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Nissan Ariya: sin presión

¿Una Leaf más grande? ¿Un Qashqai eléctrico? ¿O un nuevo comienzo para Nissan? Conducimos este crossover eléctrico en Suecia para ver si tiene algo especial que ofrecer en un mercado cada vez más abarrotado.

Bajo los cálidos cielos azules de Estocolmo, el Nissan Ariya tiene un aspecto cautivador, lo cual no es muy habitual en coches eléctricos: muchos son demasiado abultados y resultan extraños, pero esto no ocurre con el Ariya. Nacido en la oficina central de Nissan Design Europe, en Londres, y construido en Tochigi (Japón), junto con el GT-R y el Z, es el Nissan más sorprendente en mucho tiempo, con sus formas limpias y minimalistas. Las proporciones equilibradas, el aspecto musculoso y los detalles sobrios: es elegante, fresco y seguro, justo como debe ser un automóvil eléctrico del siglo XXI. Todo parece encajar a la perfección, incluyendo los laterales sin adornos, una genial alternativa a la terrible tendencia actual de cortar, rebanar y plegar cada centímetro cuadrado posible de la superficie del metal. 

Está claro que el Ariya es bonito, pero estamos ansiosos por conducirlo, para comprobar si puede ofrecer algo distinto a los Kia, Hyundai, Volvo, Tesla, Ford o Skoda. ¿Pondrá a Nissan a la vanguardia de los EV como lo hizo el pionero Leaf hace 11 años? ¿Y obtendrá el éxito comercial del Qashqai, su equivalente no eléctrico? Tenemos un fin de semana y 400 km de las mejores carreteras de Suecia para buscar respuestas.

Trazamos un rumbo hacia el noreste desde las afueras de Estocolmo, en dirección a Klacknaset, luego hacia Vaxholm, hasta Åkersberga, terminando la jornada en Gräddö. El tramo de ida será por carreteras secundarias, antes de regresar a la autopista E18. Conducimos la versión Evolve de 52.400 euros, equipado con la batería más pequeña de 63 kWh. Anuncia una autonomía teórica de 403 km, por lo que deberíamos poder completar el primer día sin recargar. Llenamos el maletero con nuestro equipaje para el fin de semana y equipo fotográfico con facilidad, hay espacio de sobra. Además, ofrece un muy útil compartimento inferior oculto debajo del maletero, en el que llevar los cables de carga –cualquier usuario de un coche eléctrico sabrá que, normalmente, están enredados en el maletero y ocupan una gran cantidad de espacio–. 

La calidad de rodadura es muy elevada; tanto el zumbido del tren motriz como el de la transmisión brillan por su ausencia

Con la ruta cargada en el navegador, muy intuitivo, nos familiarizamos rápidamente con los controles básicos, y nos dirigimos hacia el este. Las cualidades de Ariya comienzan a brillar casi de inmediato. Sobre las increíblemente suaves carreteras de Suecia se desliza con una muy destacable sofisticación. La dirección no transmite demasiado, pero es sorprendentemente rápida, muy directa y bien ponderada, sin signos de nerviosismo. El tacto y la modulación de los frenos también son excelentes, con una transición imperceptible entre la regeneración y la acción de las pinzas. El sonido de la carretera, el zumbido del tren motriz y de la transmisión brillan por su ausencia. Los niveles de ruido en la cabina son impresionantemente bajos. 

Hasta ahora, todo resulta impresionante. Excepto que no parece que el trayecto nos cunda mucho. Habíamos olvidado los estrictos límites de velocidad de Suecia, reforzados por cámaras que aparecen cada pocos cientos de metros. ¿Cómo es posible que Suecia nos haya dado tantos pilotos de carreras, si viven a cámara lenta? Ante este panorama, aprovechamos para deleitarnos con el paisaje. Combinaciones interminables de lagos, puertos, graneros de postal, puentes imponentes y frondosos bosques de abetos, pinos y abedules... todos pasan lentamente.

Este tedioso progreso nos hace preguntarnos cuánto uso podrán hacer aquí los compradores de la versión más potente, de 306 CV. En la gama Ariya se puede elegir entre un solo motor, con una batería de 63 y otra de 87 kWh, que producen 218 y 242 CV, respectivamente. En el tope de gama está la versión de doble motor con tracción a las cuatro ruedas. Ofrece una batería de 87 kWh y 306 CV, suficientes para alcanzar los 100 km/h en 5,7 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h, en lugar de los 160 km/h de nuestro Ariya. También hay rumores sobre una futura versión Nismo pero, por ahora, nuestros 218 CV nos bastan y nos sobran. 

A medida que las carreteras se abren y el tráfico pasa de escaso a inexistente, cambiamos de Eco a Estándar y luego a Sport, usando los controles hápticos retroiluminados de la consola central. Resulta fácil y agradable mantener un buen ritmo, este Ariya se puede conducir sin esfuerzo, trazando las curvas con poco subviraje. La combinación de la dirección más rápida de cualquier Nissan en Europa, un abundante e instantáneo par, y una distribución de peso casi ideal (52/48), hace que recorrer una carretera sinuosa sea mucho más atractivo de lo que esperábamos; sobre todo para un crossover eléctrico de 1.952 kg. También es rápido. Puede que estemos en la versión con menor potencia de salida, pero el rendimiento del Ariya es más que adecuado para un coche orientado a la familia. La suspensión ofrece una excelente calidad de conducción en estas carreteras maravillosamente suaves; este modelo se sirve de la plataforma CMF-EV de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, la misma arquitectura utilizada por el Megane E-Tech. 

La capacidad de carga de 130 kW en CC permite pasar del 20 al 80% en 28 minutos para nuestro modelo de 63 kW; y 30 minutos para la variante de 87 kW. Esa capacidad de carga parece algo modesta cuando los rivales de Kia y Hyundai pueden superar los 200 kW, pero desde Nissan afirman que el Ariya disfrutará de un mayor rendimiento de la batería a largo plazo. 

Otra de las ventajas de la plataforma CMF-EV es que permite tener un piso totalmente plano, un elemento clave para reforzar el carácter acogedor del habitáculo. Mientras esperamos el ferry que nos llevará de Rindö a Vaxholm analizamos al detalle el interior. Y la conclusión es que puede que sea el Nissan más atractivo hasta la fecha. La sensación de espacio en el habitáculo se ve reforzada por la ausencia de separación física entre las piernas de los ocupantes de las plazas delanteras. Solo tenemos un fino tablero con dos pantallas y, bajo ellas, una pequeña tira que alberga los controles de climatización, táctiles y retroiluminados. Del mismo modo, las salidas de aire están tan bien integradas que pasan totalmente desapercibidas. Y la consola central eléctrica que separa los dos asientos delanteros se puede mover hacia adelante y hacia atrás hasta 150 mm. Todo está pensado y orientado para generar la mayor sensación de amplitud posible. 

Con el sol aún brillando en el cielo –en este época del año anochece a las 22:30 h y amanece a las 3:30 h–, damos la vuelta y comenzamos el viaje de regreso. Al llegar, hemos cubierto 350 km entre autopista, carreteras secundarias y algo de ciudad; con 24 km de reserva, estamos a solo a 29 km del rango oficial de 403 km.  

Vuelta a casa

Es domingo por la mañana y ponemos rumbo al centro de Estocolmo. Para llegar al impresionante casco antiguo, primero debemos atravesar un laberinto de obras, túneles y calles de un solo sentido. Activamos el e-Pedal, que frena de manera muy efectiva cuando soltamos el acelerador, pero también ha sido calibrado para generar un avance lento a baja velocidad en lugar de detener el automóvil por completo. Las carreteras ásperas y rotas del centro de la ciudad muestran el andar firme del Ariya. Conducir en el casco antiguo de Estocolmo pone a prueba nuestra conciencia espacial y nuestra atención. Los automóviles son superados ampliamente por bicicletas, scooters eléctricos y peatones. Con la ayuda de la buena visibilidad del Nissan, un buen radio de giro de 11,8 metros y un ingenioso sistema de navegación, conseguimos llegar al fotogénico paseo marítimo de la capital. Estocolmo demuestra mucho orgullo sueco, del mismo modo que el diseño del Ariya hace referencia a las tradiciones japonesas en cada poro. 

Debajo de la parrilla y en las tapas de los altavoces encontramos un patrón que hace un guiño a Kumiko, una forma de carpintería artesanal y ancestral, y que refleja a la perfección la luz ambiental. La iluminación también está inspirada en las lámparas de papel de Andon, y las delicadas flores de los Sakura (cerezos) están grabadas en relieve en algunos guarnecidos. Todo muestra una delicada atención por los detalles.

A medida que atravesamos en silencio las zonas comerciales más modernas de Estocolmo, en los muchos edificios con fachada de cristal, el reflejo del Ariya nos parece impresionante. Se ve y se siente especial y distinto, cualidades clave para tener éxito en un mercado con cada vez más oferta. Puede que estemos ante el nacimiento de uno de los capítulos más importantes en la reciente historia de Nissan. Argumentos para triunfar no le faltan. Visualmente es atractivo, dinámicamente funciona, está equipado con las últimas tecnologías de seguridad, conectividad y asistencia al conductor, y muestra una excelente combinación de versatilidad y funcionalidad; el Ariya se coloca en lo alto de la tabla de los BEV más deseables del año.

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