Retro-prueba Maserati Quattroporte (2007): el GT más elegante se actualiza

En el nuevo Maserati Quattroporte, lo primero a resaltar, son las modificaciones llevadas a cabo en el motor, como la lubricación por cárter húmedo, seco en el Duoselect, una nueva toma de aire, culata en color azul, roja en el Duoselect y, por último, un nuevo variador de fase continua a alta presión en los árboles de levas de admisión, que optimiza el reparto incluso a bajos regímenes. Todo ello, le aporta una suavidad y fluidez de marcha excepcional, ofreciendo un aumento de par máximo de 460 Nm (451 Nm en el Duoselect) a 4.250 rpm, cuyo 75% está ya disponible a partir de las 2.500 rpm y con un consumo algo más contenido.

El nuevo cambio automático del Maserati Quattroporte monta un convertidor de par hidráulico ZF de 6 velocidades, y en la prueba dinámica pudimos comprobar que es muy suave y rápido, permitiéndonos reducir a un régimen alto de vueltas y mantener la marcha en plena curva, sin que por aliviar gas engrane una marcha más larga. Esto le da un toque de deportividad poco característico en este tipo de cambios.

Dinámicamente, nos ha sorprendido mucho con la agilidad que se desenvuelve en carreteras viradas, no dando sensación de llevar una berlina de cinco metros y casi dos toneladas de peso. Principalmente, todo viene motivado por la colocación de su motor, el cual va ubicado detrás del eje delantero y por su reparto de pesos (49% eje delantero y 51% sobre el trasero). Esto último, se hace notar mucho en lo que a la tracción se refiere, pues desactivamos el control de tracción y, acelerando a fondo, es muy difícil hacerle perder la compostura, quedando gratamente sorprendidos.

Otro apartado digno de alabanza, es el de las suspensiones. Gracias a geometrías Antidive y Antisquat, que evitan, respectivamente, el hundimiento del tren delantero en la frenada y del trasero en aceleración, este conjunto provoca un equilibrio impresionante, sobre todo a la hora de hacer una frenada agresiva ya que, en ningún momento, pierdes tacto en el volante y efectividad a la entrada en los virajes.