Marc Gené. El embajador rojo
Marc Gené. El embajador rojo
Marc Gené. El embajador rojo
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Marc Gené. El embajador rojo
Marc Gené. El embajador rojo
Marc Gené. El embajador rojo
Marc Gené. El embajador rojo
Escrito el 18 de abril de 2022
Primer español en ganar al ‘scratch’ las 24 Horas de Le Mans, en 2009, Marc Gené recorre en 2022 su 17º año vinculado el equipo Ferrari. Aunque no pudo afianzarse en la F1 tras pasar por Minardi y Williams, sigue construyendo con la casa italiana una carrera profesional en ascenso.
Octubre de 2004, Marc estaba en su casa cercana a Barcelona intentando distraerse leyendo una novela de John Le Carre. Necesitaba reducir la tensión: el equipo Williams había decidido no renovarle su contrato de piloto probador. Su carrera profesional corría peligro. Aquel mundo de los monoplazas en el que había crecido desde 1992 estaba a punto de desaparecer si no ocurría algún milagro.
Le resultaba difícil concentrarse en las andanzas del espía triste George Smiley, el personaje central de la novela.
“He enviado al menos una docena de faxes, ya he tenido varias negativas, quién me responderá con un sí?”. De repente sonó su móvil. Se irguió al instante, lo miró y se abalanzó sobre la mesa del salón y en menos de un segundo, ansioso, lo levantó y abrió la tapa plegable del Nokia. El corazón le dio un brinco. Prefijo “39”, el de Italia, pero el número que seguía no lo conocía.
“¡Pronto..!”
“Signor Gené, la chiamo per conto del signor Todt, aspetti un momento per favore e le passo la chiamata...”. Ahí estaba el milagro. No hay dos sin tres y este era el tercero. El primero había ocurrido en 1999 cuando en el último momento, con las negociaciones a punto de quebrarse, Telefónica firmó con Gabrielle Rumi para que corriera con Minardi en F1. Y el segundo, aunque no tan dramático, cuando tuvo que dejar Minardi pero, al poco tiempo, Frank Williams le ofreció ser piloto probador y reserva en su equipo pluricampeón.
Entraba de nuevo en la jugada. Comenzando por esa llamada, gracias a la cual iba a continuar aplicando toda la formación técnica que ya tenía e iba a ir transformando su carrera. De tal manera que hoy, 17 años después, sigue vinculado al equipo Ferrari y su histórica Scuderia.
“En aquel momento, 2004, se iniciaba un cambio de ciclo en Williams. Sustituyeron a todos los pilotos, a Ralph Schumacher, a Pablo Montoya y a mí. Cuando supe que no iba a continuar, rápidamente empecé a moverme en el mundillo de la F1. Por suerte, Jean Todt, que por aquel entonces era el director general de la escuadra italiana, se interesó por mí”.
“Me convocaron para un test a finales de noviembre en Barcelona. Fue un éxito. Unos días después estaba en Maranello firmando el contrato. Uno de los momentos más importantes de mi vida. Como anécdota, señalar que el test lo realicé con el mono de Schumacher porque no había habido tiempo para confeccionar uno a mi medida. Todavía recuerdo, con emoción, cuando vi el cavallino rampante en el centro de mi volante”.
Piloto del ‘cavallino’
En 2004, Marc tenía 30 años y miles de kilómetros de experiencia sobre coches de F1. Hablaba, además de catalán y castellano, inglés, francés, italiano y alemán, y su licenciatura en Economía por la Universidad de Buckingham, le daban una capacidad de análisis suplementaria, material escaso entre los pilotos de la F1.
“Me gustaba estudiar y cuando vi a finales de 1993 que mi hermano Jordi no pudo acceder a la F1 por falta de sponsors, decidí que tenía que tener un back up, un plan B. Me gustaba estudiar y lo hice mientras corría. Llevaba los libros a los circuitos, estudiaba en los traslados. Se puede hacer, pero con mucho sacrificio, casi nunca salía con mis compañeros de universidad”.
Esa preparación intelectual sumada a la experiencia técnica iba a beneficiar a Ferrari. “Era el año en que hubo la ‘guerra’ de neumáticos entre Pirelli y Michelin. Ferrari organizaba dos equipos de pruebas, uno con Luca Badoer para el desarrollo del monoplaza y otro para el desarrollo de los neumáticos. Mi experiencia en Williams con los Michelin resultó un detalle fundamental. Durante las temporadas 2004, 2005 y 2006, hice muchos tests. Llegué a completar hasta 90 días de test en un año, casi 80.000 kilómetros. Cuando comenzaron las limitaciones de tests iniciamos la construcción de un simulador en el que participé directamente”.
Paralelamente, en aquella época, empezó a coger fuerza el proyecto Corse Clienti de Ferrari y le propusieron que se ocupara de la puesta a punto y del “Coaching” de los clientes que poseían sus F1 y Gas de Ferrari de carrera “retirados”. Con el tiempo sumó otro rol más, el de embajador oficial y relaciones públicas de la marca. Son tareas que compagina con sus comentarios sobre la F1 para las transmisiones en directo de DAZN y Soy Italia.
El sueño de Le Mans
Cuando su móvil de última generación con pantalla táctil vibró una tarde a comienzos de 2007, Gené apretó el botón verde con tranquilidad. Esta vez, el interlocutor hablaba en francés. Peugeot le ofrecía formar parte de su equipo para las 24 Horas de Le Mans. Ferrari se lo permitió.
Entraba en otro mundo, el de la velocidad equilibrada con la “templanza” para poder cuidar la mecánica, los neumáticos, el combustible y ser muy seguro, muy fiable al volante.
En 2007, los inyectores obligaron al abandono con el 908 HDi FAP, teniendo como compañeros a Nicolas Minassian y Jacques Villeneuve. Al año siguiente ganaba el Audi R10 TDI y Marc acababa segundo con los mismos compañeros de 2007. Pero en 2009 la película iba a ser bien diferente, casi épica: intensos 1.440 minutos que llevará para siempre en su corazón. Peugeot batió claramente a Audi, el gran rival que era el rey de la pista desde 2003. Durante la lenta última vuelta Marc abrió la visera de su casco y se ajustó las gafas claras que utilizaba para no cansar la vista en carrera. Contenía la respiración mirando las indicaciones del cuadro… las luces de alarma seguían apagadas, giró por última vez en las “eses de Ford” y aceleró en la recta por la que alguna vez habían pasado otros ilustres españoles como el Marqués de Portago, Emilio de Villota, Jesús Pareja, Tomás Saldaña, Antonio García…
En las tribunas frente a boxes se agitaban unas cuantas banderas españolas. Miles de franceses cantaban a una sola voz “¡Allons enfants de la Patrie…!”. Peugeot volvía al triunfo. Por primera vez un español ganaba al “scratch” y, además, Antonio García, ganaba en su categoría, GT1 con un Corvette.
Marc lograba, junto a Alex Wurz y, David Brabham la victoria más importante de su carrera deportiva. Dos años más corrió con Peugeot y otros tres con Audi, hasta 2014, cuando acabó segundo junto a Tom Kristensen y Lucas Di Grassi.
Evidentemente, Le Mans ha sido muy importante para ti.
No hay ninguna carrera que se pueda parecer a Le Mans y aún menos, ganarla. Como carrera única es la más importante en todo el mundo, más incluso que ganar en Mónaco en la F1. El recuerdo que tuve al haber ganado en 2009 es y será inolvidable para mí.
¿Qué tiene que aprender un piloto de Fórmula 1 cuando corre en Le Mans?
Para Le Mans, obviamente, lo que sirve es la velocidad, pero tienes que cambiar un poco el chip. En la F1 se es individualista, corres para batir a tu compañero de equipo… en Le Mans, tu compañero de equipo es justamente eso, se gana y se pierde juntos, gana el coche, no los pilotos…
Durante todos estos años has conocido a numerosos pilotos que han trabajado para Ferrari, ¿cómo ha sido tú relación con ellos?
Uno con el que tuve mejor relación fue con Barrichello. Él conocía bien a mi hermano Jordi, coincidió en la F3000 y siempre me trató de una manera muy especial. Schumacher era un líder. Tenía una implicación total con el equipo. Siempre recibía su llamada para que le informara directamente de cómo había ido mi test de neumáticos. Entendí por qué fue un piloto tan brillante, por su gran talento y por su inagotable capacidad de trabajo. Lo viví de primera mano por el constante contacto que tenía con él.
¿Y con Felipe Massa y Fernando Alonso?
Me supo muy mal que Felipe Massa no pudiera ganar el Campeonato de 2008, por su capacidad de conducción y también por sus cualidades como persona. Hay también dos pilotos que me han marcado mucho, uno fue Fernando Alonso, lo conocía poco pero pronto me convertí en un fan suyo. También he tenido una relación más estrecha con Sebastian Vettel.
¿Y con Carlos Sainz?
Mantengo una buena comunicación con Charles y con Carlos, pero nunca olvido que trabajo para Ferrari, no para los pilotos, por lo que mi trato con ellos es, ante todo, profesional.
¿Te ha sorprendido la rápida adaptación de Sainz en Ferrari?
Sí, sobre todo teniendo en cuenta que fue una pretemporada muy corta. Ha ido creciendo durante todo el año. Ha sido una adaptación tan buena que ha superado a Charles (Leclerc) en los puntos, aunque con una diferencia mínima. Creo que no ha llegado a su límite. Con un coche competitivo podría aspirar a ganar un campeonato del mundo. Es un gran piloto de equipo, nada político y muy analítico y trabajador.
¿Cómo ves la temporada 2022?
Hay opiniones de que es el peor momento para cambiar las normas, teniendo en cuenta la convergencia de prestaciones que se ha conseguido este año, soy favorable a los cambios. Creo que Liberty Media está haciendo un buen trabajo. Me gusta el nuevo monoplaza y creo que el budget cap será positivo para la F1. La única duda es si algún equipo acierta con algún diseño que haga diferencias a pesar de lo restrictivo del reglamento.