Escapada Mazda CX-30 por la Ruta de la Seda en Kazajistán
Escapada Mazda CX-30 por la Ruta de la Seda en Kazajistán
Escrito el 12 de enero de 2021
En el año de su centenario, Mazda se ha marcado un nuevo desafío para poner a prueba el nuevo Mazda CX-30 con tracción integral i-Activ AWD. Un recorrido de más de 800 kilómetros por el este de Kazajistán hasta la frontera con China, circulando en algunos tramos por la legendaria Ruta de la Seda, para vivir en primera persona la belleza salvaje de las remotas regiones de Asia Central.
La última expedición de Mazda –que se llevó a cabo hace unos meses, antes de las restricciones de viaje impuestas por la covid-19– es una continuación de un evento que tuvo lugar en 2018, cuando Mazda se convirtió en la primera marca en cruzar el lago Baikal, en Siberia, con vehículos de producción en serie. Fueron varios CX-5 que abrieron una nueva ruta a través de la superficie congelada del lago para demostrar la capacidad del sistema de tracción integral i-Activ AWD de Mazda. Aquí os dejamos el video de la hazaña.
Sin miedo a la aventura
Esta pasión de Mazda por las expediciones que llevan al límite a personas y máquinas sigue latiendo hoy con la misma fuerza que en 1936, cuando un puñado de pioneros se empeñaron en demostrar la resistencia del primer vehículo de Mazda, aquel motocarro de tres ruedas llamado Mazda Go.
En aquella muestra temprana de la vocación de Mazda por las grandes gestas, cinco modelos Mazda Go (tipo KC y DC) partieron del extremo meridional de las islas princi- pales de Japón. El objetivo era dar a conocer la fiabilidad del Mazda Go a lo largo de 2.700 kilómetros de pistas polvorientas, embarradas y llenas de baches. Tardaron 25 días en alcanzar Tokio. Aquella aventura dio un impulso notable a las ventas y elevó el perfil de la empresa, dos cosas que Mazda ha procurado repetir con otras expediciones posteriores tanto o más heroicas.
Siempre buscando nuevos límites
En 1977, para anunciar la llegada de la primera generación del Mazda 323, dos unidades de este modelo hicieron un viaje de 15.000 kilómetros desde Hiroshima hasta el Salón del Automóvil de Fráncfort, en Alemania, para asistir a su propia presentación en Europa.
Fue algo increíble que, en plena Guerra Fría, aquellos dos 323 atravesaran la Unión Soviética, enfrentándose a condiciones durísimas y a carreteras en mal estado para demostrar la fiabilidad del nuevo compacto de la marca antes incluso de que saliera a la venta.
La famosa expedición de 1977 tuvo su eco en 1990, cuando seis vehículos de Mazda (modelos 626, 323 y la furgoneta E2200) viajaron de Hiroshima hasta la sede alemana de Mazda en Leverkusen, esta vez cruzando una Unión Soviética en proceso de disolución. En 2013, varias unidades del Mazda3 de nueva generación, en esta ocasión con periodistas al volante, repitieron el viaje desde la fábrica en Japón hasta el Salón del Automóvil de Fráncfort, atravesando Rusia, Bielorrusia y Polonia.
Desde Islandia a las Azores
Hoy día, inspirándose en aquellos raids y pruebas de vehículos, Mazda organiza los denominados “Epic Drive”, unos eventos que sumergen a periodistas en carreteras imposibles, paisajes sobrecogedores y aventuras irrepetibles al volante de un modelo Mazda. La vuelta a Islandia en MX-5, las carreteras llenas de curvas y la belleza volcánica de las Azores a bordo de un Mazda2 o la exploración de los túneles, puentes y puertos de montaña de Noruega son solo algunos ejemplos.
Los Epic Drive de Mazda no solo son viajes únicos, sino que son el entorno perfecto para poner en valor el legendario placer de conducción que forma parte del ADN de la marca.
Una aventura para el Mazda CX-30
Al igual que el viaje al lago Baikal de 2018 con los CX-5, el Epic Drive del Mazda CX-30 en 2020 por Kazajistán ha sido el escenario ideal para probar el sistema de tracción integral i-Activ AWD de Mazda. El CX-30 utiliza la Skyactiv-Vehicle Architecture de nueva generación de la marca. Aquí puedes ver todas las pruebas que hemos realizado del Mazda CX-30 hasta la fecha.
Su sistema de tracción integral i-Activ AWD trabaja conjuntamente con el sistema G-Vectoring Control (GVC), encargado de controlar la distribución de par entre las ruedas delanteras y traseras, para ofrecer una experiencia de conducción aún más excepcional.
Las ventajas de la tracción integral
La cetrería es el arte de adiestrar aves rapaces aptas para cazar animales en su hábitat. Con una larga tradición en el país, la cetrería en la estepa de Kazajistán está declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Gracias a un sistema de control de nuevo desarrollo y nuevas tecnologías de reducción de la fricción, el sistema de tracción total i-Activ AWD de Mazda permite una conducción refinada y estable en cualquier situación. Además, los consumos en condiciones reales son casi tan buenos como los de un vehículo de tracción delantera.
Este sistema evolucionado de tracción integral ofrece detección de “carga vertical en las cuatro ruedas”. Trabaja conjuntamente con el GVC (G-Vectoring Control) para controlar la distribución de par entre las ruedas delanteras y las traseras, con el fin de mejorar la tracción y el agarre bajo cualquier circunstancia. Igualmente, reduce de manera notable las pérdidas mecánicas generales y contribuye a mejorar el consumo de combustible.
El islam es la religión de una tercera parte de la población del país –el resto son cristianos–. El kazajo es el idioma oficial, aunque el ruso también se utiliza con frecuencia.
Efectivo y eficiente a partes iguales
Entre las tecnologías de reducción de la fricción destaca un amortiguador de goma en el interior de la caja tránsfer, que reduce de forma sustancial las fluctuaciones en el par que se envía a las ruedas traseras. Un nuevo ajuste introduce una pequeña diferencia en la relación de deceleración entre la caja tránsfer y el diferencial trasero.
Este sistema ajusta con rapidez la distribución de par estrictamente cuando es necesario, con una mejor respuesta y un bajo consumo en condiciones reales. Para reducir las pérdidas mecánicas, el diferencial trasero emplea rodamientos y un aceite de baja viscosidad, junto con un diseño que almacena aceite en la parte superior y dosifica exactamente la cantidad precisa cuando y donde se requiere. Este conjunto de medidas incrementa la precisión del sistema de control de la tracción integral, con una reducción importante de las pérdidas mecánicas totales.
Sin tener que corregir la trayectoria
A la entrada de una curva, el sistema de tracción integral mantiene la distribución de par entre las ruedas delanteras y traseras para priorizar la respuesta de giro con ayuda de la unidad GVC de control de par del motor. Una vez dentro de la curva, dicho sistema incrementa gradualmente la cantidad de par que se envía a las ruedas traseras, de modo que el movimiento del vehículo sea más estable y no sea preciso hacer correcciones en la trayectoria.
En paralelo, la sincronización con el GVC mejora notablemente la entrega de par a las ruedas posteriores y la linealidad con respecto a la presión del acelerador por parte del conductor. Cuando el conductor acelera, se envía más par a las ruedas traseras; cuando frena, se incrementa el par a las ruedas delanteras. De este modo se maximiza el comportamiento de tracción de todas las ruedas. Este sistema mejora también el manejo; es decir, el vehículo responde con mayor fidelidad a las intenciones del conductor durante una conducción más viva.
Una ruta muy completa
Con un sistema de tracción integral diseñado para ofrecer flexibilidad en el mundo real, los más de 800 kilómetros de este Epic Drive a través de Kazajistán ofrecían un combinado muy completo de condiciones para poner a prueba el CX-30: recorridos urbanos, modernas autopistas, carreteras bacheadas y pistas de grava. En definitiva, una expedición con un poco de todo.
El recorrido empezaba en Alma Ata –la ciudad más grande de Kazajistán, situada en una meseta al pie de la cadena montañosa de Trans lli Alatau, en el sur de Kazajistán, cerca de la frontera con Kirguistán. Los Mazda CX-30 echaron a rodar en el moderno centro de la ciudad, sufrieron el atasco de rigor hasta la salida de esta dinámica urbe y tomaron la moderna autopista A3 para poner rumbo al parque nacional Altyn-Emel.
Ahí fue donde los CX-30 cambiaron el asfalto por las pistas de grava, en la polvorienta y complicada ruta hasta la famosa duna cantarina. Aunque el CX-30 no es un todoterreno puro, su sistema de tracción integral se las arregló muy bien y proporcionó una excelente tracción en las resbaladizas pistas de este parque nacional kazajo.
A los pies de la «duna cantarina»
Desde la duna cantarina, de 150 metros de altura, que recibe este nombre por el inquietante sonido que produce el viento sobre la arena, similar al de un coro, la ruta se internó por llanuras semidesérticas hasta la ciudad de Zharkent, que se encuentra muy cerca ya de la frontera con China, en el extremo sureste de este vasto país.
El segundo día de la ruta llevó a los coches hacia el sur, en dirección al cañón de Charyn, de nuevo por difíciles pistas de grava, a través de una serie de cañones increíbles que recordaban extrañamente a las tierras salvajes de Nevada, como si por arte de magia se hubieran transportado a lo más remoto del Oeste de Estados Unidos. A continuación, la ruta giró al oeste, de regreso a Alma Ata, bordeando el inmenso embalse de Kapchagay.
Los Mazda CX-30 completaron este Epic Drive por tierras de Kazajistán con solvencia. La adaptabilidad del último SUV de Mazda y la capacidad de la tracción integral i-Activ AWD quedaron sobradamente demostradas.