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Muere Roger Moore, el actor que más veces ha encarnado a James Bond

La noticia ha llegado por sorpresa para la mayoría pero no para su familia. Roger Moore ha fallecido hoy a los 89 años debido a un cáncer. El actor británico Roger Moore habría sido quién más veces había interpretado el papel del espía inglés (7 veces)  y ahora por desgracia es el primer intérprete en dejarnos. En Suiza se apagaba su vida después de que haya sido el tercer actor en conseguir la licencia para matar, la cual mantuvo entre 1973 y 1985.

El James Bond Roger Moore había sustituido a Sean Connery en el papel del protagonista de las novelas de Ian Fleming. Sus siete películas de Bond son, en orden de interpretación:Vive y deja morir, El hombre de la pistola de oro, La espía que me amó, Moonraker, Solo para sus ojos, Octopussy y Panorama para matar. A Moore le sustituyó Timothy Dalton en 1985, con menos acierto para la mayoría. Después le siguieron Pierce Brosnan y el último Bond, Daniel Craig, a quién el propio Moore consideró el mejor 007.

Edad James Bond
Roger Moore (derecha) en una escena de la película «El hombre de la pistola de oro»

El bueno de Roger Moore siempre será recordado por no pedir jamás un «Martini  con vodka agitado no mezclado», o sus puros habanos Montecristo ilimitados por contrato, pero sobre todo por su estelar aparición a los mandos de ese Lotus Esprit submarino que aparece en la película «La espía que me amó». La muerte de James Bond nunca llegaba en las películas pero a este actor de James Bond si le h alcanzado. Eso sí, la muerte de Roger no lo será de su recuerdo, que quedará para siempre gracias a sus películas.

Actor Bond

Y es que Bond es un icono, un estilo, una forma de ir por la vida. La simple mención de su nombre nos parece el colmo del estilo y la sofisticación, pero lo cierto es que el escritor Ian Fleming (1908-1964) bautizó a su personaje como James Bond por ser un nombre de lo más común. La primera novela “Casino Royale” se publicó en 1953, y para escribirla el autor se inspiró en su etapa como espía durante la II Guerra Mundial. No obstante parece que el personaje en el que está basado Bond fue Dusko Popov, un agente doble (los nazis creían que espiaba para ellos) nacido en Dubrovnik (actual Croacia). Realizó importantes misiones para los ingleses, tanto que fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico tras la Guerra. Además se lo pasaba muy bien, ya que era un superclase con las mujeres y en las mesas de juego.

Ha pasado medio siglo desde la primera película (007 contra el Dr. No, 1962) y el personaje de Bond sigue vigente sin haber renunciado a su esencia. En 1995 (GoldenEye) Pierce Brosnan  tuvo que oír reproches de su jefa (Judi Dench): “creo que eres un dinosaurio sexista y misógino, una reliquia de la Guerra Fría”. En los tiempos actuales, un tipo que va por ahí disparando y conduciendo deportivos V12 no es políticamente correcto. A Sean Connery (Edimburgo, 1930), el primer Bond y el más genuino, le contrataron precisamente por eso, por ser un macho alfa. En aquella época se atrevía a decir cosas como: “no creo que tenga nada de malo pegar a una mujer, aunque debe hacerse con la mano abierta”. Los productores le eligieron en 1962 sabiendo que era indomable, aunque asumieron el riesgo porque a pesar de su brutalidad “se movía con la elegancia de un gato”. Ian Fleming, el padre intelectual de Bond, nunca se atrevió a decirle al escocés que hubiera preferido a Cary Grant como protagonista.

El mítico Aston DB5 debutó en “Bond contra Goldfinger” (1964) y posiblemente ha sido la película que más ha contribuido a reforzar la imagen de una marca automovilística en toda la historia. Hoy resulta chocante que en ese filme Connery pregunte por su Bentley, pero le dicen que su nuevo coche es el Aston muy especial: “es una orden, OO7”. Su elección para la película fue lógica, porque era el mejor y más moderno deportivo británico de la época. Tenía seis cilindros en línea, 3.995 cc., cinco velocidades y se distinguía exteriormente del DB4 por los faros carenados. Hace cincuenta años ya alcanzaba los 225 km/h, y 240 la versión Vantage.

Tras rodar cinco películas, el puesto de Connery lo ocupó el Bond más flojo (George Lazenby) quien curiosamente también condujo el coche con menos carácter de la saga, un Aston DBS de seis cilindros. Connery rodó alguna más y después llegó Roger Moore, con su Lotus Esprit submarino en “La espía que me amó”. En una astuta jugada para ocupar el puesto natural de Aston Martin, el relaciones públicas de Lotus Don McLaughlan aparcó el único Esprit disponible frente a las oficinas de los productores de las películas de Bond, Eon Productions. Corría el año 1977 y Ken Adam, el diseñador de producción, se quedó enganchado. Años después Timothy Dalton condujo de nuevo un Aston (un V8) y Pierce Brosnan fue el primer Bond que cometió el sacrilegio de conducir un BMW. Purismos aparte, hay que reconocer el elegante y potente Z8 era perfecto para el papel.

En Skyfall, Daniel Craig vuelve a aparecer conduciendo un Aston Martin DB5, el deportivo que Sean Connery hizo inmortal. Y por supuesto lleva la misma matrícula: BMT 216A. En Skyfall el modelo clásico no se ve envuelto en persecuciones, pero hay escenas de coches que cortan la respiración. Y lo sabemos de primera mano porque uno de los colaboradores de la edición británica de CAR ha trabajado como especialista. Se trata nada menos que de Ben Collins, quien fue durante siete años (hasta 2010) The Sitg, el rapidísimo y anónimo piloto del programa de TV Top Gear. La productora ha elegido sólo a los mejores especialistas (y los más locos).

También han trabajado el motorista de freestyle Robbie Maddison o el campeón de rallyes Mark Higgins. The Sitg conduce el DB5 por Inglaterra pero su gran contribución la realiza en las calles de Estambul. Gary Powell, el coordinador de las escenas de acción, recibió la orden del director Sam Mendes (autor de American Beauty o Camino a la perdición) de hacer las escenas de la persecución en la ciudad turca más viscerales y menos “acartonadas”. Para ello contrataron a 500 extras y a un cuerpo técnico de 300 personas, y usaron 15 Audi A5 y seis Land Rover Defender (hay que tener coches de reserva).

El ex-Stig Ben Collins durante un acto de Aston Martin

Según Collins, “el taxista que me recogió en el aeropuerto me confirmó que los turcos ya nacen especialistas”. Collins pilota un Defender con vías ensanchadas y neumáticos de perfil bajo, para mejorar su maniobrabilidad y reducir las posibilidades de vuelco: en el puesto de conducción va la actriz Naomie Harris, pero quien lo lleva de verdad es Collins, que va sentado en el techo del Defender gracias a un complejo sistema técnico. Está dentro de una jaula de seguridad y todos los mandos, desde la dirección a los frenos o el cambio, van por cable y los controla él. De este modo pueden rodarse las escenas sin que Collins salga en las imágenes (aunque hace un cameo como vendedor de fruta). El A5 TDI V6 Quattro también está retocado, porque le han desconectado la tracción del eje delantero para que sea más nervioso. Vuelcos, golpes, cruces con camiones que pasan a un palmo de distancia… pura esencia 007. Además el supervillano es Javier Bardem, que luce una melena rubia al estilo Lauren Postigo.

La última película de James Bond, Spectre (2015), también ha reunido un puñado de buenas persecuciones en las que un Aston Martin DB10 especialmente producido para la película ha hecho las veces de coche 007. Y la influencia inglesa se nota, porque intentando hacer papilla a Daniel Craig vestido de esmoquin los malos llevaban Land Rover Defender y Range Rover pero pasados por el departamento de Special Vehicle Operations. El matón más chungo además iba en un espectacular prototipo de Jaguar, el X-C75.

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