Nascar Whelen Euro Series, el gran circo americano comienza en Valencia

Es evidente que las carreras de coches evolucionan al ritmo que marca la tecnología, y también que la pista es el mejor lugar para probar determinadas innovaciones. Pero eso no puede hacernos olvidar que las carreras deben tener emoción y ser un espectáculo. Para lograrlo, lo mejor es que haya mucha igualdad, y en la Nascar la hay. Como nuestros lectores sabrán, el campeonato Nascar es muy popular en EE UU, con mucha audiencia en la televisión y en los circuitos. Dentro de ella hay varias categorías, y la más conocida es la Nascar Cup. También se disputa la Camping Truck Series, donde compiten pick-up supermotorizados.

En Europa se disputa además, desde hace algunos años, las Nascar Whelen Euro Series. Este año compiten casi 30 pilotos de 15 países diferentes, y las carreras se disputan en seis trazados europeos, con carreras el sábado y el domingo. El campeonato comenzó en Valencia y después seguirá Brands Hatch, Venray (pista oval, en Holanda), Hocken-heim, Franciacorta y Zolder. Hay dos categorías según el nivel de los pilotos, Elite 1 y Elite 2, y los coches son todos iguales y muy sencillos técnicamente. Por fuera pueden llevar carrocería tipo Mustang o Chevrolet SS, pero son solo diferencias estéticas. Además hay que entrar por la ventana porque no tienen puertas. No son coches matriculables sino máquinas pensadas para correr, y eso permite que solo lleven lo necesario para las carreras.

MÁQUINAS PENSADAS PARA LOS CIRCUITOS

Emplean una estructura tubular de acero y un motor Chevrolet V8 de 5.7 litros que desarrolla 400 CV. Los que compiten en Estados Unidos son más potentes y alcanzan 800 CV. El cambio es manual de solo cuatro marchas, de modo que son máquinas muy simples, con menos componentes que un Dacia Logan. Pero son rápidos y rugen como bestias, que es lo que quiere el público. El tiempo por vuelta del piloto más rápido fue de 1:39 minutos, mientras que, como referencia, los Seat León TCR lo hacen en 1:42. Antes de la carrera suena el himno estadounidense, luego el español y también bailan unas chicas en plan cheerleaders. Como en la Indy500, los pilotos escuchan la legendaria frase: “Gentlemen, start your engines” (“caballeros, arranquen sus motores”). La salida es lanzada y, como en Estados Unidos, los pilotos aquí también cuentan con la ayuda de un spotter, el tipo que guía al piloto y le marca la estrategia mediante la radio.

En este campeonato hay gente de orígenes muy variados y pudimos charlar con Gianni Giudici, patrón de la Scuderia Giudici, patrocinada por la firma relojera Baume & Mercier. Gianni es un veterano corredor y director de equipo que lleva décadas en las carreras. Vivió su época dorada en los años noventa cuando los Alfa 155 arrasaban en los circuitos europeos, y de esa época viene su estrecha amistad con el piloto español Luis Villamil. Simpático y mujeriego incorregible, tira a todo lo que se mueve sin cortarse lo más mínimo.

Gianni tiene en su casa de Abbiategrasso, cerca de Milán, una bonita colección de modelos Alfa pero también monoplazas, barquetas y GT’s de carreras tipo Ferrari 430 o Maserati 3200. Dice que para correr con estos coches “se necesita corazón”.

400 CV de ‘muscle car’ por 40.000 euros

Son máquinas baratas y están concebidas para que sea barato repararlas. En el morro, por ejemplo, hay un buen espacio libre hasta que llega el motor. Por supuesto no hay guarnecidos ni moquetas, ni un salpicadero propiamente dicho. Delante del piloto va el cuentarrevoluciones y el volante es desmontable para facilitar el acceso. El piloto va rodeado por una estructura de tubos y tampoco hay ventanilla, en su lugar va una red. Claudio Giudice compite al volante de uno de estos coches y nos explica las peculiaridades. “Con estos modelos los gastos son moderados, se pueden controlar más o menos”.

En cuanto a la conducción, “en un GT moderno puedes ser más agresivo pero aquí debes hacer las cosas despacio porque estos coches flotan y botan, llevan gomas con mucho perfil. Debes ser preciso y acelerar con cuidado porque es fácil que sobreviren. También hay que tener tacto en las reducciones fuertes porque se puede bloquear el eje trasero. Ojo además con las frenadas porque no hay ABS y puedes hacer un plano en un neumático. Es como un coche de los años setenta”. Lo mejor es que cuestan solo 40.000 euros, una cifra más que razonable para un coche de carreras con 400 CV.

PRESENCIA ESPAÑOLA

En Valencia compitieron dos pilotos españoles, Borja García y Salvador Tineo. García, un piloto que ha demostrado su gran calidad en cuantos campeonatos ha participado, fue el triunfador del primer fin de semana de la Euro Nascar, ya que logró la victoria el sábado y el domingo. El joven Tineo también tuvo un buen fin de semana, con dos segundos puestos.

Aprovechando el ambiente made in USA en el circuito también se concentraron numerosos aficionados a los coches americanos, de modo que pudimos ver desde Viper a numerosos Corvette o Mustang, además de otros muscle car de los años setenta. Asistieron incluso varios enormes camiones americanos Peterbilt o Freightliner , con sus morros largos y sus cromados.