Buscar

Mercedes-AMG C63 S E Performance: sin medias tintas

Cuando se hizo público que el nuevo Clase C AMG sería un híbrido con motor cuatro cilindros 2.0 turbo y una potencia total de 680 CV, muchos pensaron: ¡sacrilegio!
Por fin lo hemos conducido en el circuito de Ascari.

Hay ciertas marcas con una trayectoria tan excepcional que su reputación las precede, de modo que siempre hay que darles un margen de confianza porque sería muy raro que se equivocaran. Pero por otra parte, la “fiebre Eco” de los burócratas de Bruselas ha hecho que la presión sobre los fabricantes sea tan grande, que quién sabe hasta que punto sus efectos pueden ser negativos.

Por eso teníamos tantas ganas de subirnos al nuevo C63, porque además las cifras que anuncia son impresionantes: un motor 2 litros que rinde 238 CV por litro (el cuatro cilindros más potente del mercado, con 476 CV) integrado en un sistema híbrido (inspirado en la Fórmula 1 según AMG) con un motor eléctrico de 204 CV en el eje trasero y tracción total, con lo que alcanza 680 CV. El par máximo es de 1.020 Nm y puede acelerar de 0 a 100 en 3,4 segundos, con un consumo medio homologado de solo 6,9 litros… Es indiscutible que todas sus cifras mejoran respecto al anterior modelo C63 con motor 4.0 V8 biturbo. Bueno, todas menos el peso, ya que este nueva super-berlina de gran complejidad técnica alcanza 2.165 kilos, unos 400 más que su antecesor (1.740 kg. DIN). El motor 2.0 cuatro cilindros de AMG con turbo asistido eléctricamente (tipo M139l, la ‘l’ es por su posición longitudinal) ya se ha empleado en los recientes C43 4Matic (408 CV) y SL 43 (390 CV), aunque en el caso de C63 han usado un turbo más grande. Además en el C63 el motor eléctrico integrado se alimenta del sistema de 400V (48V en los modelos 43). La ventaja del turbo eléctrico es que acelera la rueda del compresor antes de que el caudal de gases de escape asuma esta tarea por medio de la turbina. Es decir, no necesita que lleguen los gases y por tanto se elimina el típico retraso en la respuesta.

Ha llegado el momento de descubrir cómo se sienten tantas innovaciones en la carretera y en la pista. Todo ha cambiado respecto a su antecesor y su V8 biturbo de 4.0 litros. El nuevo AMG emplea un conjunto mecánico muy complejo que debemos configurar correctamente para que funcione bien. Y esto nos lleva tiempo, ya que implica seleccionar uno de los ocho modos de conducción (a los ya conocidos Confort, Sport, Sport+ o Race o Slippery se unen los nuevos Electric y Battery Hold), cuatro niveles de recuperación de energía y por tanto de retención, tres configuraciones ESP y cuatro programas AMG Dynamics (Basic, Avanced, Pro y Master) que a su vez implican numerosas funciones secundarias, incluidas tres calibraciones de dirección diferentes.

Nos recibe una mañana soleada en el circuito Ascari de Ronda. Para la prueba de conducción Mercedes ha elegido la más corta de las tres vueltas posibles. Esto reduce el tiempo por vuelta a aproximadamente dos minutos, al evitar la segunda recta más larga. No estamos seguros, pero sospechamos que dos secciones completas seguidas podrían haber agotado prematuramente la carga de la batería. Cuando el empuje eléctrico extra se desvanece, la contribución de la batería cae en unos 100 CV, lo que eleva la salida combinada disponible permanentemente a 570 CV, una cifra muy respetable pero lejos de los 680 CV anunciados.

El motor de cuatro cilindros propicia menos peso en el eje delantero y que haya mejorado el agarre y la precisión del morro. La tracción total ayuda al enviar una gran cantidad de par hacia las ruedas traseras especialmente con el ESP en posición handling, lo que permite disfrutar en el límite de adherencia. El intenso disfrute de las curvas se ve favorecido además por la dirección de las ruedas traseras, que amortigua el sobreviraje prematuro, al respaldar la acción con ajustes sutil aquí o allá. Para ser un automóvil tan poderoso, el C63 S E Performance es sorprendentemente fácil de conducir y da muchas advertencias antes de que finalmente se comience a deslizar, lo que hace con toda la goma quemada y la extravagancia que se espera de un AMG “pata negra”. 

Un verdadero aparato, aunque rodando en la pista percibimos el inconveniente del peso. Con 2.165 kg, esta berlina es la campeona de sumo de su categoría. También hay que decir que la distribución del peso está muy bien equilibrada y el centro de gravedad está más bajo que nunca, gracias a la batería de 400 voltios y 89 kg colocada entre los ejes. 

Pero si comienzas a ir rápido de verdad en el circuito (cosa que la mayoría de usuarios no harán), no hay forma de ocultar la masa. La notas en la salida de una curva lenta, en medio de un involuntario derrape cuesta arriba, o al frenar fuerte y tarde en la aproximación a una curva. La masa extra es igualmente obvia al hacer un kickdown entre de 110 y 140 km/h, cuando la transmisión afloja un poco antes de que el motor eléctrico cambie a la más alta de sus dos marchas. Fuera de la pista, al pisar a fondo el acelerador no se siente tan explosivo como cabría esperar. Sí, es rapidísimo y las ruedas traseras empujan con fuerza, pero hay un breve retraso entre el pico de par eléctrico instantáneo y el esfuerzo del motor de cuatro cilindros. El pico de par del anterior V8 estaba entre 1.750-4.500 rpm, no entre 5.250-5.500 rpm como en el actual. Ahí sí echamos de menos el V8 por la forma en que entregaba su energía y por la banda sonora que lo acompañaba. En este sentido el nuevo C63 tiene un sistema un tanto artificial, que toma el sonido del escape y lo enriquece antes de enviarlo al interior mediante los altavoces. Su intensidad depende del modo de conducción escogido, y también lleva altavoces para el sonido exterior.

El nuevo C63 S E Performance irradia verdadera grandeza en muchas áreas, pero su innegable encanto lo encontramos más allá de la transmisión híbrida y los compromisos que conlleva. En cambio, la última creación de Affalterbach sobresale como una combinación de súper-berlina centrada en el conductor, altamente competente para las cuatro estaciones, y un vehículo para largas distancias excepcionalmente bien equilibrado. Es más cómodo incluso en neumáticos opcionales de 20 pulgadas, que un M3 calzado con los neumáticos más pequeños y la suspensión en modo Comfort. También sobre vías secundarias en mal estado su compostura siempre permanece intacta. A toda velocidad por una carretera solitaria, ni los baches ni las juntas de dilatación desviarán la trayectoria del coche. Máxima puntuación también a la dirección. Las tres calibraciones, etiquetadas como Comfort, Sport y Sport+, se adaptan sutilmente a cada situación de manejo con la ayuda de un algoritmo milagroso. 

Los aplausos se extienden a los frenos con discos de acero con seis pistones delante, que se sienten un poco agotados después de dos turnos en la pista, pero vuelven a la vida en las sinuosas carreteras que serpentean a través de las montañas malagueñas. Combinan una respuesta tranquilizadora, modulación intuitiva y acción progresiva. Los neumáticos Michelin 4S muerden el asfalto con ese raro agarre en tres dimensiones que habla al conductor a través de los brazos y el volante. Sentirse seguro pero no confinado, bien plantado pero no atado, es una virtud clave de este Mercedes-Benz con esteroides. El nuevo C63 S combina la velocidad de un poderoso deportivo con la compostura de un GT. Es totalmente accesible, se maneja con aplomo y equilibrio, y es seguro pero divertido cuando se desea. Y por supuesto, hay un montón de modos de derrape a disposición de los aspirantes a hooligans.

También tenemos claro que algunas preguntas no se pueden responder en un día. Necesitaremos más tiempo para familiarizarnos con las complejidades de la interfaz, y tendremos que conducir en más carreteras, en diferentes condiciones climáticas, para sopesar los pros y los contras que implica perder la tracción trasera y cambiarla por la eficaz pero pesada tracción total. Igualmente tendríamos que usar el C63 en la ciudad para ver si la autonomía eléctrica de 13 km sirve para mantener contentos a los vecinos, o si el objetivo real es dar al Mercedes un poderoso empujón cuando sea necesario.

Y necesitaríamos tiempo para averiguar si un consumo anunciado de 6,9 litros a los 100 km es una pura fantasía. En nuestro intenso recorrido de 90 minutos con la versión de carrocería familiar gastamos 16 litros a los 100, pero seguro que hay circunstancias en las que el software (y un pie derecho más suave) pueden hacer malabarismos con los elementos del tren motriz y bajar el consumo notablemente. En todo caso y después este primer encuentro, está claro que hay mucha maestría de AMG en el nuevo C63. Afortunadamente, los ingenieros de AMG no han olvidado las razones por las que miles de clientes incondicionales compran sus coches. 

TEAM CAR SPAIN PUBLICACIONES, S.L utiliza cookies propias y de terceros para recordar tus preferencias y optimizar la experiencia de usuario. Para obtener más información lee nuestra política de cookies.
Al pulsar en “Aceptar” aceptas el uso de las diferentes cokies que utiliza el sitio web. Puedes configurar o denegar el uso de las cookies en la configuración de la política de cookies.