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Koenigsegg CC850: el renacimiento de un mito

Recientemente se han celebrado 20 años desde el lanzamiento del primer Koenigsegg de producción, el CC8s que vio la luz en 2002. Un primer modelo desarrollado por la marca sueca, el sueño de su propietario e impulsor Christian Koenigsegg. Un modelo que fue desarrollado por un equipo de menos de 10 personas durante años capitaneados por el soñado Christian Koenigsegg. Su primera obra fue en su momento el coche de producción más potente del mercado, con 655CV, y se adelantó tanto a su tiempo, que hoy en día sigue disfrutando de un aspecto del todo actual.

Tanto es así que, que no es para nada de extrañar que al ver las imágenes del CC850 que hoy nos ocupa hayáis pensado que estábamos ante un CC8s de 2002. Y es que, efectivamente, el parecido entre ambos es excepcional. Parecido estético, porque claro está, Koenigsegg ha evolucionado muchísimo como marca durante estas dos décadas. Su equipo de desarrollo ha crecido tanto como la proyección internacional de la marca. A su vez, la tecnología disponible hoy día está a años luz de la que había hace 20 años. Una cosa no ha cambiado, la pasión por la excelencia, la perfección, y la búsqueda de las máximas prestaciones derivadas de la más alta tecnología en el seno de la marca.

Un coche hecho en la factoría Koenigsegg de la A a la Z

Literalmente, estamos hablando de un coche hecho de principio a fin por Koenigsegg con el máximo nivel de exigencia. Una obra de arte que me ha dejado hipnotizado. Descubrirlo en persona, quedarme a solas con él ha sido una experiencia inolvidable. Me encanta fijarme en los detalles, es allí donde reside el diablo. Pues bien, te mires por dónde te mires el CC850 solo ves perfección. Desde la fibra de carbono que se encuentra omnipresente, su acabado es siempre perfecto: no solo por las zonas que están a la vista, sino en las partes escondidas; sí, la cara interior de las piezas también tiene acabado perfecto, del todo inmejorable. Más allá de la carrocería, los tornillos, las piezas de cierre, las bisagras, los conectores… Todo tiene acabado de escándalo, inmejorable: calidad suprema. No importa donde mires… encontrarás la perfección.

Aunque por supuesto, no es el acabado solo, es la calidad de las entrañas, de todos y cada uno de los elementos. Para haceros una idea, los cojinetes de rueda son los mismos que se utilizan en rotores de helicóptero para garantizar una durabilidad absoluta… Este detalle es extrapolable al resto del coche. Los materiales utilizados solo son los mejores: Fibra de carbono por todas partes, y sino piel… o titanio… La única nota diferente es el pomo de cambio de madera con la bandera sueca, a imagen y semejanza del CC8s original.

Otro ejemplo sorprendente es que todas las centralitas, módulos y sistemas -como puede ser el de infotainment, también han sido desarrollados en la misma factoría. El objetivo es claro: 0 tolerancia a los errores o posibles fallos de fiabilidad: El CC850 es un hipercoche hecho para aguantarlo todo. Es, para toda la vida…

Prestaciones de ensueño

No hay datos oficiales, pero si os puedo adelantar que estamos ante un hipercoche con cifras que serán de escándalo. No las sabemos porque no son oficiales, pero solo hay que saber un poco de matemáticas para comprender que un vehículo que desarrolla 1385 CV con un peso inferior a los 1400 kg, con aerodinámica activa y tecnología aeronáutica hará avergonzarse a otros hipercoches que hay hoy día en el mercado. Sin dudarlo. Estos 1385CV se obtienen de un motor de 5l de cilindrada biturbo y está vinculado a una caja de cambios de 9 relaciones y tracción trasera. Lo increíble es que la caja de cambios desarrollada por Koenigsegg, forma parte de un mismo conjunto con el diferencial trasero, y es tan compleja que ni he comprendido como va, pero sí os puedo contar que no ocupa más que una bombona de butano, y solo pesa 90 kg. Todo ello permite que todo el tren motriz quede entre los dos ejes, de modo que el CC850 sigue siendo un coche extraordinariamente compacto además de ligero.

Más curiosidades, aunque no acabaríamos nunca

Otro detalle que te puede hacer explotar la cabeza es lo del funcionamiento del cambio de este coche: porque es a la vez manual y automático. Sí, lo habéis leído bien. La caja de cambios dispone de 9 relaciones, que en modo automático ofrecen una finura de funcionamiento absoluta. Sin embargo, en el habitáculo del biplaza destaca una palanca de cambio manual en H y 6 relaciones y embrague, a la vez que la palanca dispone de 4 posiciones extra D, N P y R. Dos cambios en uno. ¿Cómo es eso posible?  Koenigsegg ha desarrollado un cambio manual que está virtualmente unido al cambio automático, pero que ofrece tacto de manual de verdad -puedes incluso calar el coche-. En función de si estás en modo de conducción de calle o circuito, el cambio manual va vinculado a una relación de 6 marchas entre las 9 disponibles -más largas en un caso y más cortas en el otro-. Esto se traduce en que para el conductor la sensación es de conducir un manual puro, aunque si lo prefieres, puedes desplazar la palanca a la derecha y ponerlo en D, para utilizarlo en modo completamente automático. Es como un playseat pero real y montado en un hipercoche. Surrealista.

Piel de gallina

La verdad que podríamos contaros más cosas, pero no acabaríamos nunca. Este coche tiene tecnología y detalles como para escribir una auténtica biblia. Lo que sí podemos asegurar es que es un verdadero hipercoche de aspecto increíble, y con unas características que hacen soñar a los más puristas. Motor de combustión, más de 1000cv, tecnología aeronáutica, cambio manual… Parece mentira, pero es de verdad, que lo he tocado. De esta obra de arte solo se fabricarán 70 unidades. Iban a ser 50 y se vendieron en un abrir y cerrar de ojos. Se amplió la producción a 20 más y ha vuelto a ocurrir lo mismo, han volado. A mí no me extraña, si tuviera más de 3,5 millones de euros para invertir en una maravilla de la técnica como esta que además está pensada para ofrecer las máximas sensaciones de conducción, no lo dudaría. Que le vamos a hacer, al menos me conformo con haberlo podido tocar y haberme podido subir a sus mandos. Mi deseo tras esta experiencia es sencilla: larga vida a Koenigsegg.

Esto ha sido posible gracias a Spiritofspeed que han sido los que han traído y mostrado el coche.

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