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Escapada en el Ferrari 348, 30 años de pura pasión italiana

Es sábado por la mañana y me dirijo al parking de una de las calles del ensanche de Barcelona donde se encuentra escondido el Ferrari 348 TS que me voy a llevar durante dos días para hacer este reportaje. Me siento ilusionado. El Ferrari 348 es el modelo de la marca italiana que más amé durante mi infancia. Salió cuando yo era muy pequeño, y me enamoró desde el primer momento con su estética agresiva y modernísima. Recuerdo tenerlo en casa de Bburago a escala 1/24, y fantasear con conducirlo de verdad.

30 años más tarde ha llegado el momento. ¿Cumplirá mis expectativas? Lo veremos. Lo que si está claro es que la ilusión que siento al tener que conducirlo es grande, como siempre que tengo que ponerme a los mandos de un deportivo de Maranello..

Ferrari 348 lavado

  Y es que la marca del cavallino tiene eso. Sus deportivos son obras de arte con alma que traspasan la condición de vehículos, siendo capaces de generar por sí mismos grandes emociones e incluso sentimientos; no sólo en quien los conduce, pero incluso en quien los observa a su paso. Por ello, poder conducir cualquiera de sus creaciones es siempre es excitante, pero si es la favorita de tu infancia, aún más.

Destapando al “primer Ferrari de los 90”

Retiro la funda que lo cubre, y ahí aparece, en color rosso corsa; con sus características branquias laterales heredadas del Testarossa, sus faros escamoteables, y sus ópticas traseras cubiertas por la inconfundible parrilla negra. El 348, cuyo nombre viene de sus 3,4l de cilindrada y 8 cilindros,  es el primer modelo de la marca en ver la luz tras la muerte del Commendatore Enzo Ferrari. Es por tanto, el primer modelo de la nueva era.

Ferrari 348 rejilla trasera

Si en algún momento se generaron dudas sobre si la identidad de la marca seguiría intacta sin su fundador al frente, estas se disiparon rápidamente. El Ferrari 348 fue muy bien aceptado y tuvo un éxito comercial inmediato, teniendo lista de espera para su entrega desde el primer momento de su comercialización, en 1989 hasta el fin de la misma en 1995. Aunque esto tampoco era algo excepcional, pues en realidad esto ya venía ocurriendo con todos los modelos de Maranello desde hacía años. Bien, con todos excepto con el Mondial, que fue el único que se pudo entregar de forma inmediata hasta el fin de su producción.

Una estética irrepetible con corazón V8

 Opiniones respecto al diseño del 348 las ha habido de todos los colores y de bien opuestas. Pero desde mi punto de vista, su diseño característico y su estética agresiva, forman una combinación perfecta que constituye una identidad 100% identificativa de la marca y la época en que salió. Aún a día de hoy cuando veo esas branquias se me pone la piel de gallina. Y es que a nivel de diseño te gustará o no, pero el 348 transmite, y no deja en ningún caso indiferente. A mí, me apasiona. Seguramente esto vaya relacionado con que fuese uno de los coches de mi infancia, y la infancia, claro está, te marca para siempre.

Lo que es indudable, es que dejando de lado el tema más sentimental, estamos ante un deportivo de líneas muy bien proporcionadas. Las similitudes de diseño con su icónico hermano mayor, el Testarossa, son del todo evidentes en elementos como las branquias, el capó trasero, o la parrilla que cubre las ópticas posteriores. Sin embargo, las formas más redondeadas y el tamaño más compacto hacen del Ferrari 348 TS un modelo más armónico. De hecho considero su diseño como la evolución “noventera” de la esencia del Testarossa, con un resultado más atractivo que el propio 512TR (y por supuesto que el 512M). Aunque insisto, esto es opinión personal pura y dura.

Sin perder más el tiempo me bajo al interior del coche (literalmente, pues el puesto de conducción es muy bajo) y meto la arcaica llave analógica en el clausor.  La giro y escucho como el V8 de 300CV, -motor que empezó a equipar el Mondial T- cobra vida. Arranca a la primera, y antes de ponerme en marcha espero durante unos minutos para que vaya cogiendo la temperatura.

Ferrari 348 motor

Un imán de miradas indiscretas

Tras 8 minutos de rigor me pongo en marcha. Nada más salir a la calle, empiezan las miradas indiscretas.  Con este coche es un constante, y así será durante todo el fin de semana. A cada semáforo, a cada paso de peatones… Casi siempre hay alguien que te señala o que se pone a hacer fotos. La capacidad de atracción de un Ferrari rojo es difícilmente igualable. Por ello cuando voy a buscar a mi mujer, incansable compañera de viaje, la recojo a 3 calles de nuestra casa. Nunca me ha gustado llamar la atención en mi vecindario, e ir con un Ferrari rojo no es demasiado útil para pasar desapercibido. Ahora que estamos todos, podemos irnos.

Destino la Costa Brava

En esta ocasión, y para cambiar respecto la última escapada de montaña con el Nissan GT-R, esta vez nos dirigimos a la playa: nos vamos a la Costa Brava. Cualquier otro año “normal” habría sido un difícil ir a un destino así, por excesivamente concurrido, pero en este 2020 tan atípico, incluso en pleno verano se puede circular con cierta normalidad por esta bonita parte de la comarca de Gerona. 

Para ir hasta allí cogemos la autopista pero primero hay que salir de Barcelona. Por suerte también en la ciudad condal hay menos tráfico de lo habitual. Algo de agradecer, porque conducir el Ferrari 348 TS por ciudad no es lo ideal. Aunque la visibilidad es más o menos buena, el embrague y el tacto del cambio son bastante duros, y la dirección asistida brilla por su ausencia. Además hace calor, y el climatizador no es que enfríe muchísimo. Así que entre esto y el aislamiento mediocre del habitáculo, la temperatura a la que te ves sometido en circulación urbana dentro del habitáculo es bastante alta.

Por suerte el sufrimiento es breve, y pronto nos encontramos en la autopista donde nada mejor que bajar las ventanillas para que corra el aire y ventilarse un poco. Una vez a 120, sí que da bastante más gusto. El calor disminuye y por fin disfruto del 348. La dirección es precisa y el confort de marcha más que razonable, a pesar de una suspensión manifiestamente dura. Los asientos son cómodos dentro de todo, y la posición de conducción aunque muy baja resulta bastante cómoda. Como defecto, el espacio para los pies es bastante justo, pues el paso de rueda “invade” el habitáculo, de modo que en todo momento hay que tener los pies bastante juntos sin posibilidad de poder moverlos demasiado.

Aun así me vería capaz de hacer kilómetros durante horas al volante sin problema. A velocidad legal, el ruido del motor no es nada estridente, e incluso resulta un poco demasiado discreto. Por su parte, el habitáculo resulta bastante bien insonorizado si entendemos que estamos en 1990. Desde un punto de vista actual obviamente resulta ruidoso, sobre todo a partir de 160 kms/h. A partir de esa velocidad la sensación de aplomo sigue siendo absoluta, sin embargo el ruido del habitáculo aumenta notablemente haciéndose algo molesto. Naturalmente no lo he comprobado en persona, Dios me libre de incumplir algún límite de velocidad. Pero me lo ha dicho un amigo que tiene un primo que tiene un hermano que lo ha constatado y estoy convencido de que tiene razón…

El velocímetro marca hasta los 300km/h, una cifra que impresionaba en 1990. Sin embargo, el 348 TS “sólo” alcanzaba los 270 km/h. Comprobaría encantado si aún los alcanza, pero hoy no es el lugar ni el momento. Por el contrario, no dejo de prestar atención al cuadro, con su genuina composición de relojes analógicos con números naranjas y un estilo muy de los años 80/90. Hace unos años se veían desfasados y anticuados. Ahora en cambio, vuelven a resultar sumamente atractivos, especialmente en un momento en que todo lo analógico ha desaparecido en pro de lo digital. Sinceramente, echo de menos esa simplicidad, esa ausencia de pantallas y de datos innecesarios, en que sólo había la información básica necesaria, como la temperatura de agua y aceite, presión de aceite o nivel de gasolina…  Nada superfluo, ni conectividad ni bluetooth ni cosas raras. Sólo lo justo y necesario. Igual es que me hago mayor…

Ferrari 348 targa

Un deportivo puro que no se conduce, se pilota

En autopista es fácil que cualquier coche se comporte bien. Sin embargo es en los trazados secundarios y revirados donde se puede comprobar el verdadero potencial de una mecánica. Y como por otro lado, la línea recta es aburrida, pronto me salgo de la autopista para coger carreteras de curvas. Quiero  probar el potencial del Ferrari 348. “Cariño, me he equivocado de salida y ahora tenemos que ir por carreteritas, hoy me he levantado un poco despistado, lo siento”. Ella no se lo cree, pero había que intentarlo.

Ferrari 348 Dani Blasco

Una vez en carretera secundaria,  la disposición de las marchas del cambio en H cobra importancia. Con la 1ª hacia atrás, la 2ª y la 3ª se encuentran enfrentadas, algo ideal para tramos de montaña donde éstas son las marchas más utilizadas. El empuje del motor V8 es fantástico y progresivo. Conforme sigues subiendo de rpm, el sonido cambia y se hace ahora sí cada vez más agudo y estridente hasta llegar a ser bastante épico y absolutamente excitante. Los frenos ventilados hacen muy bien su función, y la dirección brilla por su precisión. Vamos bien.

El comportamiento es noble en todo momento, aunque cuando se fuerza un poco la máquina, el coche demuestra cierta tendencia al sobreviraje. Es por ello que si no tienes ciertas dotes de conducción deportiva “a la antigua” mejor que no intentes ir muy rápido con un 348 porque la probabilidad de que lo aparques contra un árbol es alta. Por el contrario, si sabes comprender el comportamiento del coche, podrás disfrutar muchísimo “pilotándolo”. Las marchas entran con total precisión, los frenos paran el coche sin titubeos, y la sensación de estar al control de la situación es real. Aquí no hay ayudas que te asistan más allá del abs. Eres tu, bailando con la máquina. Placer puro.

Ferrari 348

Y tras un buen tramo, decidimos parar un momento a descapotar, porque ¿qué hay mejor que disfrutar de la conducción a cielo descubierto? El techo targa se desmonta con suma facilidad y se guarda tras los asientos. Sin embargo, de repente nos encontramos con un pequeño problema: para guardar el techo hay que desplazar los asientos hacia delante para dejar espacio suficiente tras los mismos. Lo que ocurre es que, con mi estatura de 1,90, al desplazar esos centímetros el asiento hacia delante, ya no quepo bien en el habitáculo. Así que nuestro gozo en un pozo: nos toca volver a capotar… Vamos, que si quieres ir descapotado con el Ferrari 348 siendo alto tienes que dejar el techo aparcado en algún lado.

Tras esta primera y satisfactoria experiencia de conducción, llegamos al Club náutico de Sant Feliu de Guíxols coincidiendo con la hora de comer. Así podremos disfrutar de la gastronomía local acompañados de las vistas al mar… pero sin dejar de tener visión sobre le coche aparcado en el Parking.

El Ferrari 348 no es ni mucho menos el coche más caro entre los que hay aparcados en el parking. Sin embargo ninguno despierta más expectación que el biplaza italiano. Durante el transcurso de la comida, son varios los curiosos que se acercan a fotografiar el coche. Lo veo y me río, pues yo sería uno de ellos, pero hoy estoy en el otro lado.

Ferrari 348 tres cuartos trasera

Y así, con curiosos arriba y abajo, acabamos de comer y volvemos hacia el parking. Allí nos encontramos a un niño de la mano de su padre está mirando el coche con cara de admiración así que no me corto. ¿Quieres subir? La cara del niño se ilumina, así que le abro el coche para que suba… Aunque tras la brutal oleada de calor que sale de dentro al abrir la puerta y la temperatura infernal a la que se encuentra el cuero negro de los asientos tras casi 2 horas aparcado a pleno sol, el niño se lo piensa y prefiere quedarse fuera.

En cualquier caso me hace ilusión ver que un niño sienta fascinación por un “viejo deportivo”. Porque vivimos en una sociedad en que el automóvil y especialmente los clásicos y deportivos están cada vez más criminalizados y estigmatizados de forma totalmente injusta por algunas corrientes pseudoecologistas que bombarean constantemente con sus mensajes. Y a pesar de ello, sigue habiendo niños pequeños que siguen sintiéndose totalmente atraídos y en ocasiones fascinados por obras de arte rodantes como las que representa el 348 TS. Al fin y al cabo, estos niños son quienes en el futuro se encargarán de preservar nuestro patrimonio automovilístico, y debemos esforzarnos para mantener esa pasión viva.

En cualquier caso, dispuesto a hacer feliz al niño intento arrancar el coche. Primer intento, no arranca. Segundo intento, tampoco. Tercer intento, ahora sí! Bingo!

La herencia Fiat de finales de los 80 y sus defectos…  y es que en el 348, el motor de arranque suele fallar. No siempre, de hecho solo cuando hace mucho calor. Lo bueno es que al final siempre consigue arrancar, aunque el susto te lo llevas sin excepción.  En cualquier caso, ahora que he conseguido arrancar por fin, le decimos adiós a ese niño que podría haber sido yo hace 30 años, y nos vamos al fantástico hotel Mas Tapiolas, rodeados de naturaleza y paz.

El sol sigue pegando, la ola de calor no afloja y el habitáculo del 348 no es una sauna pero casi. Por ello ya hemos tenido (sobre todo ella ha tenido) bastante coche por hoy y nos vamos al spa y a beber vino. Jamás hay que perder las buenas costumbres…

Ferrari 348 interior

Ferrari 348 y las emociones

Tras una noche agradablemente fresquita, amanece otro maravilloso día soleado que empezamos con un desayuno espectacular tras el cual nos ponemos en marcha.

Esta vez arrancará a la primera seguro. Efectivamente, un golpe de llave, y arrancado. Como me gusta el sonido de un V8 por las mañanas… Si por mi fuera, usaría ese sonido como despertador. Si tuviera que usar despertador alguna vez, claro está. Aunque no nos desviemos del tema.

Ferrari 348 frontal

Hoy es domingo y tras una noche romántica me siento relajado, así que empezaremos la jornada con una ruta panorámica por la fantástica carretera entre Sant Feliu de Guíxols y Tossa de Mar. Sin prisas. Me apetece conducir disfrutando del paisaje, de la buena compañía y también del tacto de un deportivo que siempre admiré, tomando conciencia de la experiencia y saboreándola. ¿Qué más se podría pedir?

Así, en modo relax, recorremos la Costa Brava encarando la vuelta a casa. Como siempre, aprovecho para ir reflexionando. Me resulta muy curioso como la sensación que siempre me ha causado Ferrari es muy diferente respecto a otras marcas. Son muchos los modelos que me llamaban la atención de niño… El Volkswagen Corrado, el Toyota Celica, BMW serie 8,  los Porsche 968 y 911 en general… Pero ninguno era comparable a la ilusión y excitación que me generaba ver un Ferrari, especialmente si este era el Ferrari 348. Y claro está, las vivencias que tenemos de pequeños nos marcan para siempre. Seguramente no haya nada de  racional en ello, al final este es uno de las claves del éxito de Maranello. Y es que Ferrari, además de fabricar algunos de los mejores deportivos del mundo, tiene ese algo especial que transmite y emociona como ninguna otra marca: es una marca puramente emocional. ¿Al fin y al cabo quien “necesita” un Ferrari?

Ferrari 348 cambio en H

Por eso poder conducir el coche que admiraste de pequeño resulta especial, permitiéndote disfrutar observando cada simple detalle: el salpicadero, el velocímetro, el cambio en H, el volante, o el aerodinámico retrovisor. Todo acompañado, claro está, del característico sonido de su V8.

El Ferrari barato que ya dejó de serlo

Hace unos 10 años, el 348 era uno de los pocos Ferraris que llegaron a ser asequibles. Y es que a finales de los años 2000 este modelo se consideraba viejo pero no clásico, anticuado pero sin ser admirado. Sin embargo, al 348 le han sentado bien los años, y ahora vuelve a estar más valorado. De hecho, a cada año que pasa, sus líneas en otrora anticuadas resultan más atractivas. De repente, el interés por él ha vuelto a crecer y ahora resulta que sí es un modelo excitante e interesante. Para mí, a decir verdad, nunca dejó de serlo.

Exclusivo, espectacular y sensacional. A pesar de todo, quizás no sea el mejor deportivo que haya salido de la fábrica de Maranello. Es cierto que la fama de pertenecer a la peor época de Ferrari en cuanto a fiabilidad bajo el paraguas Fiat le ha precedido hasta la actualidad. Problemas como el del motor de arranque que falla ocasionalmente cuando esta caliente no ayudan. Además, hay que tener en cuenta que salió en una época en que la evolución tecnológica entró en un espiral en que cada modelo superaba con creces a su predecesor. Todo sin olvidar que su estética característica llegó a ser puesta en duda entre algunos aficionados a la marca.

A pesar de todo ello, el 348 sigue siendo una auténtica maravilla de la técnica y un coche de culto, como el resto de modelos con los que comparte apellido. Y es que no hay un Ferrari malo.

Ferrari 348 perfil lateral

 Y con estas reflexiones, llegamos al parking de vuelta a Barcelona para guardar esta joya que en poco menos de 30 años ha recorrido apenas 60.000kms. Queda bien guardado y protegido, aguardando el nuevo día en que salga a ver la luz. Por mi parte, celebro haber recorrido los últimos 300 a los mandos de este Ferrari 348, pues me han servido para seguir amando el Ferrari que siempre deseé. Espero que nos volvamos a ver pronto.

Texto y fotos por: Dani Blasco

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