es intentar ‘estirar’ el motor de combustión todo el tiempo que podamos. No obstante, el 911 se define por mucho más que el tipo o la posición del motor. También es el diseño, la posición de conducción, la capacidad de respuesta y la manejabilidad. Cuando conduces un Taycan sigues experimentando un montón de sensaciones, da igual que sea totalmente eléctrico”.

“Siempre buscamos el punto óptimo entre rendimiento, seguridad, peso y costes. Por ejemplo, el nuevo 911 GT3 RS pesa 15 kg más que un GT3 estándar, pero ofrece una dinámica de conducción y unos tiempos por vuelta que justifican ese modesto aumento”.

¿Y qué nos puede contar sobre los combustibles sintéticos? “Es evidente que la movilidad eléctrica tiene la máxima prioridad para nosotros, y el gran éxito del Taycan demuestra que vamos por el camino correcto. Pero en vista del gran número de vehículos con motores de combustión que todavía existen –más de 1.300 millones en todo el mundo–, no creemos que la expansión de electromovilidad está avanzando lo suficientemente rápido para lograr los objetivos de la Cumbre Climática de París. Por eso pensamos que este tipo de combustibles puede ser una solución a medio plazo”.

Por último, ¿que le pide a 2023? “Le Mans tiene una enorme relevancia para nosotros y el año que viene será muy especial. Por un lado, celebraremos el aniversario del 911 y, por otro lado, volveremos a luchar por la victoria general... El futuro no puede ser más prometedor”.