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Ford F-Max: probamos la bestia más grande de Ford en Terramar

El Ford F-Max es el vehículo más grande y potente de la marca Norte americana que se puede comprar en nuestro país. Sus cifras: 7,9 toneladas de peso y 500 CV. Disponible desde el mes de octubre pasado en España, se trata además de un vehículo galardonado con el título de camión internacional del año 2019.

Una prueba diferente

Normalmente probar camiones no forma parte de nuestra filosofia:  de hecho no es casualidad que nos llamemos revista CAR y no en revista TRUCK. Sin embargo, las normas están para romperse de vez en cuando. Y más en la situación actual en que tanto camiones como transportistas están jugando un papel fundamental en el estado de alarma.

Así que, cuando se me propuso hacer una prueba del nuevo F-Max en un circuito –no tengo carné de camión- solo faltó buscar fecha y ponerse en marcha con la prueba. Aunque para hacerla un poquito más interesante, y aunque no viniera a cuenta de nada, decidimos añadir un par de ingredientes interesantes.

Dos ingredientes en forma de Muscle Car: concretamente un Mustang Bullit edición limitada como el que probamos en su día, y un Mustang Saleen de principio de los años 2000. No es que tengan mucho que ver con el F-MAX más allá de su potencia cercana a los 500 CV del camión, pero sin duda resultaron ser unos magníficos escuderos del protagonista de este reportaje.

El F-MAX: potencia y comodidad

En nuestro día a día estamos muy acostumbrados a tener tractoras cerca nuestro aunque ni siquiera las percibamos. En cualquier vía de circulación que se precie siempre estamos rodeados por camiones que forman parte del paisaje habitual de nuestra sociedad. Sencillamente, están ahí. Sin embargo, tener ante ti una tractora a tu disposición, y más si es en un lugar tan especial como el Circuito de Terramar cambia mucho la perspectiva. De repente te das cuenta del verdadero tamaño de la tractora, más grande e imponente de lo que imaginaras. Sí Lord Blasco, bienvenido al mundo del transporte: punto 1, los camiones son grandes.

Mientras saco mis primeras conclusiones sobre las dimensiones del F-MAX, los dos invitados ya han llegado y  aparcan a un lado de la pista.  Qué “pequeños”  se les ve; si parecen juguetes para los niños. En cualquier caso los dejaremos para más tarde, porque ahora me toca subirme a los mandos del Ford más imponente.

La primera toma de contacto con el F-MAX

En mi primera experiencia como “probador de camiones” todo es nuevo para mi. Nunca me he subido a una tractora, y menos en el asiento del conductor. No puedo comparar el Ford F-MAX con nada, pero sí generarme una opinión sobre lo que percibo.

Ford F-Max

Lo primero de todo es subirse por la escalera lateral para acceder a la cabina elevada. Pese a su altura, el acceso es sencillo, y lo primero que me sorprende una vez en el habitáculo es su amplitud. No en vano, la altura interior es de casi 2,30m, por una anchura de 2,16m. Puedo ponerme de pie y me sobre un montón de altura libre por encima de mi cabeza.

Por otro lado, la visibilidad desde una perspectiva tan elevada es magnífica –quizás el hecho de no estar acostumbrado a este tipo de espacio acentúa mi sorpresa-. Al fin y al cabo todas las tractoras son altas.

Al volante

La posición de conducción es totalmente adaptable con un asiento 100% regulable que permite encontrar la posición perfecta al volante. Parece lógico. No hay más que imaginar las horas que los transportistas pasan sentados en este espacio como para comprender la importancia de que se sientan realmente confortables.


Ford F-Max

Por otro lado, todos los mandos quedan perfectamente orientados hacia el conductor. El cuadro de mandos digital cuenta con una pantalla de 8 pulgadas, aunque no es la única. En el salpicadero también encontramos una segunda pantalla de 7,2 pulgadas compatible con Apple CarPlay y Android convirtiendo el Ford F-MAX en un vehículo totalmente conectado.

El sistema de navegación, por su parte, permite diseñar las rutas para camiones de gran tonelaje, algo fundamental cuando se viaja con este tipo de vehículo.  Cuantas veces no hemos visto noticias de trailers que se han metido por caminos de cabras o por la mitad de un pueblo por no haber seguido la vía correcta…

Más allá del tiempo que se pase en la cabina conduciendo, los transportistas también pueden hacen vida en ella. Por eso es importante que cuente con todas las comodidades para ello, como es el caso. Detrás de los asientos hay habilitada una litera doble para poder dormir en el propio camión siempre que sea necesario con total comodidad. Los huecos para dejar objetos también son múltiples, e incluso disponemos de una buena nevera dónde guardar alimentos o refrigerios.

Ford F-Max

Arrancamos con el Ford F-Max

Una vez familiarizado con la cabina del F-MAX, llega la hora de ponerse en marcha. ¿Las instrucciones para poder hacerlo? Más bien pocas. Y es que a diferencia de los camiones de antaño, el F-MAX resulta extremadamente fácil de conducir. Es tan sencillo como darle a la llave, poner la palanca de cambios en la D, quitar el freno de mano, y arrancar. Ni palancas de cambios ni embrague: todo automático y fácil, como si de un turismo se tratara.

Ford F-Max

La puesta en marcha es de lo más suave. Sin embargo, pronto noto el potencial debajo del pedal derecho. Esta bestia de 7,9 toneladas equipa un potentísimo motor de 6 cilindros y 12,7 litros de cilindrada que desarrolla nada más y nada menos que 500CV. Su par motor, de 2500Nm, me parece algo brutal, aunque en mi cabeza sólo hay cifras de PAR de coches. Lo que hay que tener en cuenta es que el F-MAX está capacitado para arrastrar con facilidad cargas de 40 toneladas, ahí es nada. Ahora sin embargo voy sin carga –sólo faltaría-.

A baja velocidad se nota lo cortas que son las marchas. Los cambios de relación son constantes mientras se va acelerando, y es que la caja ZF traxon que equipa el Ford F-MAX dispone de 12 relaciones perfectamente escalonadas para optimizar el consumo de esta bestia.

A decir verdad, me adapto rápido al volante. No es mérito mío, ni mucho menos. Y es que no hay que olvidar que estamos en un circuito cerrado. No llevo remolque, ni tengo que maniobrar, ni hay tráfico. Sin embargo como primera toma de contacto ya está bien.

Ford F-Max

Me estoy moviendo por la recta de Terramar, y como bien sabrán los que han rodado por este espacio tan especial, tengo que vigilar con los múltiples agujeros. Por ello limito mucho mi velocidad. Aunque son tantas las irregularidades que me resulta imposible evitarlas todas. Al pasar por encima de varios agujeros noto en primera persona como la cabina “flota”, igual que lo hace el asiento. La sensación es un poco extraña si no la has vivido nunca, aunque no resulta incómoda puesto que el camión absorbe todas las irregularidades por ti… Salvando las diferencias, me recuerda un poco a la sensación de navegar y esto, al fin y al cabo, tampoco está mal.

Después de la recta, empiezo a entrar en la primera curva peraltada del trazado, donde el “asfalto” se encuentra en mejor estado, lo que me permite acelerar nuevamente. Me mantengo en unos 70 km/h durante la curva, hasta acelerar de nuevo al salir de ella para alcanzar la velocidad máxima limitada a 90 km/h. Puede parecer poco, pero desde lo alto de su cabina resulta más que suficiente. Una vez alcanzada la mantengo en la recta posterior hasta acercarme a la segunda curva peraltada. Mi reacción instintiva sería no frenar, pero considerando lo que llevo entre manos suelto un poco el pedal derecho para notar como se reduce la velocidad instantáneamente. A unos 80 kms/h llego al segundo peralte, que paso notablemente inclinado.

Ford F-Max

Durante años he podido rodar por este circuito en multitud de ocasiones, con Porsche, Golf, coche de policía de Nueva York y hasta con un Ferrari. Sin embargo, ninguna sensación es igual a tomar una curva peraltada con una tractora de camión. Menuda impresión! Llevar casi 8 toneladas de lado es muy curioso e impresionante al mismo tiempo. Sin duda, daré alguna vuelta más. Ya le voy pillando el gustillo, a ver si al final acabaré haciendo un “Pandiani”… Quien no recuerda este mítico jugador de futbol de primera división llegando a los entrenos con su tractora de camión de color rojo. Aunque creo que en mi caso no llegaré a tanto.

De vuelta a la zona de confort con el Bullitt

Después de la grata experiencia a los mandos del Ford F-MAX, prefiero volver a mi zona de confort. Para ello me pongo a los mandos de un sensacional Mustang Bullitt, un modelo fabricado por Ford coincidiendo con el 50 aniversario de la película “Bullitt” de 1968, en la que Steve McQueen conducía el Mustang Bullitt original. Este especial modelo ya lo probamos en CAR (enlace al artículo) pero aun así no puedo evitar disfrutar durante un rato del placer de poder conducirlo.

Porque a los mandos de este muscle car con motor de 5 litros y 460cv me siento mucho más cómodo. Personalmente necesito conducir coches potentes que me transmitan sensaciones al volante y sin duda este Mustang cumple con el cometido.

Ford F-Max

De nuevo vuelvo a rodar por el trazado oval de Terramar como hace un rato con el camión. Sin duda inclinar una tractora de grandes dimensiones es espectacular, pero rodar aún más inclinado con un Bullit acompañado del sonido de su soberbio V8 es, para mí, mucho más relajante. Y es que como bien dice el refrán la cabra tira al monte…

Un homenaje a nuestros transportistas

De repente, mientras me detengo, el camión se vuelve a poner en marcha.  Lo mismo hacemos los otros dos coches presentes en el circuito. El increíble Saleen S281 y un servidor con el Bullit. Esta vez, volvemos a rodar, pero lo hacemos los 3 en paralelo. Los dos espectaculares Mustang escoltando al gran Ford F-MAX.  La imagen me hace pensar por un momento el día de la retirada de Alonso en que fue homenajeado por Hamilton y Vettel. Aunque hoy no habrán trompos… Sólo un homenaje tras el cuál cada uno seguirá su camino… y en CAR volveremos a hablar sólo de coches.

Ford F-Max

Aunque por un día el protagonismo se lo lleve el camión.  Sí, el F-MAX es sin duda un gran vehículo. No es casualidad que recibiera el premio al mejor camión internacional del año 2019 y así lo he podido corroborar en persona. Sin embargo, hoy esta tractora representa a todos los camiones y transportistas de nuestro país.

Desde que todo se ha paró por el Coronavirus, el transporte por carretera ha permanecido en funcionamiento, y así seguirá. Gracias a los transportistas y sus camiones, esto es posible. Ellos son importantes siempre en nuestra sociedad, pero ahora dicha relevancia se hace más patente que nunca. Así que solo nos queda… ¡darles las gracias! Y sea pues, este particular homenaje, nuestra forma de hacerlo.

Agradecimientos: Circuit de Terramar, Ford Trucks Spain, Joan Diaz, Miguel Ángel Solá, Eugeni Prats y Cristóbal Arjona photo
Texto: Dani Blasco
Fotos: Cristóbal Arjona

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