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Enfrentamos al Ferrari GTC4 Lusso contra Maserati Quattroporte y Alfa Romeo Giulia QV

Hemos hecho una prueba de las que quedan para la historia. De las que recordaremos con cariño y de las que hicieron que pasáramos un día inolvidable. Ponemos frente a frente al Ferrari GTC4 Lusso, Maserati Quattroporte y Alfa Romeo Giulia

Cierre los ojos y piense en el nombre de una actriz italiana, en el de un vino italiano y en el de una canción italiana. ¿Ya los tiene? Ahora piense lo mismo, pero que la actriz, el vino y la canción sean alemanes… Quizá nos equivocamos, pero sospechamos que en el caso de los germanos ha sido más difícil responder. Los alemanes son como son y les queremos mucho. Sobre todo por la cerveza y por los automóviles tan fantásticos que fabrican, muy probablemente los mejores del planeta. 

GTC4 Lusso

Pero cuando se trata de deportivos, hay una región del norte de Italia poblada por irreductibles emilianos donde saben hacer las cosas tan bien como ellos, y hasta con más belleza y emoción. En Emilia Romagna se concentran las fábricas de Ferrari, Maserati, Lamborghini, Pagani o Ducati, en lo que podríamos definir como una especie de milagro geoautomovilístico. 

Nuestros protagonistas han sido creados por míticas firmas con más de un siglo de vida (Alfa y Maserati) o setenta años (Ferrari). Pero los galones de tiempos pasados valen para poco a la hora de competir en el mercado actual. Ferrari se ha mantenido en lo más alto desde prácticamente su fundación, pero Alfa y Maserati han pasado por muchos altibajos. Y ha sido en los últimos tiempos, bajo el control de FCA (Fiat Chrysler Automobiles) cuando ambas marcas han puesto toda la carne en el asador. 

GTC4 Lusso

La excelencia y el éxito de Ferrari, la demostración de que el Made in Italy puede estar a la cabeza del mundo, han servido de inspiración para las otras dos marcas. Los ingenieros de Ferrari han apoyado a los técnicos de sus firmas hermanas, y el mejor ejemplo de ello es que el motor V6 biturbo de Maserati se monta en la factoría de Ferrari en Maranello.

Lo lógico sería pensar que, si tanto el Alfa como el Maserati llevan un 3.0 V6 biturbo, la mecánica debe ser más o menos la misma… pero no. El primero es un seis cilindros en V a 600 con 2.979 cc, mientras que el del Giulia es un seis cilindros en V a 900 de 2.891 cc. Desde Alfa dicen que su propulsor es “inspired by Ferrari”. Lo cierto es que las medidas del diámetro y la carrera son como las del Ferrari California T (biturbo), pero con dos cilindros menos. No obstante la potencia máxima se obtiene a 6.500 rpm, mil menos que en el Ferrari. 

GTC4 Lusso

Potencias con «sorpresa»

En cuanto al rendimiento de las mecánicas según su cilindrada, pronto nos encontramos con la primera “sorpresa”: el V6 de Alfa ofrece 171 CV/litro, el Maserati 137 CV/litro y el Ferrari “solo” 110 CV/litro. En realidad de sorpresa tiene poco, porque ya se sabe que a base de sobrealimentación se pueden lograr muchos CV. Pero también sabemos que la potencia más gratificante y aprovechable es la que logra un V12 atmosférico.

En todo caso el Alfa Quadrifoglio es el coche más especial del grupo, o al menos el más “inesperado”. Tanto el Ferrari como el Maserati son evoluciones sobre modelos ya conocidos, mientras que el Alfa es una rabiosa novedad y supone el retorno de la marca al mundo de las berlinas de altas prestaciones. 

A priori, sus cifras no invitan a pensar en un coche de cuatro puertas: 510 CV, más de 300 km/h de velocidad punta, y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos… es decir, que acelera como uno de los nuevos Porsche 911 Carrera S con motor biturbo y 420 CV. Es por tanto una berlina pero “de carreras”, al estilo BMW M3, y lo suficientemente rápida como para haber logrado el récord de Nürburgring-Nordschliefe para una berlina con un tiempo de 7:32 minutos. Evidentemente, el Quattroporte no tiene nada que hacer contra el Alfa en cuestión de prestaciones, pero es que tampoco lo pretende. El Alfa, incluso parado al ralentí, vibra y se siente vivo. El Maserati resulta mucho más refinado. El Giulia es la versión puntera de una berlina media, mientras que los otros dos son miembros de la nobleza. Quizá por eso el Ferrari y el Maserati tienen detalles de estilo como no llevar marcos en las puertas. 

Al arrancar el Alfa –mediante un botón en el volante, al más puro estilo Ferrari– suena bien, grave y poderoso. Pero el V6 del Maserati suena mejor. Y sobre todo cuando sube de vueltas, más agudo y con más matices. El Ferrari por supuesto juega en otra liga en cuanto a banda sonora. Modelos con 12 cilindros y 2+2 plazas del pasado como el 456, era algo discretos con el sonido, pero el rugido del FF ya era espectacular y el del GTC4, también. 

GTC4 Lusso

Los interiores del Giulia y Quattroporte son muy elegantes, modernos pero con un toque clásico gracias a sus relojes analógicos, en estos tiempos de obsesión por el estilo iPad. En ambos tenemos fibra de carbono al alcance de nuestros dedos y muchas opciones de personalización. También cuentan con un mando giratorio para controlar varias funciones y sistemas de infoentretenimiento compatibles con cualquier smartphone

El habitáculo del Ferrari es sensacional y el más avanzado. Lleva el cuentarrevoluciones en el centro y el velocímetro a la derecha, ambos analógicos, y a la izquierda una pequeña pantalla. No podemos pasar por alto una de sus razones de ser, como es la de disponer de cuatro plazas reales, cómodas para adultos, y de un maletero de 450 litros. Y si se abaten los respaldos traseros se puede llevar hasta una bicicleta. 

GTC4 Lusso

Además el Lusso lleva otra gran pantalla de 12,2 pulgadas en el centro del salpicadero. Este nuevo sistema de infoentretenimiento en el centro de la consola supone un gran avance, y recordamos cómo el navegador del FF no estaba al nivel de un coche de 300.000 euros. Nuestro Alfa es manual –también se vende con cambio de doble embrague– y tanto Ferrari –cambio de doble embrague– como Maserati –automático de ocho velocidades– llevan unas enormes levas de aluminio detrás del volante. Las del Maserati, con forma de cuchillo, servirían hasta para despellejar a una liebre. 

GTC4 Lusso

Una vez en marcha, en los tres modelos el piloto puede elegir entre varios modos de conducción, desde el más cómodo al más extremo, pensado para circuito. Hablando con un colega en un bar, le diríamos que el Quattroporte corre mucho, el Giulia muchísimo y el GTC4 Lusso es un disparate, cuesta acostumbrar cuerpo y mente a semejante poderío. 

Embajadores de las altas prestaciones

Desde el punto de vista dinámico el que más sorprende es el Alfa, teniendo en cuenta la absoluta superioridad del Ferrari y el enfoque más burgués del Maserati. El Giulia es el único tracción trasera del grupo –el resto son 4×4– y el nuestro llevaba además el pack Performance que incluye frenos potenciados con discos carbono-cerámicos. También se agradecen los asientos deportivos de fibra de carbono y un equipo de sonido Harman Kardon, con lo que el precio pasa de los 86.600 euros de la configuración básica a 103.000 euros. Pero son factores como su empuje, su rápida dirección y su agilidad las que enganchan al conductor. Se siente siempre alerta, los frenos muerden con rabia y la trasera se insinúa con claridad y progresividad si ruedas en el modo “Race”, algo lógico teniendo en cuenta semejante caballería a un solo eje. El diferencial autoblocante trasero es muy eficaz, y quien quiera dedicarse al drifting tendrá en este coche un buen aliado. 

GTC4 Lusso

El Quattroporte es una berlina de representación y con frecuencia lo lleva el chófer. La actual generación se lanzó en 2013 y a mediados del año pasado fue actualizada, con un discreto lavado de cara y nuevas tecnologías que potencian la seguridad y la conectividad. Conviene recordar que este Quattroporte estrenó una nueva plataforma –que comparte con la berlina Ghibli y el nuevo SUV Levante– y también los motores 3.0 V6 y 3.8 V8 biturbo –los de la generación anterior eran atmosféricos–. La estructura es de acero y aluminio –suspensiones, puertas, capó y maletero en este último metal– y sus proporciones son muy generosas, ya que con 5,26 metros de largo, es mayor que un Mercedes Clase S de batalla larga. A pesar de ello no es un “armario” y se puede disfrutar mucho a sus mandos. En marcha el Quattroporte es muy cómodo y silencioso, y la posibilidad de regular la dureza de la suspensión permite ajustarlo a la carretera y al estado de ánimo del conductor. Con una distribución de peso perfecta entre los ejes, una suspensión muy avanzada y una dirección que transmite bastante, parece más pequeño y ligero de lo que es. Este además incorpora tracción total (S Q4), que cuesta 5.000 euros adicionales respecto al S. Nos parece una berlina para apasionados, para los que entienden de coches y quieren conducir algo especial y emocional con mucha clase. En este sentido resulta curioso el dato de que el 75% de los Quattroporte que se venden en Europa llevan el motor V6 turbodiésel de 275 CV. 

Sin rivales a la altura

Cuando hace unos meses probamos por primera vez el GTC4 Lusso lo llamamos “el verdadero SUV” (Sport Utility Vehicle), porque es el superdeportivo que vale para todo. Para el Quadrifoglio hay rivales claros –BMW M3, Mercedes C63 AMG– y también para el Maserati –Jaguar XJ, Serie 7, Clase S, Audi A8…–. Sin embargo no hay rivales para el Lusso, nadie más hace un coche así. Solo el Ferrari F12 y el Lamborghini Aventador llevan motores equiparables. Podríamos pensar en otros 4×4 como un Bentley GT Speed, pero ni es tan deportivo ni tan cómodo atrás. O en un Panamera Turbo S, pero tiene cuatro puertas y tampoco es tan rápido. Por supuesto disfrutar del Ferrari tiene un precio, ya que con lo que cuesta podríamos comprar el Maserati, el Alfa y casi nos quedaría dinero para un Porsche 911. 

La inclusión del sistema de tracción total en su antecesor, el FF de 2011, también fue un tema delicado, al ser el primer coche de la marca en incorporarlo. Fue implantado con la idea de ofrecer la seguridad adicional de un 4×4 en terrenos deslizantes, pero sin un fuerte aumento de peso –solo 45 kilos–, y sin sacrificar la pureza de la conducción. De hecho, los ingenieros aseguraban que se podía dar una vuelta a fondo en su circuito de pruebas de Fiorano sin que el sistema 4×4 entrara en funcionamiento. En el GTC4 Lusso se ha mejorado y ahora es capaz incluso de mandar el 90% del par a una rueda delantera. Aprovecha el diseño general del FF y lo mejora combinando el sistema de control de tracción y estabilidad con el diferencial electrónico, la suspensión activa y la nueva dirección en el eje trasero. Esto último es una de las grandes novedades, y hace que el coche sea más ágil. Para todos nuestros conductores el Ferrari es también una “escuela de excelencia”: todo en él funciona a un nivel sublime. ¿Crees que el Maserati responde rápido y no se nota el retardo de los turbos? Prueba el Ferrari. ¿Crees que la dirección del Alfa es muy rápida? Prueba el Ferrari. ¿Crees que sabes lo que es correr mucho? Exprime al Ferrari. A esto se suma a la última evolución del control de deslizamiento lateral, para poder derrapar con seguridad sin necesidad de ser Fernando Alonso. Y encima es cómodo, aunque nunca blando. 

En el GTC4 toda la experiencia gira alrededor del glorioso motor. Si lo tratas con delicadeza es suave pero también todopoderoso, de respuesta instantánea, absolutamente modélico. Sube y baja de revoluciones con la misma facilidad que el mando giratorio del volumen de la radio. También es muy agradable porque ofrece mucho par a bajas revoluciones, con el 80% del par máximo disponible desde solo 1.750 rpm. 

GTC4 Lusso

Alumnos ejemplares

Está claro que en esta prueba no hay rivales directos, sino más bien una cierta genética común. Un cliente con mucho dinero podría tener los tres y usarlos según sus necesidades o su estado de ánimo. De hecho, todos los dueños de un GTC4 disponen de muchos otros coches en sus garajes. Pensando en la famiglia más famosa del cine, el Quattroporte se lo dejaríamos al gran jefe Michael Corleone, elegante y reflexivo pero sin renunciar al coraje y al uso de la fuerza. El Alfa encaja con el estilo de su hermano Santino, Sonny, Corleone, todo carácter y siempre a punto de explotar. Y el Ferrari es para Vincent, sobrino de Michael e hijo de Sonny. Un joven talento fogoso, astuto y audaz, el líder que nunca tiene bastante. 

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