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Maserati Grecale 2022 a prueba. Elegancia y carácter deportivo

Tiene un curioso toque vintage que nos evoca un poco al romanticismo del automóvil, pero, sin embargo, está hecho para personas modernas. La nueva era de Maserati empieza con este nuevo estilo de SUV

Hay marcas que no necesitan un exceso de anuncios, de publicidad o de marketing para que todo el mundo quiera tener su producto. ¿Alguien piensa que si deja de haber anuncios de Coca-Cola en la televisión, vamos a dejar de tomarla? Está tan arraigada desde hace tanto tiempo en nuestras vidas, que ya forma parte de nosotros y no hace falta que venga nadie a convencernos. Esto mismo ocurre con determinadas marcas de coches. Todo el mundo ha querido uno en algún momento de su vida. Es lo que pasa con Maserati. Cuántas veces habremos oído a alguien decir: “Si me tocase la lotería, me compraría un Maserati...”. Y sin haber probado nunca uno. Y además nos encontramos con una de esas firmas que han dejado de hacer coches para solo unos pocos apasionados, y han ido poco a poco creando una gama que se adapta a todo tipo de necesidades, siempre sin dejar de ser un Maserati.

En este mismo camino llega el Maserati Grecale. Llevamos mucho tiempo esperándole, maldita pandemia de por medio, y por fin hemos podido verlo, tocarlo y conducirlo. Un salto más para Maserati ante ese ansiado público moderno y rompedor que quiere ir por el mundo en un tridente marcando la diferencia. El Grecale es todo esto.

Todo empezó con el mc20

El primer gran rompedor de la línea Maserati fue el Levante. Cuando aún había marcas de superdeportivos renegando de hacer SUV altos y cómodos, estos italianos decidieron que la deportividad no estaba reñida con lo que el mercado demandaba, y así nació el Maserati Levante. Pero el nuevo Grecale da un paso más allá en la modernización de la marca, tanto, que será de las pocas compañías que con uno de sus modelos pasen de la combustión a la electricidad sin dar pasos intermedios. Y todo esto empezó con el MC20.  Fue el adelanto de lo que venía, y el Grecale es el primero de esta saga. Empezamos por la adopción una estética vertical en vez de horizontal, adaptada en este caso a los requisitos de un SUV. El frontal es el lado más distintivo del nuevo modelo, con una parrilla baja e imponente que no llega a ser excesiva, un signo enfático de que estamos ante un Maserati. En el Trofeo la parrilla está ligeramente adelantada para resaltarla y acentuar su carácter deportivo.

Su inspiración arquitectónica no se manifiesta solo en sus formas, diseño e innovación, sino también en la búsqueda e identificación de nuevos materiales y texturas. El resultado final es un producto único, tanto por sus líneas como por la sensación que nos transmite con el contacto físico.

Grecale, al detalle

Está disponible en tres versiones: la versión GT, con motor microhíbrido de cuatro cilindros y 300 CV, la versión Módena, con motor microhíbrido de cuatro cilindros y 330 CV, y en la parte superior de la gama, la versión Trofeo con un potente motor V6 de 530 CV. Las versiones microhíbridas del Grecale combinan el motor de combustión interna de cuatro cilindros con un sistema microhíbrido de 48V. El resultado es que se mantienen las mismas prestaciones de cada modelo, pero se reduce el consumo, de manera que el Grecale híbrido es más eficiente que sus homólogos equipados con motor V6.

En cuanto a la versión Trofeo, ya podemos volver a ponernos en modo superdeportivo. El aspecto ya habla por sí solo, pero ahora hay que encenderlo. Y el sonido nos cautiva. Entre tanta hibridación, se agradece pulsar un botón de “Start Engine” y que nos tiemblen los pies. La gama Grecale comparte los modos de conducción. En todos los modelos tenemos el Confort, ideal para el uso cotidiano y circular por la ciudad o alrededores de una forma confortable y discreta; el modo GT, donde el mapa de pedal permite una aceleración estructurada sin perder eficiencia, con un cambio de marcha suave y uniforme; y el modo Sport con el que la sensibilidad del pedal y el cambio de marcha se ajustan para las máximas prestaciones. Además, la posición de conducción se rebaja 15 mm y el volante resulta más rígido y reactivo con el vehículo en este modo Sport. Y para acabar, el modo Offroad, con el que el limitador de revoluciones se activa y la altura de conducción se ajusta en el valor alto: +20 mm. Sin duda, de lo más completo para tener un Maserati que se adapte a todo.

Pero hay un botón que solo existe en la versión Trofeo. No vamos a volver a ponernos románticos con el sonido, la esencia y todo lo anterior, pero este botón, que se llama Corsa, lo cambia todo. Ofrece al conductor la experiencia más extrema y la opción de disfrutar de la genuina personificación del Grecale sin concesiones. Los pedales son muy sensibles y reactivos. El cambio de marcha es más rápido que nunca y la programación del motor ofrece potencia suficiente para el máximo disfrute. El control de tracción es menos intrusivo y también cuenta con Launch Control.

Acabados familiares

Como hablábamos antes, los acabados del Grecale son tres: GT, Módena y Trofeo. Como en otros modelos, cada acabado representa a un tipo de público distinto. El GT quizá sea el más urbano. Para ello se han seleccionado tonos cálidos y envolventes, y como alternativa al cuero negro, existe la opción de elegir un cuero prémium en color chocolate. La versión Módena es algo más “cañera”. Tiene detalles pensados para que el Grecale sea el “coche para todo” de la casa. En el interior destacan los bordados y costuras que decoran armoniosamente el salpicadero, así como los paneles y los asientos siguiendo un mismo patrón de diseño. Por último tenemos el Trofeo, que es el más extremo. Este nivel de acabado es ideal para entusiastas de lo deportivo. Los contrastes se intensifican con las costuras amarillas o rojas en los elementos de color negro, aunque también están disponibles en doble tono: negro/rojo oscuro y negro/hielo. En el exterior destacan las llantas de aleación de 21”, los tubos de escape deportivos especiales y las molduras de fibra de carbono en los paragolpes delantero y trasero, así como en los faldones laterales.

Control de elementos 360º

Aunque no suele ser en lo que más nos centramos cuando probamos este tipo de coches, de marcas tan pasionales, nos parece importante destacar la nueva tecnología del Maserati Grecale. Incorpora un nuevo módulo diseñado en Módena, estrenado en el MC20, pero mejorado para el Grecale. El VDCM es un proyecto 100% Maserati, enteramente diseñado, implementado y calibrado por la marca. El sistema controla toda la dinámica del vehículo (vertical, longitudinal y lateral) y es el centro de la nueva plataforma E&E MASAH, empleada por primera vez en el Grecale.

Puede compararse con un buen director de orquesta capaz de marcar con precisión los tiempos, la intensidad y la velocidad de los principales elementos del vehículo. Así se asegura de que todos funcionan de forma sincronizada, se reducen los tiempos de intervención y, al mismo tiempo, aumentan las prestaciones, el placer al volante y la seguridad del vehículo. Disponer de un sistema de control integral del vehículo (ahora predictivo en lugar de reactivo) brinda la oportunidad de definir la dinámica del Grecale y crear así una clara distinción entre los distintos modos de conducción que describíamos antes, sin perder el ADN de Maserati.

DISEÑO MODERNO INSPIRADO EN LO MÁS RETRO

Es un SUV de dimensiones generosas: el GT mide 4.846 mm de longitud, tiene 2.901 mm de batalla, 1.670 mm de altura y una anchura de 2.163 mm (incluidos los retrovisores). Con un ancho de vía trasera de 1.948 mm (aún mayor en el Trofeo), ofrece un aspecto marcadamente deportivo. Pero si nos fijamos en algunos detalles, podemos sacar parecidos y rastros del pasado. La delantera es imponente, como la de cualquier Maserati, pero por detrás nos llama mucho la atención. Los faros traseros están inspirados en el 3200 GT diseñado por Giugiaro, con las líneas trapezoidales y el porte característico de Maserati. Una característica especial que hace que nos guste todavía más.    

Fuoriserie:  para una misión en marte

Maserati está rompiendo las reglas y cumpliendo un pedido de Marte. Grecale Mission from Mars es el resultado que va más allá de los límites de la Tierra. Un Maserati especial para un cliente especial. Innovador por naturaleza, Maserati ha elegido el Programa Fuoriserie para crear un modelo único. Maserati Fuoriserie es una pizarra en blanco y la marca ofrece una amplia gama de diseños y colores para ello. El resto recae en la inspiración de clientes individuales (¡también marcianos!), a quienes se les da la oportunidad de adoptar la postura de un creador de tendencias y expresar su creatividad personal.  La Misión de Marte ha comenzado y las opciones para personalizar Grecale están al límite absoluto. El polvo rojo del planeta Marte y sus rocas oxidadas fecundan la misión Grecale de Marte: una pintura de textura metálica especial inspirada en el polvo mineral y la erosión del metal se utiliza en los componentes por dentro y por fuera.

Maserati Grecale Folgore

El Grecale será el primer SUV 100% eléctrico de la historia de la marca. Representará el concepto de “hacer cada día excepcional” también para aquellos clientes que quieren tener un vehículo con cero emisiones, pero sin renunciar a las prestaciones típicas de Maserati. Con ello completará una auténtica gama 360º, la más completa hasta ahora, con motores híbridos, de combustión interna o totalmente eléctricos. La próxima versión 100% eléctrica del Grecale se llamará Folgore, nombre distintivo de los BEV de Maserati, y será la mecha que encienda una nueva forma de energía. El Grecale Folgore llegará al mercado un año después de los modelos híbridos y de gasolina. Estará 100% fabricado en Italia e incorporará una batería de 105 kW/h con tecnología de 400V. El nuevo SUV eléctrico de Maserati proporcionará hasta 800 Nm de par motor, lo que garantiza las conocidas prestaciones de la marca.

Por otra parte, el color exterior Cobre Folgore nace de una larga investigación sobre las interacciones de la pintura con la luz, que evoluciona hasta convertirse en un ser vivo en constante diálogo con su entorno. ¿Y lo mejor? Que tiene un toque español. La inspiración se basa en la arquitectura contemporánea, concretamente en la fachada del museo Guggenheim de Bilbao, donde los cálidos tonos cobrizos de las zonas al sol coexisten con los tonos más fríos de gris azulado que pueden verse en las zonas de sombra. Estos colores se consiguen gracias al uso de pigmentos iridiscentes.

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