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Ford Focus, Mazda 3, Skoda Scala y Toyota Corolla: tenemos mucho que decir

Hace solo un par de meses que nos subimos por primera vez al nuevo Volkswagen Golf de octava generación. Durante los meses en los que la séptima generación se despedía, las demás marcas vieron una ventana para lanzar- se a por él cuales leones acorralan a un viejo macho, presentando propuestas para batir al líder. Ford se llevó el oro llegando primero con un reinterpretado Focus, y Mazda y Toyota han acudido a la refriega con dos contendientes de aspecto llamativo, el último Mazda 3 y el resurgido Corolla. Y hay quien le reta desde el propio Grupo Volkswagen: el Skoda Scala llega con la plataforma del Polo para crear un coche que es más grande que el Golf, pero también más barato y bien equipado.

El Mazda es el primero que atrae nuestra mirada ( y ya lo hizo en nuestra prueba). Es un gran diseño para un coche común, hecho para ser admirado no por sus detalles efectistas, sino por la suavidad de sus formas y sus proporciones, con ese capó que se dibuja hacia abajo. Es el más atractivo en diseño de todos, con un gran volumen sobre sus pasos de rueda traseros, lo que combinado con un gran pilar C y una ventana inclinada hace que la visión por encima del hombro se complique.

Mazda 3

La forma en que se conduce es tan precisa como en la que se ve, con una dirección bellamente lineal, no muy comuni- cativa, pero fantásticamente reactiva. Está ayudada por un asiento bajo, unos pedales bien posicionados y un cambio manual suavemente preciso –hay uno automático en opción- como en el resto de coches aquí presentes.

El comportamiento está orientado al subviraje, lo que está bien para un coche familiar, pero la dirección todavía te mantiene conectado. El Mazda 3 gira con confianza y sin desequilibrio alguno. La suspensión trasera emplea una ba- rra de torsión, pasando sin pestañear por grandes baches, pero filtrando menos las pequeñas irregularidades.

Mazda evita la turboalimentación en su motor 2.0 litros gasolina, lo que hace que la conducción tenga que ser diferente a los rivales. En comparación con un motor turbo moderno, cuando estás acostumbrado al empuje del rango medio, en el Mazda 3 tienes que seguir subiendo, la vida empieza a 4.000 rpm. Dentro de las opciones del Mazda 3, el motor diésel es la mejor apuesta; menos esfuerzo y más economía, aunque habrá que pagar más por él. Quizás este motor y la caja automática hagan del Mazda 3 un coche más apetecible para el día a día y para quienes vengan de la era turboalimentada, pero si los japoneses siguen apostando por sus motores atmosféricos será por algo.

Mazda 3

Como la versión que probamos es la Zenith, tenemos cámara de marcha atrás de alta resolución y sensores de parking en todo el coche. Tiene un Head-up display fantásticamente claro, un detalle destacado en su interior minimalista, diseñado para evitar distraer al conductor. El interior es calmado y clásico, con un sistema de infoentretenimiento basado en una ruleta. Mazda no tiene miedo de pasar a las pantallas táctiles, pero considera que un dial giratorio es más seguro y distrae menos que inclinarse para tocar una pantalla mientras conduces.

Mazda 3

El Mazda 3 usa una pantalla baja y ancha encima del salpicadero a buena altura, alineada con tu campo de visión. Podría parecer un paso atrás en tecnología, pero se siente moderno e intuitivo; rápidamente te sientes cómodo con él. El panel de instrumentos posee un minimalismo similar sin una pantalla digital grande, solo un display central ajusta- ble para la velocidad.

El confort por encima de todo

Conducir el Scala es una experiencia diferente. Es como si todas las carreteras estuvieran tapizadas con una lujosa alfombra. El Skoda prioriza el confort por encima de todo, incluyendo el estilo, aunque el cristal trasero extendido y las luces con diseño de vaso de whisky otorgan cierta intriga visual. Nos gusta su zaga más que su morro. Y aunque el interior carece de características distintivas, es inmensamente agradable, con un ajuste, acabado y ergonomía impecables. Todo sale del Grupo VW, hay muchas cosas similares al Golf, no solo el diseño del menú o las fuentes, sino también cómo suenan los controles. Si nos pones con los ojos vendados a cambiar marchas no sabríamos decir en qué coches estamos.

Mazda 3

La conducción del Scala (aquí pudimos probarlo más a fondo) dista de la que recordamos en un Golf, y este motor en particular también es más lento. Aunque el Scala se puede pedir con un motor de 1.5 litros como en el Golf, aquí tenemos un 1.0 de tres cilindros que, a pesar de su déficit de tamaño, se siente más rápido que el cuatro cilindros de 2.0 litros del Mazda. El motor del Skoda tiene más pegada que el del Mazda, pero responde con más retardo, y no tiene mucho que ofrecer por debajo de las 2.000 rpm. Es callado, algo muy destacado. Comienza con una tos cortés, y apenas se vuelve a saber de él una vez que estás en marcha, así de buena es la supresión de sonido del Scala. Además, gracias a la brujería de sus ingenieros, han conseguido ofrecer más espacio a bordo en todas sus plazas que ninguno de sus rivales, por no mencionar un maletero que parece más de un Karoq que de este sustituto del Rapid.

De apellido: silencio

Sin embargo, ningún coche es tan silencioso a baja velocidad como el Toyota Corolla (aquí lo probamos), ya que es híbrido, y está programado para arrancar en modo eléctrico. La gama de motores en España es puramente híbrida, con un motor 1.8 de 122 CV o un 2.0 de 184 CV en conjunto.

Este es el 1.8 y para quien no esté acostumbrado a los híbridos perderá su mirada en el gráfico del panel de instrumentos que rastrea el flujo de energía, de la batería al motor y viceversa bajo la frenada regenerativa. El tacto del pedal del freno es algo esponjoso debido a este sistema, lo que requiere adaptación para no sufrir en el tráfico.

Toyota Corolla

La marcha es magnífica a baja velocidad, pero a medida que la aumentamos perdemos atractivo. Y es que, aunque el sistema híbrido ayuda a mantener la velocidad, la autovía no es su territorio ideal. Tampoco la carretera secundaria, donde la caja automática CVT hace que la conexión con el Corolla no sea plena. Da rabia porque el Toyota tiene mucho que aportar en conducción: la respuesta de la dirección es bastante lineal, como en el Mazda, y con la suspensión trasera multibrazo de serie, se desenvuelve bien en las curvas. Además, nos parece uno de los más atractivos aquí, con las delgadas y alargadas luces traseras que se enlazan entre sí a través del portón trasero, como si fueran machetes en duelo. Incluso la opción de la pintura en dos tonos acentúa sus cuartos trasero bombeados, que contienen los neumáticos más anchos y deportivos de esta prueba, 225/40 R18.

Un interior refinado y de lo más cómodo

Te gustará tener este coche en tu puerta y verlo por la mañana a través de la ventana. El interior es un paso adelante en cuanto a los compactos de Toyota. Es más refinado, y nos ha impresionado la comodidad de sus asientos y su apoyo, los mejores de los que hay aquí hoy.

Sin embargo quedan detalles de épocas pasadas, como los gráficos de la pantalla táctil de ocho pulgadas “Touch 2 with Go”, que se ven algo antiguos al lado de los demás rivales, aunque la pantalla está bien posicionada y tiene un buen tamaño, con botones físicos útiles de acceso directo, algo contrario a la tendencia actual de todo táctil. Hay mucho plástico gris por algunos lados, pero en general todo está bien, mejor que en el anterior Auris. Donde queda algo por detrás respecto a sus rivales es en espacio. Es más estrecho atrás que los demás, sobre todo comparado con el Scala, el rey del aprovechamiento del espacio de esta comparativa. El maletero tiene buena capacidad, pero una boca de carga algo estrecha.E

El último en discordia

Aparcado al lado de los estilosos japoneses y el Skoda en Rallye Green, el Focus (aquí te dejamos nuestra prueba) no parece algo destacable en diseño, sobre todo porque está pintado en un beige metálico tan opaco que bien podría ser invisible. Tiene el interior más sobrio, con la misma cantidad de plástico que el resto, aunque es espacioso, está bien equipado y es muy ergonómico.

Ford Focus 2018

Estas minucias pronto caen en el olvido y son perdonadas en cuanto empiezas a conducirlo. La cuarta generación del Focus, como el primero de 1998, es un gran coche que ha sido pensado para el disfrute del conductor. El Mazda 3 es preciso y envolvente, pero el Focus es más reactivo y divertido, a cualquier velocidad. El morro tiene mucho agarre, y su balance se inclina más hacia cierto sobreviraje que los otros coches, pero siempre sintiéndose muy seguro.

Los Focus de mayor potencia incorporan suspensión trasera multibrazo, mientras que este EcoBoost 1.0 se conforma con una barra de torsión, pero sigue siendo tremendamente ágil, y en llanta de 16 pulgadas su rodadura es igualmente buena. Es el coche más divertido de conducir entre todos, aunque su dirección tan afilada hace que en autopista no podamos relajarnos tanto como en otros coches, hay que ir más pendiente de los baches e inmplicarse más en la conducción, algo que puede lastrar en viajes largos. El motor, el más pequeño y con tres cilindros, es perfectamente capaz para viajar en autopista sin esfuerzo.

Interior Ford Focus

No obstante, el propulsor es una maravilla: 125 CV con solo un litro, e incluso se siente más potente que eso. Aunque tenga un cilindro menos, su rendimiento está entre los mejores del test, incluso recordando al buen hacer de los motores Volkswagen. No tiene el refinamiento del cuatro cilindros del germano, pero se defiende tan bien que no echarás en falta ese cilindro de menos.

Hora de las conclusiones

¿Cuál es el coche más apetecible? El Corolla es el Toyota compacto más deseable de los últimos años, todo un paso adelante en dinámica, pero aún sigue al rebufo del Mazda 3 o de un Golf. El precio de partida es el más alto de todos, sin embargo al ser híbrido los costes de mantenimiento a largo plazo pueden ser menores. El Scala es entre todos el mejor por el dinero que cuesta, y de lejos el más práctico, por no hablar de la contrastada fiabilidad de la marca checa.

Mazda 3

No obstante, a todos nos ha encandilado el Mazda 3. Aunque el Focus es el coche más atractivo y disfrutable para conducir, el japonés también ha sido claramente desarrollado por gente a la que le preocupa la condución. Y la seguridad también, la negativa de Mazda a seguir la tendencia hacia una proliferación de pantallas táctiles que distraen es persuasiva y respaldada por la acción: el sistema alternativo proporcionado en el Mazda 3 es efectivo e impresionante. Tanto como la valentía de los diseñadores con su carrocería limpia y suave. Con un una interfaz multimedia más rápida, y un motor menos tibio, podría ser un candidato para licenciarse con honores. Esto nos deja con un Focus cuya distancia frente a un Golf es muy reducida. Es impresionante como Ford ha conseguido un nivel tan alto en este segmento. Es muy bueno para conducir, más aún si se hace con el motor adecuado, y es tan fuerte en el resto de aspectos que es una alternativa genuina al todopoderoso Golf.

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