Nos subimos al MINI JCW GP 2020, ¡Para cuando nadie te quiera!
Nos subimos al MINI JCW GP 2020, ¡Para cuando nadie te quiera!
Toda marca que se precie tiene unas siglas deportivas, Audi los RS, BMW los M, Porsche los GT, y MINI tiene JCW. Pero desde 2006 hay una nomenclatura que se asocian a MINI además de las de John Cooper y estas son GP, lo que vendría a ser Gran Premio. Aquel MINI era una versión más visceral y radical del compacto inglés, un coche que evolucionó siete años después y que ahora ve nacer su tercera generación, un MINI JCW GP al que hemos podido subirnos en Los Ángeles, y además en su hábitat natural, el circuito. Lo primero que vemos nada más llegar al circuito Thermal Raceway, a pocos kilómetros de Palm Springs, es un batallón de MINI JCW, un coche ya de por sí divertido, un juguete para mayores de los que nos gustan, y con los que como niños rodamos en circuito unas horas. Pero no hemos cruzado medio mundo para probar un JCW normal y corriente, sino su versión más explosiva, el nuevo MINI John Cooper Works GP.
La mayor evolución con respecto a un JCW normal es el motor. La firma inglesa aprovecha su hermandad con BMW y toma prestado el motor de 2.0 litros y cuatro cilindros del nuevo Serie 1 M135i. Una bomba de 306 CV, 75 CV más que un JCW, y 450 Nm de par, lo que verdaderamente nos hizo volar por el trazado americano, porque este torrente de empuje llega desde solo 1.750 rpm y se mantiene hasta las 4.500 rpm. Todo el motor ha sido puesto a punto de forma específica para este coche, y su turbocompresor va integrado en el colector de escape, una solución que reduce todavía más la respuesta del motor. Suena, empuja y te pega al asiento como un coche de carreras. De hecho, MINI lo ha estado poniendo a punto en Nürburgring, donde ha bajado de ocho minutos, casi un minuto más rápido que la generación anterior y se ha colocado como el mejor en su segmento. También es un segundo más rápido que este en el 0 a 100 km/h, ya que para el crono en 5,2 segundos, por otro lado, la velocidad máxima es de 265 km/h. Para conseguir un sonido especial MINI ha creado un sistema de escape nuevo, que refleja muy bien el potencial del GP, con un silenciador trasero más grande de lo normal, y con una doble salida de escape que sale por el centro del faldón trasero.
Medicina para el calor
Nos comentaba la gente de MINI que el principal reto cuando se adoptó este motor fue la refrigeración. Para que no sufra de fiebre, lleva dos refrigeradores externos de alta temperatura, un depósito de expansión específico con mayor volumen, un sistema de almacenamiento del módulo de refrigerante diseñado específicamente y un ventilador eléctrico con mayor potencia. Con esto ya podríamos rodar en circuito sin miedo a sobrecalentarlo, y lo cierto es que el piloto de MINI que nos llevó a bordo para experimentar al 100% las facultades del GP, no tuvo compasión con el compacto inglés en ninguna vuelta, y estuvo toda una mañana dando vueltas sin parar, nada más que para cumplir con el descanso de la DGT después de dos horas y media.
En cuanto al cambio, monta el Steptronic de 8 velocidades para enviar el par a las ruedas delanteras, asociado con un bloqueo del diferencial integrado tarado al 31% y de puesta a punto específica para el modelo, con levas en el volante, y que nuestro amigo piloto de la marca apenas usaba, ya que por sí solo era sublime y rápido. Otro detalle de que esto no es un MINI cualquiera es que lleva soportes de motor especiales, así como un puente túnel que ahora es un apoyo sólido en los bajos, y en el eje delantero hay una barra de refuerzo entre torretas.
Máquina de circuito
La suspensión es otro elemento que trabaja a plena marcha en el MINI JCW GP. Ha sido puesta a punto en Nürburgring y por lo tanto estamos ante un conjunto diseñado para circuito. Esto se notaba especialmente en los pasos por curva, donde la carrocería no se movía ni lo más mínimo mientras nuestro callado pero sonriente chófer de alta velocidad nos llevaba de copilotos. Llevamos esquema trasero multibrazo y la rigidez es mayor que en un MINI de calle, era de esperar, sin embargo, se tragaba todos los pianos sin inmutarse lo más mínimo. Hasta el DSC está especialmente calibrado, con un modo GP para uso en circuito y que hace que el sistema solo aparezca en última instancia.
Todo lo que corre necesita detenerse en algún momento, y si es de forma continua, mejor todavía. Delante lleva pinzas de cuatro pistones y detrás de un pistón, con discos ventilados de 360 x 30 mm. Las pinzas de aluminio van en Chili Red con el logo de “John Cooper Works”. Las llantas forjadas son de 18” y con un diseño tradicional al apellido GP.
Precisamente su diseño es lo que más destaca frente a un MINI convencional. Es casi un coche de carreras al lado de los demás, con ese alerón delantero conocido como “Blackband”, o el trasero, digno de un modelo “CUP”. Toda la aerodinámica es, además, apabullantemente eficaz para que en circuito no se levante el coche y que al frenar, no se mueva lo más mínimo. Y llegamos a un elemento controvertido, sus pasos de rueda. Son una gran herencia del concept que vimos hace casi dos años, y si en fotos parecen algo exagerados, en persona gana en apariencia, y además están hechos de plástico reforzado con fibra de carbono, para pesar poco pero aguantar mucho. Su función no es otra que permitir el mayor ancho de vías y servir de elemento de recirculación del aire en los laterales. Además, aquí irá exteriormente la numeración de cada coche, ya que este MINI JCW GP es una edición limitada, solo que en esta ocasión habrá 3.000 unidades y no 2.000 como en el GP anterior. No faltan de nuevo los detalles en Chili Red en brillo, en Melting Silver como los retrovisores exteriores ni el color Racing Grey para la carrocería, único disponible.
Volando muy bajo
En la primera hora decidieron ponernos un piloto profesional para rodar y vaya piloto tan radical, yo creo que venía más del circo que del circuito. Es una de las experiencias más salvajes que en 30 años he vivido en un automóvil.
Cuando subimos al GP lo que nos encontramos es, más coche de carrera. Y es que no tiene plazas traseras como sus antecesores, solo una barra de torretas de refuerzo que cruzan de lado a lado por detrás de los asientos como una cuerda de escalada o un delgado andamio donde colgar la ropa mojada. De serie lleva los asientos deportivos John Cooper Works, con piel Dinámica y cuero, y los logos de GP en el reposacabezas y costuras en rojo. La moldura interior del lado del acompañante lleva la numeración del vehículo correspondiente. Se fabrica de forma individual para cada uno de los 3.000 atletas extremos mediante impresión 3D. Hay un volante específico, más logos GP por aquí y por allá, levas nuevas, alfombrillas especiales, y mucha tecnología. Pero no nos fijaremos mucho en esta cuando salgamos a pista, porque esto es un juguete para pilotos.
Cierto es que pensábamos que íbamos a pilotar el nuevo GP desde la mañana hasta la noche, pero los hombres del Grupo BMW no estaban dispuestos a que le sacásemos al GP una biela por un costado… como vulgarmente se dice, cuando lo que nos mostraron era un coche preserie. Era un modelo en proceso final lleno de ordenadores entre parada y parada y al que todavía los ingenieros no hacían otra cosa que meterle más instrumentación y aparatos.
El MINI GP es una joya, es lo más chic que de un utilitario se puede esperar. Nunca se ha llegado tan lejos en un MINI ni de carreras, por mucho que digan los sabios. El GP es la demostración más fiel de que detrás de todo esto está BMW MotorSport. Imagínese que esto es como un M3 al que le han metido la radial por delante y por detrás. La dirección parece hacer caso a la vista, apuntas con los ojos y las ruedas obedecen marcialmente. Las manos no se despegan del volante ni un segundo, las levas son tan efectivas y rápidas como un soldado americano en Oriente y los frenos son auténticos interruptores, es pulsar y ya está el coche detenido sin rechistar.
Humildemente, nunca pensé que se podía ir tan rápido con un MINI, nunca hubiese experimentado una prueba tan salvaje como director de una revista habiéndolo conducido uno mismo. Es mejor hacer nuestra profesión de reportero, de periodista del motor, que de piloto, por mucho que a algunos les cueste reconocerlo. El MINI GP es un coche con más satisfacciones que el primer día con una novia a los sesenta. Nada invita tanto a acelerar y a correr; si usted piensa en un JCW o en un MINI SE eléctrico total, mejor que no pruebe el GP, porque creerá que lleva el freno de mano echado, que le han robado una bancada de cilindros o que dos bueyes se han subido atrás.
Puede parecer absurdo que si no pruebas un coche en el asiento del conductor es que no te has subido y no sabes cómo va. Pero esta vez le damos las gracias a los responsables de la presentación, pues el partido que le saca un piloto con el trasero pelado a un coche como éste es muy superior al que podamos hacer nosotros, por mucho periodista frustrado como piloto que tengamos en este gremio. Medimos las vueltas contra un JCW y nos dimos cuenta que el GP es un tercio más poderoso, es la culminación de un utilitario de carreras llevado a la calle. El GP puede convertir tu viaje al trabajo en una experiencia inolvidable que te hará pensar que los coches pequeños cañoneros son más atractivos que los grandes. Un GP no se acaba nunca y en sonido y respecto al JCW, parece que ha habido otro robo y ahora es de sonido, “la tos ronca” es estremecedora, te vas a la cama con la melodía… La verdad es que yo prohibiría la radio en coches así para no dejar de oír su motor.
El MINI JCW GP es lo más
Después de varias vueltas en circuito en el “asiento del miedo” o en este caso de la derecha, nos quedó claro el potencial del MINI JCW GP, y es el de un coche sin precedentes y sin pensar en mediciones ni mediocridades ambientales mientras tengamos aviones y barcos de hace 50 años. El GP es lo más, y lo repito con pasión y con la experiencia de haberme subido en el 90% de los coches de los fabricados los últimos 30 años sin contar los clásicos. El GP, corre, frena, gira y hace todo que da gusto, como un fiel perro obedece a su dueño, pero este perro hay que guardarlo para un día decirle a nuestros hijos cómo olía la gasolina…
Oliver Heilmer, Jefe de diseño de MINI y del JCW GP
¿Por qué te convertiste en diseñador de coches? Desde que tengo memoria, los coches me fascinan. Siempre he dibujado coches con una gran sonrisa en mi cara al mismo tiempo. Empecé con fotografías de coches que veía en las revistas cuando era un niño, muy pequeño. Más tarde empecé a diseñar mis propios coches y a dibujarlos. Estaba clarísimo que quería ser diseñador de coches. Y como podrás imaginar, mi familia era un poco escéptica, pero yo estaba convencido.
¿Dónde encuentras la inspiración? En esencia, me fascina cualquier cosa que se me pasa por la imaginación y despierta mi creatividad. Por ejemplo, encuentro la música extremadamente inspiradora, desde el jazz hasta el hip-hop. Sin embargo, también me inspiran las cosas muy técnicas, algo que haya desarrollado un ingeniero o cosas así. Recordarás las cafeteras de Faema de los años cincuenta y sesenta. Ese es el tipo de productos de los que hablo.
¿Qué dirías tú que es el buen diseño? Para mí, el buen diseño es reflejar una propuesta. La función del producto y su usabilidad se deben identificar a la primera. No tiene por qué ser necesariamente bonito. Otro ingrediente del buen diseño es que no sea demasiado cargante, pero al mismo tiempo que tome algunos riesgos. Hay muchos ejemplos a cerca de esto, como podría ser el BMW X6.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo como diseñador de coches? Los diseñadores de coches estamos trabajando activamente en crear una parte muy importante del futuro de todas las personas. Obviamente, no sabemos de manera exacta lo que el futuro nos depara y si nuestro diseño encajará en él. Pero estoy seguro de que los cambios tecnológicos que estamos experimentando serán positivos. Saber que estoy contribuyendo a estos cambios con mi trabajo es lo que me hace tener las cosas claras. Es muy energizante. Dentro de unos años, quiero poder mirarme al espejo y decir que hice todo lo que pude en darle a MINI el futuro.
¿Qué podemos esperar del futuro de MINI? MINI no es una marca que forme parte del pasado o del presente, incluso con la historia tan potente que tiene. El MINI clásico se diseñó para cumplir un propósito y se fue convirtiendo en una poderosa necesidad. Esta es una de las razones por las que a día de hoy es un icono. MINI es una marca extremadamente emocional. En MINI todo funciona por las emociones. Para mí, MINI no es solo un producto, MINI es una actitud.
Por: Emilio Olivares
