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Entrevista a Enzo Ferrari, Segunda parte

Y así continúa la entrevista a Enzo Ferrari

“Fiat nunca ha interferido en Ferrari”

Cumpliré 80 el próximo febrero, y no estaré aquí para siempre. Pero tenemos jóvenes excelentes trabajando con nosotros que aseguran nuestro futuro. Nuestro matrimonio con Fiat, como lo podemos llamar, se consumó en junio de 1969, cuando les vendí una parte de mis acciones.

Desde entonces nunca he tenido una sola razón para querer el divorcio. Vendí porque necesitaba el dinero, y fue usado para seguir siendo independiente de terceras partes. Me garantizaron continuidad y suficiente dinero para desarrollo, y Fiat estuvo siempre a la altura. En 1969 éramos 500 en Maranello.

Hoy (en 1977) somos 1.250. Fiat nunca ha interferido en la parte técnica o deportiva de Ferrari. Soy consultado e informado de todos los aspectos de la compañía, pero no tengo nada que ver con la producción o el marketing. Mi función es de consultor, que ha sido siempre mi misión principal. 

Enzo Ferrari
– Enzo Ferrari con il meccanico Michele Conti.
– L’auto e una Alfa Romeo 20-40 HP
– Prima gara di Ferrari con l’Alfa.
– Si classifico al 2∞posto assoluto (1∞ di categoria)

“Siempre habrá sitio para un coche que se salga de lo común”

El verdadero Gran Turismo Ferrari es un descendiente de mis coches de carreras. Nunca he pensado en hacer un coche de cuatro puertas, y hay muchos fabricantes haciendo excelentes coches así. Nuestros coches de producción son vitales para nuestros coches de carreras.

La competición es la forma más efectiva de hacer nuestros coches conocidos y apreciados. Y no creo que estemos exentos de las dificultades económicas actuales. Pero siempre habrá espacio en el mundo del automóvil que se salga de lo común. Y claro que me arrepiento de cosas a lo largo de mi carrera. ¡Estoy amargado por mi estupidez de no haber guardado al menos un ejemplar de cada modelo que hemos fabricado desde 1940!

Enzo Ferrari

“Moss fue posiblemente el piloto más completo”

¿Grandes pilotos? Siempre he dicho que lo que distingue a los grandes pilotos es su suprema habilidad para salir airosos de cualquier situación, con cualquier coche, en cualquier prueba. En cada carrera cada piloto, cada coche tiene su historia, su íntima historia, y todas son una maravilla, incluso las más simples.

Nuvolari fue un gran piloto desde mi punto de vista. Flirteaba con la muerte en cada carrera. El no quería sobrevivir a sus dos hijos –que murieron pequeños–. Pero la muerte no siempre viene fácil, incluso para aquellos que la buscan. Nuvolari vivió una vida de riesgo apasionado pero murió humillado, en un hospital. Humillado porque no fue capaz de morir en una carrera.

Moss fue también un gran piloto, quizá el más completo que he conocido, y eso a pesar de que nunca logró ser campeón del mundo de F1. Era muy combativo y destacó en todo lo que hizo. Puedo describir perfectamente la carrera de un piloto. Creo entenderlos, a pesar de que hoy son muy diferentes de los que conocí entonces. Hoy un piloto es un atleta en alquiler, su mente está en el beneficio.

Enzo Ferrari

Viene a verte y lo primero que quiere es demostrar que es lo mejor para tu equipo. Lo segundo, que es mejor que cualquier otro piloto. El puede tener el talento necesario, pero necesita tu coche para demostrarlo, y el siguiente paso es hacerte el mayor número posible de peticiones.

Cuando las has satisfecho, se eleva a la cima de la fama. El tiene nuevas condiciones económicas y sociales, su fama le lleva a una nueva vida. Un piloto necesita una vida privada tranquila, pero ¿cómo van a lograrla en esas condiciones? Su nueva vida no es compatible con la total dedicación al deporte, tiene muchas cosas en las que pensar.

Después llega una etapa en la que siguen en marcha, conservando la pasión que les movía al principio. Pero entonces ganar dinero es tan importante como el deporte. Para ellos se hace necesario conducir en todo tipo de situaciones físicas y morales, porque tienen que seguir adelante con su nuevo estilo de vida. 

 

“Los organizadores han prostituido el deporte”

No hay deporte amateur, todo funciona con las leyes del dinero. En el automovilismo los patrocinadores tienen ahora el papel determinante. Son ellos los que han inflado los costes del deporte, de modo que un buen piloto cuesta medio millón de dólares al año.

Acepto a los patrocinadores de la competición: lubricantes, cascos, equipamiento de seguridad, etcétera. Pero cigarros y profilácticos son solo prostitución y hemos llegado a un punto en que hemos despersonalizado las marcas.

Los organizadores han prostituido el deporte por la publicidad. Sus arrogantes símbolos bloquean la visión de los espectadores. Los organizadores creen que están ofreciendo espectáculo. Teníamos espectáculo en los viejos tiempos: un espectáculo de técnica, deporte y honor. 

Enzo Ferrari

“Pertenezco a otro tiempo”

Aquel que muere en un coche tiene una muerte glamurosa. El mundo entero leerá sobre el, no sobre un anónimo boxeador. No estoy justificando en absoluto la muerte, ni siquiera en la guerra. Y los constructores tenemos una responsabilidad. Debemos preguntarnos qué causa un incidente fatal.

La causa desgraciadamente nunca es una. Pero el hombre es presuntuoso. Todos piensan que nunca le sucederá a él porque es demasiado bueno y habilidoso. Está en nosotros el tratar de exceder nuestras capacidades. He tenido pilotos que han muerto.

Algunos murieron porque atravesaban un estado moral anómalo, o sus vidas privadas estaban torcidas, o querían mucho y muy rápido. Esto es muy normal en el mundo de hoy. O eres el primero o no eres nadie.

La crueldad es algo que hemos perfeccionado. El mundo crea ídolos solo para destruirlos después. ¿Por qué? Porque el público está ávido de emoción. En estos últimos compases de mi vida me siento totalmente italiano, y fuerte en mi pequeña provincia.

Pero fundamentalmente pienso que pertenezco a otra época y es difícil llegar a conclusiones sobre el “problema italiano” (en 1977 el país atravesaba una situación política y económica muy difícil). Nada es nuevo pero las cosas avanzan, de la daga al fusil automático. Somos más crueles, el miedo es el último recurso del poder, pero creo que los jóvenes están a la búsqueda de ideales, como estábamos nosotros.

En los jóvenes está el centro del problema. Tienen todos los derechos, los padres temen hablar claro y les dan de todo. Pero son los jóvenes los que decidirán, no nosotros. En un mundo saturado de violencia, su elección a veces me quita el aliento que me queda.  

 

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