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Volkswagen Golf R 2016 VS Focus RS 2016: vértigo a las cuatro ruedas

Las Presentaciones de Prensa son los eventos que organiza cada marca para presentar su coche. No es de extrañar que, cuando queremos enfrentarlo desde el primer día con algunos de sus mayores rivales, las marcas no pongan las cosas fáciles. Pero en Ford no contaban con lo bien que nos llevamos el Team CAR España, con nuestros colegas ingleses, así que rápidamente recibimos una llamada con prefijo de las islas… y aquí estamos, en una carretera llena de almendros en flor, entre Requena y Cofrentes, esperando a que aparezcan nuestros colegas ingleses con el Focus RS. La ruta es genial, porque en Cofrentes hay una central nuclear, una mole eléctrica y económica que ha hecho que las carreteras estén muy bien trazadas y cuidadas.

Aún así, montañas son montañas, y no hay más que decir que existe una carrera llamada la “Subida a Cofrentes” para saber lo que nos espera unos kilómetros más abajo. Hemos venido algo “ligerillos” con el VW Golf R, recordando las sensaciones de nuestras numerosas pruebas con él. Este super-GTI equipa un motor de 300 CV y tracción total, y se ha convertido en todo un killer capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de 5 segundos, llegar rápidamente a su límite de 250 km/h y, aún así, ofrecer todo el espacio, confort y calidad de un Golf. Hasta se ofrece en versiones automática DSG y con carrocería familiar. Si el Golf GTI nos encanta, el R eleva las sensaciones y es para nosotros el mejor compacto deportivo del segmento. Pero el Focus RS es harina de otro costal.

Tras dos generaciones insistiendo en que la tracción delantera era más que suficiente para poner cifras de potencia récord en el suelo, y estrenando para ello un diferencial autoblocante en el primer Focus RS de 210 CV y la suspensión delantera Revoknuckle en la segunda generación de 300 CV, ahora Ford nos cuenta que lo mejor para su compacto es la tracción total. ¿Distópico?, ya veremos, pero aún recuerdo mi gozada con el segundo Focus RS, con el motor 2.5 de cinco cilindros turbo y tracción delantera, en el Col de Turini francés, durante la presentación internacional del modelo.

Nunca he visto tanto humo salir de unos discos… Nuestros colegas ingleses llegan con el Focus. Comparado con el Golf, también azul, es super llamativo, con un faldón delantero capaz de comerse el mundo, mega alerón trasero, difusor XXL y un petardeo en el escape que solo puede pasar desapercibido en Valencia. En Ford no saben nada de nuestra cita, y nos hemos apartado un poco del recorrido siguiendo las indicaciones de nuestros amigos en la zona.

No solo tenemos que evitar a la gente de Ford, también Smart y Toyota están presentando los Smart Cabrio y el nuevo Prius estos días en Valencia, una región llena de gente muy currante, digan lo que digan las noticias. Precisamente algunos de estos trabajadores se dedican a fabricar el motor del Focus en la planta valenciana de Almussafes. El motor cuatro cilindros 2.3 gasolina fabricado para el Mustang recibe muchos cambios para rendir 350 CV, una cifra que hacía casi obligatoria la llegada de la tracción total.

Ya hemos hablado largo y tendido del RS en CAR, así que vamos a resumirlo, porque el Focus ha pasado de no tener nunca versiones de tracción total a ofrecer el sistema más sofisticado del mercado. Con varios acoples y embragues similares a los que utiliza Land Rover en el Evoque, que convierten al Focus RS casi en un tracción trasera que deriva parte de su potencia a la parte delantera.

Saltamos al interior del Focus mientras los colegas ingleses le meten mano al Golf R. El asiento del Ford está ubicado muy alto, una posición que a unos les parece poco deportiva pero a nosotros, que alguna vez hemos hecho pinitos en rallyes, nos gusta por la gran visibilidad que ofrece. Hay tres relojes adicionales, y nada menos que cuatro modos de conducción. Ford siempre había dicho que con un modo bastaba, y ahora nos ofrece “Normal”, “Sport”, “Race” y “Drift”, aunque para la carretera solo recomienda los dos primeros.

PRIMER ASALTO

El fotógrafo toma sus ubicaciones y empezamos a enredar con los coches. El Focus sube de fuerza con un sonido encomiable y una patada brutal. La suspensión nos muestra desde el principio que este es un coche serio, y empezamos a atacar la curvas, que vienen enlazadas de seis en seis, confiando en el volante y en los Brembo. Las primeras pasadas son emocionantes. El coche tiene una entrega de potencia brutal y un overboost que ofrece aún más par a medio régimen. Acelera como un avión y detiene el crono de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos, cifra que se merienda a casi todos los Ferrari de antes del año 2000, y el Focus RS te frena como si Valeria Mazza te hiciera un match en Tinder. Más que frenar, te paraliza.

La dirección de asistencia variable del Focus ST se ha eliminado en este RS. El motivo es claro: no hace falta. Cuando llegas a una curva el coche apunta al vértice y no necesitas girar más, solo acelerar a fondo para que la potencia se distribuya de manera sensacional entre las cuatro ruedas. ¿Tracción delantera? La mayoría del tiempo el Focus RS parece un coche de tracción trasera, pero con la seguridad de uno de tracción total, lo cierto es que estamos alcanzado un nivel de conducción muy alto, pero el asfalto es perfecto y la vía está desierta, así que nos animamos a conectar el modo “Sport”, que muestra más garra en el motor y una dirección más dura.

Detectamos un coche que no desiste por difícil que sea el trazado y que desafía a la física. El modo “Race” endurece la suspensión un 40% y está pensado para el circuito, como el modo “Drift”, que manda casi toda la potencia al tren trasero. Conectamos el último y mantenemos pulsado el botón para desconectar del todo el “ESP”. El Focus RS responde de maravilla, no es de aquellos que la electrónica tapa sus carencias, sino que, solo con su agarre mecánico, sigue siendo un gran campeón. ¿Suficiente para derrotar al Golf R?

UNA PERSECUCIÓN EN TODA REGLA

Tras nuestro confortable viaje queremos comprobar todo lo que nos ha gustado tanto y tantas veces en el Volkswagen. Ya que lo tenemos, ponemos el modo “Sport” y, aunque sus escapes no sueltan el petardeo en reducción que provoca el Focus RS, el Golf pone en juego sus 300 CV de forma alucinante. Acelera con una precisión abismal, el asiento va más bajo, recoge muy bien, es más cómodo, las levas del cambio en su sitio y a fondo. Persigue al Focus con precisión, pero su trazada se resiente, los frenos resisten algo menos, la dirección sufre para mantener el coche en el sitio.

El sistema de tracción total Haldex es ahora rapidísimo, ya que no actúa por el patinamiento del diferencial, sino que en cuanto detecta por medio de sensores que las ruedas tienen diferencia de giro elevada manda fuerza al eje trasero antes de que haya empezado a patinar. Es el mejor de su tipo, con gran diferencia. En las curvas el diferencial electrónico delantero se encarga de frenar la rueda interior como si diéramos micro-toques de freno a esa rueda para que el coche entre en curvas donde parecía imposible.

Es un hueso duro, durísimo de roer para el Ford, y hasta el 80% de su capacidad incluso preferimos el Volkswagen, que va más fino, sin tantas emociones pero sin majaderías. Por el sitio, a fondo. Pero cuando el Focus va al 100% de su capacidad el Golf se tiene que dar por vencido. La bajada hasta Cofrentes lo deja descolgado. Sus frenos no pueden seguir el ritmo, las ruedas chirrían muchísimo, al motor le faltan esos 50 CV que tiene el Ford y el R se aleja del RS con la esperanza de que el conductor del Ford falle algún cambio, algo imposible en el Golf, ya que el DSG te permite corregir la marcha con un toque sin pisar embrague ni interferir la llegada de potencia.

Casi lo consigue, pero el Golf tiene que ceder su corona en el asfalto. Nos falta la prueba en Circuito. Aquí nadie sabe nada de nuestras tropelías del día anterior. Ford señala que su coche gustará tanto a los maestros del pilotaje como a los novatos que se estrenen en circuito. Así es, no hay que tener un nivelazo para poder disfrutarlo, pero si lo tienes lo harás aún más porque nunca nada ha sido tan divertido, eficaz y seguro en un compacto de cinco puertas. El Golf no entra en la pista, pero lo hemos probado varias veces en el Jarama y, aunque es un avión, cuando le aprietas al tope termina abriendo un pelín la trayectoria de delante y mostrando cierta fatiga.

No deja de tener ese comportamiento de GTI de tracción delantera pero con mucha más potencia, más afinado y con tracción total. Esto no es nada malo, y de hecho el R es el mejor entre los de su clase, pero es que el Focus RS es, realmente, una categoría aparte.

El Ford un coche profundamente modificado al estilo de aquellos Escort RS Cosworth, por cierto, el último compacto de Ford que tuvo tracción 4×4, en el que poco quedaba del modelo original. Salvando las distancias, este RS es todo un homenaje al Escort diseñado por nuestro amigo Frank Stephenson, ahora en McLaren. Y que solo cueste 40.000 euros es la peor broma para los que queremos tener solo lo mejor en nuestro garaje.

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